Cap. 27 [SIN RASTROS🍻☕]

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Toda la familia Scorfano, o Di Gati, como sea, estaban nadando sin un rumbo por todo el mar, no querían atender ni uno de los dos negocios, nadaban libres, pero quedaba por resolver quien era ese tal Martín Marino, cada que se acordaban de ese infeliz, solo pensaban en lo que harían cuando lo encontraran.

Al día siguiente, ya todos habían vuelto a casa, era de día, no habían almorzado, por lo que decidieron ir a una cafetería cercana y almorzar ahí, iban a la casa por dinero pues no querían dejar dinero ahí por el mar, pero algo andaba mal, se sentían observados, y al parecer alguien estaba ahí, todos se asustaron, ya que esa persona los durmió con anestesia y todos estaban en la cocina atados, con la boca tapada, y la persona reveló su identidad.

-Hola a todos, familia de imbéciles, solo vengo a decirles... que me den ese negocio, o yo los obligó a que me lo den...- no dijo su nombre, pero si sabían que era un hombre con un tono diferente.
-Mphhh...- Luca trató de hablar, pero fue inútil, pues tenía la boca tapada.
-Cierto...- decía ese chico misterioso si quitándole la cinta de la boca a Alberto.
-Jamás te daremos la pesquería, es...- dijo Alberto, y ese chico misterioso comenzó a reírse de una manera malvada, que nadie sabía porque.
-No me refería a la pesquería idiota... me refería...- decía el chico sacando una pistola -...a la mafia...- todos miraron asustado a Alberto, querían decir algo, pero era inútil.
-Jamás, mi esposo y sus trabajadores... ay no...- dijo Alberto dejando incompleta esa frase, pues ahora ese chico sabía que el no era el jefe, y le volvió a tapar la boca.
-Bien... me voy... descubriré todo sobre ustedes... y se arrepentirán de haberme provocado... arrivederci...- el chico misterioso se fue sin dejar rastro alguno, pues uso todo el tiempo unos guantes y jamás dijo su nombre.

Ahora quedaba ver como los demás se liberarían de la situación, por suerte, Luigo llegó preocupado a desatarlos a todos, ya sabía casi todo Portorosso que los Scorfano habían sido "secuestrados", y fue entonces que todos ya tenían una idea de ese chico misterioso, tenía pelo rubio y algo café algo corto, a los ojos no lo vieron bien, pues estaban asustados y muy confundidos del porque hizo eso, parecía ser de la altura de Alberto.

Luca rápidamente fue al lugar de reuniones, pues debía discutir todo rápido, pero algo andaba mal;
-Valentino... Enrico... Alessandro... Leonardo...- Luca trataba de escuchar alguna voz, pero nadie respondía, Luigi iba a su lado, triste, preocupado, el sabía lo que pasaba -...¿qué les paso a todos Luigi? Nadie me contesta...- pregunto Luca.
-Pues... deja te llevo a una habitación... esa misma donde despertaste al desmayarte...- dijo en un tono preocupante Luigi, todo el lugar estaba hecho un desastre, sangre, escombros y más.

Luigi abrió la puerta cubriendo el interior del cuarto antes de mostrarle todo a Luca, pero Luca vio manchas rojas por todo el piso, se imagino lo peor, y apartó a Luigi, empujando lo adentro del cuarto, todo era un desastre, sangre, carne, una masacre, todos estaban muertos y a medio comer;

-¿¿¡¡PERO QUE PASÓ AQUÍ LUIGI!!??- gritó Luca bastante preocupado y triste.
-Pues la verdad no lo sé completamente, estaba en el baño, cuando escuché a un tipo entrar, comenzó a disparar y a gritar, la verdad no entendí muy bien lo que dijo, pero escuché los gritos de mis compañeros, no les dio tiempo de atacar, pues el loco llegó y disparo sin más, tal vez uso una granada de humo o algo así y por eso tal vez tampoco pudieron atacar, cerro el lugar con candado o no se como, y cuando vi todo, decidí ponerlos aquí, luego trate de salir para ver que les hizo a ustedes si es que les hizo algo, no salí del baño hasta que todo acabó para evitar morir y poder decirte... lo lamento tanto...- dijo Luigi muy triste de no haber salvado a sus compañeros casi llorando.
-Ya no hay nada que hacer... tendremos que formar un grupo nuevo... será difícil... pero podremos superarlo... ¿tienes hambre?- preguntó Luca, y Luigi estaba algo confundido y asintió, Luca planeo darles una despedida a sus compañeros, permitiéndoles formar parte de el... comiéndolos.

Los días pasaban y no sabían cómo juntar otro grupo bueno y que no dijera nada, Luigi, Alberto y Luca trataban de mantener el negocio firme, era difícil, estaban todo el día juntos y ocupados, por lo que Francesco y Carlo se ocupaban de toda la pesquería a tan corta edad, las cosas solo se complicaban más con el hecho de pensar que Martín Marino seguía suelto por ahí buscando derrumbar la mafia italiana, y buscar tener más poder que cualquier otro en el mundo.

Los años pasaban, todo seguía igual, Luca, Alberto y Luigi dormían cada vez menos, y los cambios eran más notorios con el tiempo, cansancio, el cual trataban de ocultar tomando más de dos tazas de café al día, y estrés, ocultandolo con más trabajo. Carlo y Francesco tenían la mayor parte de los sábados y domingos libres, pues cambiaron el horario para poder descansar un poco por manejar un negocio tan pronto, buscaban divertirse en esos momentos libres, aunque a veces ayudaban a sus padres con el trabajo.

Un día, para dejar de lado el trabajo y su vida en sí, Francesco decidió salir sin nadie, no le dijo a nadie a donde iba, fue a beber, y vio a un chico hermoso, cabello rojizo, ojos azules, piel clara y pecas, era perfecto ante sus ojos, el chico lo noto y decidió hablarle;
-Ho-hola... perdón por mirarte sin pedirte permiso...- trato de decir Francesco algo nervioso.
-Puedes verme aquí y donde quieras precioso... me llamo Cameron Marino- dijo el chico tomando su mano para saludarlo.
-Mucho gusto... Francesco Di Gati...- dijo algo nervioso pero confundido.
-Ven conmigo... conozco un lugar mas privado para hablar... confía en mi...- dijo Cameron extendiendo su mano para llevar a Francesco al lugar.

Todo estaba bien, por un momento pensó que era un secuestro, fue afortunado al llegar a la casa de ese chico del bar, estaba muy bien amueblada, y Cameron fue por unas botellas de alcohol y sirvió en un par de vasos, sentándose con Francesco en su sillón, dándole un vaso;

-La verdad... si me... encantaste desde que te vi en el bar... estas bien guapo...- dijo nervioso y sonrojado Francesco mirando a otro lado, Cameron sonrió de manera pícara y vio al menor con una mirada caliente.
-Tu tambien estas guapo, te vi y sabía que debías ser mío- dijo Cameron tomando por la barbilla a Francesco para que lo mirara fijamente, Francesco seguía sonrojado y cada vez más, Cameron lo veía con esa mirada y sonrisa pícara.
-Eh... eh... pues yo eh...- Francesco no podía decir nada ante tales palabras, y Cameron se acercó tanto que ambos ya solo veían sus miradas cruzarse, y Cameron le dio un beso tierno a Francesco, y este último lo correspondió.
-Ven conmigo...- dijo Cameron levantándose del sillón y tomando de la mano a Francesco para llevarlo a su cuarto.

Francesco solo se sonrojaba más y más, casi se desmaya, pero Cameron le dio otro beso, esta vez más apasionante;
-Solo relájate, no te va a doler nada, y te va a encantar...- le susurró Cameron al oído a Francesco en un tono caliente y besándolo apasionadamente, y comenzaron algo que jamás terminarían.

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🔪 El asesino... caníbal 🍖 || Luberto [Luca × Alberto] || LUCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora