🔪 El asesino... caníbal 🍖 || Luberto [Luca × Alberto] || LUCA

Cap. 35 [EL JUEGO DEL CARRUSEL💔🎠]

Luigi estaba acorralado en un callejón sin salida alguna, su arma ya no tenía balas, trató de trepar la pared que lo detenía de seguir, pero entonces, ella se acercó, una chica con un vestido negro sin mangas que le llegaba a las rodillas, un sombrero y velo negro que evitaban que su cara se viera, llevaba una pistola waltherr 9 milímetros, no había lugar al cual escapar, un mar en el cual nadar;

-Por lo menos... dejame ver quien eres... no creo poder vivir para contarlo... ¿verdad?...- decía Luigi mientras veía asustado a la mujer.
-Cierto...- dicho eso, la mujer retiro su velo, dejando ver su rostro.
-Claro... no se porque no sospeche de ti... ahora todo tiene sentido...- decía Luigi.
-Bien, ahora que viste mi cara...- dijo la mujer mientras le apuntaba a Luigi -...¿últimas palabras?...- terminó la mujer;

-Espero poder ver a mi hermano y recibir su perdón, ya quiero ver a mi familia...- dijo Luigi llorando de felicidad, y la mujer le apuntó al pecho, justo en el corazón, y disparo sin piedad alguna, la sangre comenzó a escurrir por las paredes, y Luigi cayó al piso, tomando su último aliento para despedirse, murió rápidamente, y la mujer salió de ese lugar caminando lentamente con una sonrisa apagada y casi apunto de llorar.

Ya era de día, Luca iba a buscar a Luigi para platicar sobre unos negocios, Alberto estaba limpiando la casa, Carlo atendiendo la pesquería, y Francesco con Cameron, ya casi nadie se le acercaba a Luca, le tenían miedo, Luca no sabía porque, Alberto trataba de hablar con el, pero el miedo lo invadía, quien debía hablar era Luca con Alberto porque algo andaba mal, lograron evitar otro embarazo, así que eso no era una causa del "miedo" de todos hacía Luca.

Luca llegó al lugar de reuniones, afuera se escuchaba como todos reían en la casa, pero cuando Luca entró, todos guardaron silencio, Camille, Cameron, Francesco, Verónica, Kahiko, Samuel y Ryo, pero faltaba alguien, Luigi;
-¿Y Luigi?... ¿saben donde esta?...- Luca estaba confundido de no ver a su único trabajador sobreviviente de la masacre -...a buscarlo... y luego me dicen donde está...- continuó Luca serio, por el miedo, todos asintieron.

Buscaron por todo Portorosso, y Verónica lo encontró muy rápido en un viejo callejón, les informo a todos y rápidamente se asustaron, decidieron llevárselo a Luca para decirle, nadie sabía como podrían decirle, solo vieron sangre derramada en una pared y a Luigi sin vida.

-Papá... Luigi murió...- le decía Francesco a su padre algo nervioso.
-¿Quién lo encontró?...- preguntó Luca fríamente.
-Verónica... ¿por qué...- trató de decir Francesco.
-Por nada, por nada, bien, ya pueden continuar con sus respectivos trabajos, nos vemos hijo- dijo Luca.
-Adiós papá- contestó Francesco algo nervioso.

Camille y Carlo decidieron salir a beber algo para quitarse el estrés del trabajo, ya era de noche y ninguno tenía algo que hacer, así que fueron al bar para tomar algo de "fernet branca";
-Creo que deberíamos investigar... ¿no crees?...- decía algo ebria Camille.
-Tal vez... pero yo se quien es... es obvio... Martín está jugando con nosotros... pero yo lo sé todo...- contestó Carlo, aunque ya estaba demasiado ebrio como para saber si era verdadero o falso todo lo que decía, pero algo si era cierto, Martín estaba jugando con ellos, pero mejor decidieron irse a la casa de Camille porque así de ebrios, ni Luca, ni Alberto podrían dormir con ellos.

Camille estaba algo menos ebria, así que jugó un poco con la mente débil y sumisa de Carlo en ese momento;
-Hola Carlo, soy yo, Verónica, ¿que cuenta la novia?- decía la chica en un tono algo fuerte ya en su casa mientras ambos estaban acostados.
-Pues...- Carlo iba a responder, pero antes de eso eructo de una manera que cualquiera que estuviera hasta a 10 metros de el, podría olerlo.
-Que asco... en fin... ¿y la novia?...- Camille trataba de continuar aún con el horrible olor del cuarto.
-La verdad... todo bien, aunque quisiera dar el siguiente paso... pero no quiero parecer un puerco... ¿cómo le hago Verónica?...- contestó Carlo algo triste y desanimado, cosa que Camille rápidamente notó;

-Pues... el corazón no se manda, el cerebro tampoco, ambos te dan problemas todo el tiempo... incluso si no te das cuenta- rió un poco Camille -pero en cualquiera de los casos... crees que haces lo correcto aun cuando no es cierto, y crees que todo está mal si algo salió bien al parecer de los demás pero no el tuyo... el punto es que... no seas muy directo, pero no te enredes en tus palabras- dijo Camille riéndose un poco por lo ebria que estaba y a la vez por unas de sus palabras, pero Carlo se durmió apenas terminó de hablar la chica, y ella también se durmió cuando acabó de hablar.

Al día siguiente, Carlo y Camille despertaron con la peor resaca que hayan tenido, pero trataron de calmarse y tomar algo de expresso, desayunar on normal, pero Camille sentía algo de vergüenza mientras acompañaba a Carlo a su casa, porque ella si lo recordaba casi todo a la perfección, pero Carlo no tanto ya que estaba más ebrio que ella;

-Te noto algo tensa... ¿sucede algo?...- preguntó Carlo.
-Eh... si... pero es algo personal...- contestó Camille algo nerviosa porque sabía lo que le pasaba pero no quería decirle nada a Carlo.
-Bueno... oye... esta noche... te invito a cenar, solo tu y yo, solos... o con alguien más si quieres, ¿que dices?- decía bastante animado Carlo.
-Esta bien, te veo luego chico, adiós- respondió Camille dejando a Carlo en su casa y marchandose ella al trabajo.
-Adiós Camille- dijo Carlo.

-Espero que hayas avanzado más en la tarea que te encargué querida...- decía un sujeto por teléfono en un tono pícaro.
-Solo falta que se case, matar a sus padres, a su hermano, matarlo a el, si, ya cumplí- contestó irónicamente una chica.
-No juegues conmigo, haz lo que sea pero debes lograr que se casen lo más pronto posible, así podré tomar el mando de dos mafias, y luego de otra y así hasta controlarlas todas...- decía ese hombre mientras reía al final.
-Pero no hemos hablado de cuando me darás mi parte idiota...- respondió algo enojada la chica.
-Si lo haces bien... tal vez uno o dos millones de dólares... pero si algo sale mal... morirás... ¿quedó claro?...- dijo ese hombre algo serio pero a la vez riendo otra vez al final.
-Esta bien...- afirmó la chica y colgó el teléfono.

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