Año 384 d.C., Desembarco del Rey se encuentra inmersa en los preparativos para celebrar el 100º aniversario del nacimiento de Daenerys de la Tormenta, la reina que restauró la Casa Targaryen, devolvió la vida a los dragones e inició una nueva era en...
En las catacumbas de la Fortaleza Roja, el encapuchado no paraba de dar vueltas muy nervioso. Cuando el otro encapuchado hizo su aparición, se paró en seco y fue hacia él.
— Ya era hora de qué aparecieras. El plan está a punto de irse al garete.
El otro encapuchado, en cambio, parecía más tranquilo.
— La situación no es tan grave.
— ¿Cómo que no? La Princesa Dragón y esas espías que tiene ahora a su servicio ya han capturado a cinco de los nuestros.
— Solamente son simpatizantes de la causa que ni tan siquiera están enterados de nuestro plan. No conseguirá sonsacarles nada por mucho que los torture.
— Pero ahora, más que nunca, es peligroso traer a los hermanos a la ciudad. Si uno solo de ellos cayera en manos de esa zorra, sería catastrófico. Si, al menos, pudiéramos sacarla de la ciudad ¿Cuando vas a poner en marcha ese plan del que me hablaste?
— Precisamente, a eso venía a hablarte. Me he puesto en contacto con nuestro aliado en el sur y me ha dicho que hoy es el gran día. Así que puedes avisar a los hermanos que esperan al otro lado de los muros de la ciudad y diles que se vayan infiltrando en las comitivas que llegarán hoy.
— ¿Estás seguro?
El otro encapuchado asintió.
— Si el plan de nuestro aliado tiene éxito, Dan Targaryen no sólo se alejará de la ciudad, también acabará muerta.
***
Dan observaba como aquellas dos mujeres vestidas de rojo torturaban a aquel tipo. Además de unas excelentes espías y guerreras, las Red Sparrows eran también unas excelentes torturadoras. Sin embargo, como ya ocurrió en los cuatro anteriores casos, poco iban a sacar de aquel hombre destrozado que lloraba y suplicaba; aunque, a ella no le producía ninguna lástima, ya que, aunque no supiera nada del plan que estaban preparando, aquel tipo trabajaba para ellos.
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— Me parece que este es otro callejón sin salida —dijo Melissa colocándose junto a ella mirando también al tipo destrozado.
Dan asintió.
— No son más que simples peones. Saben que los Seguidores están preparando algo grande, pero desconocen de que se trata. No vamos a conseguir nada por este camino —se giró para mirar a la joven Blackwater — ¿Han averiguado algo más las Red Sparrows?
Melissa asintió.
— Una de mis chicas infiltrada en los burdeles me ha contado algo interesante —Dan prestó más atención —. Varias prostitutas le han hablado de tipos que se comportan de una forma rara.
— ¿Que forma rara? —preguntó Dan ceñuda.
— Pasan la mayor parte del tiempo con una copa en la mano a la que no le dan ni un pequeño sorbo. Luego, se suben a una habitación con alguna de las prostitutas pero, una vez dentro, ni las tocan ni dejan que los toquen a ellos. Una delas que habló con ella le dijo que estuvo en una habitación con uno de ellos y este no quiso ni quitarse la ropa. Ella quiso animarle acariciándole el paquete y él la detuvo agarrándola por la muñeca. La sujetó tan fuerte que casi se la rompe.
