CAPITULO 6

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Desembarco del Rey

La reina Lyanna se encontraba en sus aposentos, leyendo un libro bajo la luz de unas velas. Pese a su avanzada edad y su delicada salud, la vista aún no le fallaba y quería leer la mayor cantidad de libros de la biblioteca de la Fortaleza Roja antes de que la muerte por fin la encontrase.

Unos golpes en la puerta la sacaron de la lectura.

— Adelante —dijo sabiendo quién era. Un soldado de la Guardia Real vigilaba la puerta y tenía instrucciones de solo dejar entrar a una persona, ya que no quería que nadie la molestase salvo si traían noticias importantes y esa persona las traía.

La puerta se abrió, entrando por ella Aegon, su primogénito, su heredero y su Mano. Este portaba un rollo de cuervo en una mano, el cual dejó sobre la mesa frente a ella.

— Buenas noticias, madre. Daenerys localizó la flota de Cleos el Degollado en Nido del Grifo y la destruyó por completo. Ya no supone una amenaza. La Corona ha demostrado una vez más su fortaleza. Pero...

— Pero... ¿qué?

— Cleos logró escapar. Puede que ya no tenga flota pero, mientras viva, seguirá siendo un peligro para los Siete Reinos.

La reina se encogió de hombros.

— Era de esperar. Cleos es muy astuto. Seguramente, regresará a Essos y reunirá una nueva flota, lo cual le llevará unos cuantos años, por lo que no deberíamos preocuparnos por él en un tiempo.

Aegon, en cambio, no compartía el optimismo de su madre.

— No ha regresado a Essos —sacó otro rollo de cuervo de uno de sus bolsillos, dejándolo también sobre la mesa —. Es de uno de mis espías en la zona. Afirma haber visto a Cleos en un puerto cercano a Nido del Grifo. Vendió el barco en el que llegó, un pesquero que, seguramente, habrá robado asesinando a sus dueños. Con el dinero compró caballos para él y sus acompañantes y marchó hacia el interior del país, rumbo al Dominio. El espía le está siguiendo, según me indica al final del mensaje.

Lyanna suspiró.

— Espero que ese espía sea bueno. Cómo Cleos descubra que le siguen, podemos darlo por muerto.

— Eso no es lo que me preocupa —replicó Aegon —. El que Cleos siga aquí después de haber sufrido una derrota tan grande sólo puede significar que tiene aliados en Poniente. Y, el que viaje ahora mismo al Dominio me hace temer quienes pueden ser —cada vez más inquieto, el príncipe heredero tragó saliva antes de continuar —. Creo que se ha aliado con "ellos".

La reina también se inquietó, pero mantuvo su serenidad.

— Hace décadas que no han vuelto a reunirse.

— Pero eso no quiere decir que su culto se haya extinguido. Además, su líder nunca fue encontrado e identificado.

— ¿Y que sugieres que hagamos?

— Enviar un batallón a Altojardín —la reina arqueó las cejas al escuchar aquello —. Deben estar preparados por si vuelven a alzarse.

— Lo que pides es imposible. Pronto se celebrará el Centenario y necesito al grueso del Ejército Real en las Tierras de la Corona. Vamos a albergar a las principales casas de Poniente y necesitarán protección.

— Al menos, deberíamos alertar a Altojardín y a las guarniciones desplegadas en el Dominio.

La reina asintió.

— Envíales cuervos cuanto antes. Diles también que saquen a sus mejores rastreadores. Ofrece una gran recompensa a quién logre encontrarlos o averigüe algo sobre "ellos".

Aegon también asintió.

— Me parece una buena idea. Me pondré con ello inmediatamente.

— Bien. Ahora déjame sola —se disponía a continuar con la lectura, pero Aegon continuaba allí de pie mirándola —. ¿Hay algo más que quieras decirme?

— Si. Es sobre Daenerys. Creo que debería saber la verdad.

La reina volvió a arquear las cejas.

— Acordamos que se lo dirías después de mi muerte, cuando ella se convierta en Princesa de Rocadragón.

— Lo sé. Pero el que esa gente haya regresado lo cambia todo. Daenerys era solo una niña la última vez que atacaron. Ahora, se tendrá que ver las caras con "ellos". Debe saber a quién se enfrenta.

La reina alzó las manos en señal de paz.

— Tranquilo. Ni siquiera sabemos seguro si van a volver a atacar. No demos ningún paso en falso.

Aegon asintió y se marchó, dejando a la reina con su lectura. Mientras se alejaba por uno de los pasillos su cabeza no paraba de dar vueltas a la posibilidad de contarle la verdad a Daenerys en cuanto regresara u obedecer a su madre, la reina de los Siete Reinos.

El Legado de la Reina Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora