Ambos chicos se encontraban sentados en los columpios, debajo de la lluvia, sin nada con que cubrir sus cuerpos.
- ¿Hueles eso Mat?... Es simplemente maravilloso, ¿No lo crees?
- Kei... Hay cosas más maravillosas en el mundo que eso y para mí... Tú...
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Caminó a pasos tranquilos hacia el minisúper que estaba cerca de su hogar, al llegar y sin pensarlo mucho se dirigió de primeras a la sección de tintes.
Paseó entre los estantes hasta que estuvo seguro del color que llevaría, tomó dos paquetes, después de acomodarlos bien para que no cayeran siguió caminando hasta la sección de dulces.
Las hermanas de Mitsuya solían comer dulces cada vez que él iba a visitarlos, aunque era regañado por Takashi siempre que eso pasaba y claro que ese día no sería la excepción.
Tomó un par de bolsas con diferentes tipos de dulces, desde gomitas enchiladas, que obviamente serían para él, hasta paletas sabor cereza.
Se dispuso a salir del pasillo, pero una voz lo detuvo.
- Oye, disculpa la molestia... ¿Podrías por favor ayudarnos a bajar ese paquete de gomitas? - La voz tranquila de alguien lo hizo girar de regreso.
Dos chicas lo miraban atentas a sus movimientos, Kei asintió sin emitir palabra, como le habían pedido bajó la bolsa y se las pasó.
Después de un intercambio de miradas por parte de ambas chicas, una rubia y otra de cabello castaño, cosa que incómodo un poco al chico, decidieron presentarse.
- Soy Hinata, puedes llamarme Hina. - La sonrisa de la castaña lo hizo sonrojarse, era demasiado pura para existir. Su mirada se dirigió ahora a la rubia, quién recibió un golpe en el brazo de manera discreta por parte de su amiga para qué hablará.
- Emma. - Kei pensó rápidamente en Mikey, ciertamente ambos rubios se parecían pero descarto la idea de inmediato.
- Soy Kei, un gusto. - Estuvo a punto de hacer una reverencia aunque al recordar todas las cosas que cargaba simplemente sonrió.
Otro silencio incomodó. Lo único que los tres hacían era intercambiar miradas, una falsa tos detrás de ellos fue lo que detuvo eso.
- Hina, tenemos que irnos. - Un pelinegro de menor estatura habló mientras se acercaba.
- Oh, sí, ya vamos. - Colocó una mano en el hombro del menor y lo puso frente a su nuevo conocido. - Este es Naoto, mi hermano menor, Naoto, él es Kei, el chico que nos acaba de ayudar con los dulces.
- Niño de los dulces... Buen apodo. - Emma bromeó antes de darse la vuelta y caminar hacia las cajas.
Ambos chicos se miraron durante unos segundos, luego movieron su cabeza como un saludo silencioso.
- Bueno, vamos... ¿También vas a pagar, no? - Hinata empujó a su hermano para que caminara en la misma dirección que Emma, siendo seguidos por Kei quien solo murmuró un apenas audible "Sí".
El cuarteto comenzó una pequeña plática para pasar el tiempo mientras estaban formados.
- ¿Entonces se conocen por qué tu novio casi te engaña con ella? - Ambas chicas asintieron y Kei soltó una pequeña risa por ello. - Eso es bastante curioso, si algún día conozco a tu novio... Lo golpearé.
