Ambos chicos se encontraban sentados en los columpios, debajo de la lluvia, sin nada con que cubrir sus cuerpos.
- ¿Hueles eso Mat?... Es simplemente maravilloso, ¿No lo crees?
- Kei... Hay cosas más maravillosas en el mundo que eso y para mí... Tú...
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— Olvídalo, yo no quiero más problemas. — Kei pasó al lado de ambos rubios, acarició suavemente la cabeza de Chifuyu y antes de alejarse por completo golpeó la cabeza de Takemichi como una reprimenda por hablar sin pensar. — Lo entenderá y te ayudará... Así es Chifuyu.
Eso último fue susurrado con la intención de que solo Hanagaki lo escuchará, escapando de todo lo relacionado con contarle al jóven Matsuno sobre los viajes en el tiempo caminó a pasos tranquilos hacia la tienda que había cerca.
No quería escuchar nuevamente sobre las muertes de todos y cada uno de sus amigos en el futuro y solo para distraerse lo suficiente se adentró a una pequeña tienda en busca de algún tipo de chuchería que le pareciera interesante.
Calculó más o menos el tiempo que duraría la plática, incluso repaso mentalmente los hechos, la forma en la que Takemichi siempre lo contaba ayudaba a su imaginación a volar y con lo convincente que era no tenía duda que Chifuyu creería en sus palabras.
Después de un par de minutos salió del local con una barra de chocolate en mano y un par de dulces dentro de una bolsa, miró en dirección al par de chicos y grande fue su sorpresa al comprobar que ellos también lo miraban.
No le tomó importancia al tema, pensó que seguramente solo hablaban de lo que hacía en el futuro así que los saludó moviendo su mano suavemente hacia ambos lados... A menos así fue hasta que recordó lo último que Takemichi le dijo cuando se encontraron en los bolos.
“Chifuyu y tú estaban comprometidos”.
El calor en sus mejillas no se hizo esperar de solo pensar en la idea de Hanagaki contándole eso a su rubio.
Intentando ignorar la vergüenza que sentía en esos momentos giró su rostro en otra dirección, evitando por completo el contacto visual con el par y se alejó a pasos lentos buscando un lugar donde sentarse, cuando lo encontró dejó la bolsa a un lado para concentrarse en abrir el chocolate que tenía entre sus manos.
Solo bastaron un par de minutos más para que alzará la mirada al sentir una presencia conocida frente a él. Kei palmeó un par de veces el asiento a su lado como una invitación silenciosa para esa persona.
— Entonces... ¿Te lo dijo, cierto? — Se recargó contra el hombro ajeno una vez que tomó asiento a su lado. — Todos los futuros son una mierda.
— Son una mierda, pero en realidad el último fue bastante bueno. – Chifuyu bromeó con la clara idea de relajar el ambiente, si bien era cierto que todo lo que le fue contado hace poco era un completo asco no mentía respecto a lo que último. — El hecho de saber que estábamos comprometidos fue lo único tranquilizador de esa plática.
— ¿Quién crees que dió el primer paso? — La curiosidad por saber la respuesta a esa incógnita pasó más de una vez por su mente ese día. — Ya sabes, justo ahora ni siquiera estamos saliendo.
