Ambos chicos se encontraban sentados en los columpios, debajo de la lluvia, sin nada con que cubrir sus cuerpos.
- ¿Hueles eso Mat?... Es simplemente maravilloso, ¿No lo crees?
- Kei... Hay cosas más maravillosas en el mundo que eso y para mí... Tú...
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Llegó a su casa con la respiración agitada, su padre estaba esperándolo afuera con dos pares de flores en cada mano.
Al escuchar el sonido de las pisadas a lo lejos giró su rostro y le dedicó una sonrisa a su hijo.
— Lo siento, lo siento, de verdad lo siento. — Hizo una reverencia rápida antes de colocarse a su lado. — Estaba con unos amigos y perdí la noción de el tiempo.
— Está bien, no tienes que disculparte por eso Kei... Me alegra que consiguieran amigos tan rápido. — Su padre acarició sus cabellos con cariño. — Vamos, tenemos que irnos.
El teñido sonrió por sus palabras y comenzó a caminar a su lado.
La típica ruta que hacían los primero días del mes, las mismas flores que solían llevar a ese lugar y sobretodo la cantidad de sentimientos que le generaba el dejar el ramo de flores rojas y azules.
— ¿Quieres conocer a los chicos algún día?, Parecen agresivos y todo eso, pero en realidad son personas agradables. — Kei le sonrió a su padre y recibió un asentimiento como respuesta.
Su día terminó con una plática amena con su padre y un chocolate caliente.
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Los días siguientes habían pasado con rapidez, después de clases Kei siempre tenía tres opciones. Irse con sus amigos de la escuela a algún otro lado, seguir a Hakkai y Mitsuya para hablar con ellos o esperar a que Chifuyu apareciera después de escribirle un mensaje.
¿Cómo tenía su número?, Simple, el rubio al día siguiente de haber pasado la tarde juntos lo visitó en su escuela, cosa que lo sorprendió al principio, le pidió su número y luego lo invitó a pasar nuevamente la tarde junto a Baji, lo cual acepto rápidamente.
Normalmente escogía entre sus dos últimas opciones, ya que se había acostumbrado a la tranquilidad que le bridaba el dúo de la segunda división y la energía y locuras de los chicos de la primera división.
Ese día estaba esperando en la entrada a que el rubio llegará a recogerlo, se supone que pasaría unas horas con ellos antes de hablar con Mitsuya.
Se mantenía distraído revisando los mensajes que tenía en el celular, hace poco conoció a los amigos de Takemichi y se olvidó de pedirle su número a todos ellos, tampoco tenía el del rubio cosa que dificultaba la comunicación.
En su rostro se formó un puchero al recordar eso, estaba seguro de que para la próxima vez que se vieran le pediría los número de Atsushi y Takuya.
Sintió un brazo pasar sobre sus hombros, en un principio se sobresaltó pero luego dejó el celular de lado y alzó la mirada.
— Kei, ¿Estás esperando a alguien? — La sonrisa de Alex lo hizo rodar los ojos, aunque no pudo evitar soltar una pequeña risa.
