Invierno y Drama II

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No tenia muchos planes para las vacaciones antes de que todo sucediera. 

Sin embargo, tampoco deseaba molestar a otras personas con su presencia... apenas va en el segundo día de su obligado hospedaje en la madriguera y realmente deseaba poder marcharse a su hogar para preparar todo lo que necesita en el caso que necesite... de nuevo... abandonar con urgencia su casa. 

Compro una maleta especial para esto, necesitaba conseguir un elfo domestico, mudar sus reservas de alimentos y preparar sus plantas para una nueva tierra... todo eso antes de volver a hogwarts, pero simplemente no puede.

No con tantos ojos atentos a sus cuidados.

No era ingrata, aprecia el detalle de los Weasley que se preocupan por su bienestar, la anticipación de Dumbledore y la protección del resto de la orden así como inesperadamente del ministro... pero... le incomoda tanta atencion, deseaba estar sola, le gustaba estar sola de vez en cuando. 

Era tan ruidoso vivir en la madriguera.

Es de las que piensa, a los tres días, un muerto o arrimado apestan. 

Por lo que esa mañana, se ha levantado un tanto ojerosa... porque tambien no ayudan sus pesadillas, su nostalgia... con el plan firme de agradecer a todos, marcharse antes de que intenten convencerla... se desliza de la habitación que era de Charlie (considerados dándole un espacio cuando apenas tienen lugar para el resto de las visitas).

-No puedes simplemente marcharte, Charity- Bill le dice vestido con una pijama roja sin un atisbo de vergüenza de ser visto pereceando en el sofá delante de la chimenea en la planta baja... levanta su taza de chocolate en su dirección como si supiera que le molesta actualmente. 

Bufa al cruzarse de brazos, tiene unos cómodos jersey con un pantalón de mezclilla grueso, no era lujoso, pero daba un aire tan muggle como todo lo que usa normalmente... agitando su cabello fuera del camino, uno que se asegurara recortarlo antes de que salgan los rizos, niega un tanto exasperada -Quiero mi casa, Bill- acepta, sin ganas de negar la obvia acusación. 

Eran tan amigos como para ser directos ¿no?

Un tarareo, el pelirrojo mayor le arquea la ceja antes de suspirar encima de su chocolate -Sé como te sientes- no suena a mentira, realmente sabe que siente en esa casa siempre llena de ruido -Pero hasta que se le de el visto bueno, no puedes simplemente aparecerte en tu hogar... puedes tener salas fuertes... pero no es tan ancestral para ser poderosas ante cualquier mago oscuro bastante terco- le dice sin aliento, tomando un sorbo con tranquilidad fingida. 

Gira los ojos porque eso ya lo ha escuchado tanto en esos pocos días, su magia puede ser innovadora... protectora... pero, ha demostrado que sin la antigüedad del terreno... sin el peso ancestral de tantas generaciones mágicas, carece de un verdadero peso mágico que pueda enfrentar a Voldemort. 

Aun no le han informado como llegaron tan lejos para depositar el cuerpo de su amable vecino en su puerta. 

-Sé que es demasiado pedirte que te relajes, pero, aguanta hasta que se pueda ¿quieres?- Bill continua con seriedad aun resoplando sobre su taza caliente. 

Cualquier valentía inducida por la desesperación desaparece ante sus palabras, bajando los hombros dramáticamente solo suspira tratando de ordenar sus pensamientos... ha perdido la batalla antes de luchar, su colega de oficio tiene razón, no tiene porque ser irracional al respecto. 

-No te veas tan mal, al menos la pasamos bien anoche ¿no?-

-Por Dios, no lo digas de esa manera, solo jugamos un juego de mesa... tu madre nos prepara la boda para la tarde si te escucha-

La maldición de la muerte futuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora