Verano extraño I

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- ¡Salazar! - en vestimenta cómoda muggle, Charity se pega a la pared con su corazón agitado.

Tiene dos elfos domésticos con miradas febriles y muy fanáticos de la pureza analizándola de manera intensa… obviamente… no aprueban su vestimenta, tampoco la manera de llamarle a su “señor” y parecen considerar el echarla de la lustrosa casa que esta contaminando con su respiración.

-Sabes que debes llamarme con respeto- el imbécil del resucitado fundador indica con una calma absoluta desde donde está sentado plácidamente tomando el té como si no existiera el actual acoso que sufre su cadena en ese mundo.

-Tienes el mínimo de mi educación, pero cero respeto- asegura airada la profesora, enviando su mejor gesto asesino.

Esos ojos tormentosos la enfocan con dignidad -Estas en una mala posición para comportarte de esa manera-

-Bueno, tú también estas en una mala posición para mi ahora- asegura sin ganas de quedarse callada contra ese comentario, Burdage se pega más a la pared cuando uno de esos dedos huesudos intenta alcanzar su cabello ¿suelto?

Esta a segundos de usar su magia contra esas pobres criaturas, tengan o no un lavado de cerebro profundo, no estará sufriendo cualquier cosa que se les ocurra por pura piedad.

-Eres indigna…-

-Eres suciedad traidora…-

-No debes estar delante de nuestro gran señor- ambos dicen en aterrador unisonó.

Girando los ojos, con un agitar rápido de su varita tiene sometidos a ambos elfos… sabe que son criaturas mágicas, que apenas necesitan movimientos para defenderse por lo que dejarlos inconscientes es factible… verlos caer pesadamente es tranquilizador, si la casa protesta audiblemente no es su problema al andar directo a la mesa y dejarse caer -Eres un idiota-

-Cuida tu vocabulario- la magia de nuevo se agita al temperamento del amo y señor de esa casa, sea o no traspasada, obviamente ya ha echado las suficientes raíces para ser poderosa en tan poco tiempo… que los terrenos sean ancestrales aumentan el ancla mágica.

Era triste que no le preocuparan sus elfos.

Sirviendo su propia taza descuidada, la visitante toma un aliento cansado sin ganas de estar tanto tiempo enojada, fue un susto, pero al final no le hicieron daño -Venia en paz, Salazar- le recuerda de todas maneras.

De nuevo la observan como si fuera menos que el polvo bajo sus pies.

-Estamos obligados en esto, al menos hay que intentar ser civiles- indica bebiendo el líquido, era bueno, digno de alguien tan minucioso en los detalles… puede verlo alrededor de la casa… ya no parece abandonada, si, aun tiene ese aire pesado que todo hogar ancestral acumula, le falta algo de luz, pero ya esta limpia.

-Si te comportaras de tu nivel- por supuesto que el hombre tiene otra idea.

-No soy tu sirvienta ni tu menos, Salazar- le regresa sin perder el aliento, Charity deja su taza – Al menos trata, no quiero ser la única tratando- advierte.

Alguien que sabe que, de hecho, si, es ella quien ha luchado en esa tentativa relación, le da su mejor mirada de disgusto.

Burdage es consciente que no sacara nada bueno empujando el asunto, aunque sigue sin entender si el retrato del viejo Slytherin era igual de complejo al principio… ¿Cómo era?... no, no va a lograr nada comparando una pintura con un ser vivo, suspira en otro tintinear de su taza -Estas llevando mi paciencia al límite-

- ¿Eres quien para hablar? -

-No tienes paciencia en primer lugar, Salazar- expresa secamente la antes muggle.

La maldición de la muerte futuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora