La maldición de la muerte futura

Pereza

Un bendito Sábado, eso es lo que era. 

Acostada en su cama, la ahora Charity piensa en que no tiene la obligación de levantarse temprano aun cuando sabe que si quiere sobrevivir debe empezar a indagar más en sus libros.

Se detiene solo un poco en el pensamiento, pero se vuelve a acomodar. 

La mujer ciertamente no tiene ganas de levantarse no importa que tan contado tenga su vida, el sentido de urgencia nunca la abrumo, fue buena trabajando bajo presión por esto mismo... ademas hoy solo desea pasar el resto del día tumbada ahí sin salir... se lo merece después de tratar con cuarto y quinto el día anterior, nada comparado a los comportados tercer año. 

Gime del solo recuerdo. 

Muchos estudiantes estaban acostumbrados a la dócil maestra que les sonreía nerviosamente ante cualquier replica ingeniosa... siempre desdeñosos con su clase... siempre preguntando cosas que no tenían mucho que ver con la materia... casi imponiéndose a lo que ellos querían aprender...siendo adolescentes en general, era la edad de los cambios... trato de comprender. 

Pero llegaron a su limite. 

Quito puntos por groseros, rebeldes o groseros de nuevo. 

Slytherin y Gryffindor fueron los que perdieron mas. 

Ser maestra es tan difícil, la mujer no comprende como hay gente haciendo esto con amor... suspirando con desprecio, el sentimiento satisfactorio que no concuerda con todo lo que piensa es normal a estas alturas... de nuevo sus emociones no coinciden y es su anfitrión, lo sabe.

Mira al techo con otro gran bostezo, como temía sus desordenes de sueño la alcanzaron aquí y ahora... como antes de ser  Charity... tiende a despertarse al menos tres veces durante la noche, tenia que encontrar una manera de cansarse antes de que sus ojeras comenzaran a transmigrar también. 

Parpadea, regresando al tema, se cuestiona nuevamente sobre el trabajo de docente que experimento. 

Antes de despertar, Charity seguro tenia una paciencia de un santo... viviendo con unos lentes rosas que no la hacían odiar el desdén que todos manejaban su materia ¿No se daba cuenta de que tipo de respeto le tenían? Ciertamente si no encuentran extraño su cambio de comportamiento y no la reconocen con su nueva vestimenta, tanto la bruja como el mundo no se conocían mutuamente. 

Pudo haber pasado desapercibida, dejar que los adolescentes continuaran con su reinado del terror... dejar pasar cada comentario con otra buena sonrisa.... pero ella no va a estar permitiendo algunas cosas... hay limites y no es muy tolerante. 

Su sobrino la tenia catalogada como la tía mala... sus padres le decían la madrastra... no por cualquier cosa, se enojaba mucho algo que atenuó con la edad pero nunca desapareció del todo. 

Moviéndose al otro lado de su cama, fijando la pared con otro largo bostezo... la mujer prefiere no pensar de nuevo en las consecuencias de esta introducción, espera de todo corazón que cambien su actitud para las siguientes clases... para el Lunes que vuelve a verlos.

No le emociona que todavía le falte el primer contacto con sexto y séptimo.

Hurra. 

El sonido de su puerta es un tanto molesto, alguien esta tocando y ella no quiere levantarse por lo que decide ignorarlo con la esperanza que se marcharan... no le pasa por la cabeza que ese alguien esta actualmente en su oficina... que entro a su oficina sin permiso y ahora esta en la puerta de sus aposentos sin obstáculo. 

-Profesora Burdage- una voz se hace eco congelando a la pobre mujer de tomar una cómoda posición para dormir de nuevo.

-Maldita sea- jura por lo bajo al salir de su cama, sentada en la orilla y fulminando la puerta con total desprecio... era un llamado que no podía ignorar... se levanta solo limpiando un poco la cara con sus manos, pasando sus dedos por su cabello y abre la puerta con un gesto cansado -Buen día-