La maldición de la muerte futura

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La melodía retumba entre los viejos muros del gran salón que se ha elegido para la demostración, afinación y practica de una de las canciones que logro transmitir por completo al ansioso duende que guía los instrumentos con una emoción oculta a la perfección.

Tres sesiones bastaron para darse entender. 

Charity disfruta los recuerdos que producen los sonidos, si fuera posible, casi nostálgica y de nuevo, extraña tanto su hogar, uno en el que casi no piensa por tantos dramas envueltos en un caos mágico de un libro que alguna vez leyó en su adolescencia. 

Tiempo de vals de Chayanne carece de la letra... del cantante... del momento... pero ahí está el instrumental casi perfecto en manos del diestro Filius. 

Cierra sus ojos para disfrutar donde está sentada en el rincón del aula. 

Es consciente que Bill se marchó a sus propios asuntos de mala gana, para ser un odioso mal amigo que se burló de sus primeros intentos de transmitir esa canción... quedo impresionado... enamorado del resultado y no dudo en intentar conseguir la versión muggle para comparar y, que sea consciente que no, aunque suene, NO es perfecto. 

Umbridge ha intentado arruinarles las reuniones, pero se rindió al darse cuenta de que no, no están conspirando ni hablando de su rosada espalda y que el ministerio... Dumbledore... dramas adolescentes... salen sobrando en esos momentos de interacciones musicales. 

Burdage suelta un largo suspiro satisfecho cuando se llega al momento cumbre de la canción, las emociones se pueden sentir... es imaginarse bailando en medio de un salón lujoso... es verse a sí misma en otro tiempo más ligero y sereno. 

Es recordar su fiesta de XV. 

Frunce el ceño al darse cuenta que... no imagina los detalles de dicha celebración... una helades que pesa en su corazón al no tener ni el color del vestido... ni el rostro de quien bailo dicha tonada... el miedo se instala como algo feo y se muerde el labio conteniendo expresarlo abiertamente.

Entonces... viene el cierre con el sonido grotesco de sapos que hace temblar las paredes... o se siente de esa manera exagerada porque NO se ajusta a la música del tiempo de vals... es imaginarse a Chayanne pisando un sapo en medio de la grabación. 

Sale de su descubrimiento bruscamente y magicamente, lo olvida por la manera agresiva en que todo finalizo.  

Gruñe una mala maldición que apenas contuvo detrás de sus dientes, la antes muggle abre sus ojos lentamente mirando acusador a quien se acomoda las mangas con un aire satisfecho -No es necesaria esa parte- argumenta como ha hecho otras veces. 

Tiene el atisbo de olvidar algo importante, pero considerando su mala memoria, no le toma la importancia cuando hay prioridades.

Filius se gira con una sonrisa amable, educada, niega paternalmente al bajar el escalón de un ágil salto -Charity, es la tradición- argumenta como única defensa de haber arruinado el momento cumbre de un vals... oculta su varita entre las mangas facilmente nada culpable.

 -Los sapos arruinan el tono... es como tropezar en medio del baile- se levanta de su silla con un puchero quejumbroso, Charity no está a favor de esa tradición, es tonta, pero no lo dice porque tampoco es tan grosera... menos con alguien con la serenidad del duende. 

Riendo para sí mismo, pero andando al fondo del gran salón para beber un enorme trago de agua... admira la zona de los instrumentos que ahora flotan gracias a la magia de limpieza seguramente de los elfos que guardan lo usado con practica... tararea aun la tonada con una sonrisa boba soñadora.

Filius realmente ama la música, entre encantamientos y este, probablemente no hay ganadores en sus prioridades porque tiene vocación para ambos.

La paciente antes muggle, vestida ligera, de mal humor se detiene con las manos en la cadera al ver la manera distante en que esta su colega -Me estas ignorando otra vez- dice lo obvio con un dedo acusador.