La maldición de la muerte futura

Nervios

El techo de piedra seguía siendo su primera vista esa mañana.

Con un largo bostezo, la que ahora es Charity sale adormilada de su cama en su rutina matutina tomando algo de ropa de los diferentes cajones, encerrándose en un portazo... apenas toca el agua caliente y empieza a despertar del todo... sigue ahí, sigue en ese cuerpo y para desgracia es el día de hoy en la noche cuando llegan sus alumnos.

Le emociona y aterra en partes iguales.

La maestra en ella esta tan encantada de empezar las clases, adorando la idea de hacer la diferencia en sus mentes y ser un ejemplo a seguir para otros sangre pura en un inocente cuento rosa... y luego es ella la mujer que odia hablar en publico, que odia socializar y sobretodo sabe que estar delante de adolescentes es un desastre esperando a suceder, no era optimista en ese ámbito y sabe antes de despertar, Charity amaba enseñar... ella solo quiere sobrevivir, dormir y comer.

Saliendo de su baño, con una sonrisa fantasma de sus emociones chocando como trenes en su interior... la mujer vuelve a bostezar odiándose por siempre regresar a los mismos temas de siempre, pero no lo puede evitar cuando ve un reflejo que no es suyo en las pocas veces que se anima en verse en el espejo mas cercano.

Rueda con eso.

Aparte hoy en día era especial en todos los ámbitos alrededor del colegio.

El director tiene programada varias reuniones en las que esta obligada a asistir... no puede comer en las cocinas... ni pasearse libremente por los corredores de piedra... ni vagar en su mente lejos de sus problemas e ignorar su lista cada vez mas crecientes de variables que debe comenzar a considerar para la guerra futura.

Hoy se mencionaran las preparaciones de cada maestro, un resumen de instalaciones y una misión para el resto del año de manera individual... nunca estaría enterada que de hecho tienen objetivos de seguridad, con cierto trió rondando por ahí libremente no se puede siquiera sentir eso desde el punto de vista del lector.

La mujer asume que nada puede anticipar a un montón de adolescentes en crecimiento, que no importa que tan mágico sean los maestros y su seguridad... controlar niños sigue siendo un reto en cualquier mundo.

Como Charity Burdage ya tiene su propia exposición, una que ya había trabajado mucho antes de que la supliera en este mundo... gracias a dios, piensa la mujer, porque seria solo otro desastre por suceder y como profesional, esta bastante impresionada de su dedicación, no era la primera vez que lo notaba.

Con el tiempo se ha dado cuenta que entiende mejor los recuerdos de Charity, le aterra el día en que olvide quien fue antes de despertar y ser mas dependiente a la magia de lo que nunca fue... que nada le impresiona porque todo "conoce"... pero el lado positivo es que no es tan tonta en la defensa como pensó, simplemente no es algo que tenga a la vanguardia de su mente y con su familia purista, comprensible que haya intentado enterrar esas enseñanzas.

Todavía necesita repasar, aprender y entrenar.

Pero al menos la profesora ahora sabe que puede lanzar un escudo respetable si lo desea (aunque debe trabajar en los reflejos).

Todavía la mujer le da algo de flojera abrir los libros que compro.

Saliendo del baño con su ropa lista (formal, digna de un día de oficina muggle britanica), pulseras en su lugar, zapatos y aretes... mira su habitación... exactamente donde descansan los libros... y como digna persona que retrasa la inevitable, promete... de nuevo... hacerlo mañana, cuando definitivamente tendrá que estar en su oficina y de regreso a las rutinas de enseñanza.

Salir al exterior siempre es una experiencia nueva (no importa la familiaridad que la invada), la solitaria profesora mirar alrededor relajante y busca en el exterior el enorme bosque lleno de magia ademas de aire tan limpio que parecía un sueño (quiere que sea un sueño)... todo demasiado silencioso, Hogwarts era una cosa tan imponente aun vista desde uno de sus pasillos.