Carla
El brunch sería al aire libre en un lujoso hotel de la ciudad de Madrid, Cayetana me había enviado instrucciones de lo que debía vestir, era un conjunto de dos piezas: una falda midi y un cropped top de color rojo, había hecho énfasis de que se trataba de un Oscar de la Renta, creo que de su colección de primavera o algo parecido, tenía un detalle de flor, lo combiné con unas sandalias de tacón con tiras rojas, cuando estaba escogiendo la joyería que utilizaría mi móvil vibró, era un mensaje de Patrick en donde me indicaba también qué joyas utilizar.
La corbata había sido fácil de elegir, no había muchas corbatas rojas en su clóset, escogí una simple de un tono tan intenso como mi vestido, por una extraña razón eso de buscar una corbata para Samuel me había entusiasmado y me había puesto de buen humor, si su objetivo era distraerme para que mis nervios disminuyeran estaba logrando su objetivo, aunque encontrarlo en albornoz en la sala me había puesto otra vez a temblar.
"¡Vaya!, estás preciosa" dijo y en ese momento estaba segura de que el rojo de mi vestido no tenía comparación con el de mis mejillas, "creo que debes soltarte el cabello" dijo acercándose a mí y retirando la coleta de mi cabello que cayó sobre mis hombros, ¿qué coño le pasaba a Samuel?, su voz era en un tono juguetón, tenía la impresión de que había bebido, pero no dije nada, solamente asentí y estiré la palma de la mano para recibir la banda elástica que Samuel había retirado.
"No tardaré" dijo y avanzó hacia su habitación, me dejé caer de golpe en el sillón y traté de estabilizar mi respiración, mis manos sudaban y mi pecho se inflaba notoriamente cada vez que inhalaba, odiaba que Samuel tuviera ese poder en mí, ¿cómo lo había logrado en tan poco tiempo?, es decir, estaba acostumbrada a tratar con todo tipo de hombres, no entendía lo que me pasaba con él, lo único de lo que estaba segura es de que Samuel no era como cualquier otro hombre que había conocido.
Extraje del pequeño bolso de mano un lápiz labial de color rojo y retoqué mis labios, la pintura se había desgastado pues todo el tiempo que había permanecido sentada pensando en el sofá había mordido mi labio, revisé mi maquillaje y mi cabello ahora suelto, todo parecía estar en orden, hice un repaso mental de mi vestimenta y chequeé nuevamente las instrucciones de Cayetana y Patrick en mi móvil, sí todo estaba en orden, hasta que Samuel apareció junto a mí y tendió su mano en mi dirección "¿lista?"
Samuel
Había decidido ducharme en el baño de la habitación de visitas para que Carla dispusiera de nuestra habitación y se alistara con calma, Cayetana tenía instrucciones de asesorarla en todo momento, así que cuando vi su atuendo sobre el colchón respiré aliviado, me pareció un buen detalle combinar mi ropa con la de ella porque eso es lo que hacen las parejas ¿cierto?, así que le pedí que escogiera una corbata que combinara.
Después de la ducha y de rasurarme el rostro, me coloqué un albornoz y avancé hasta la sala, Carla aún estaba alistándose así que decidí revisar mi móvil, tenía mensajes de Nano, de mi madre y uno de Marina, en todos me recordaban el brunch de hoy y hacían énfasis en que no fuera a defraudarlos, bufé exasperado y decidí no responder a ninguna de sus provocaciones, solo le respondería a mi hermano para que estuviera tranquilo y seguro de que no le fallaría.
El tiempo transcurría y Carla seguía sin salir de la habitación, así que para calmar mis nervios me dirigí al bar y serví una medida de coñac en un vaso, observé el líquido de color caoba unos segundos, no era una buena idea beber antes de reunirme con mi familia, pero para ser honesto estar alcoholizado era la única forma de lidiar con ellos, bebí de golpe y regresé al sillón para responder el mensaje de Nano cuando Carla apareció.
"¡Vaya!, estás preciosa" dije acercándome a ella, el rojo había sido creado exclusivamente para esta mujer, era una diosa y no usaba sostén, por una extraña y retorcida razón eso había sido una de las primeras cosas que había notado, no podía parar de mirarle las tetas, no sé si el alcohol o el deseo, pero algo me impulsó a acercarme a ella "creo que debes soltarte el cabello" dije deshaciendo la coleta en la que lo recogía, su rubio cabello cayó sobre sus hombros y algo bajo el albornoz empezó a crecer.
Carla solamente asintió y estiró su mano para que le entregara la banda elástica que había retirado, la coloqué en su palma y avancé a la habitación, si no me alejaba de ella en ese preciso instante no llegaríamos al brunch, quería arrancarle la ropa y follarla contra el sillón, cuando ingresé y vi una de mis corbatas rojas sobre la cama sonreí, tomé una camisa blanca y un pantalón de vestir negro y empecé a vestirme, anudé la corbata roja que Carla había elegido y tomé unos tirantes negros y los ajusté a mis pantalones, me calcé los zapatos y salí al encuentro de mi hermosa dama de compañía, "¿lista?".
Carla
Asentí y tomé su mano, como siempre me arrastró hasta el elevador y luego por el lobby hasta que llegamos al auto, Omar ya nos esperaba, sonrió al vernos y esta vez Samuel no lo reprendió, "gracias" dije sonriendo de vuelta cuando abrió la puerta para que ingresara, Samuel ingresó luego, Omar pronto encendió el motor y empezamos el camino hacia el hotel.
"¿Estaremos juntos siempre?" le pregunté, era imposible no sentirme insegura, no quería estar sola en ningún momento, "sí, así estaremos en sintonía con las respuestas que demos" dijo tomando mi mano y haciendo una ligera presión sobre ella como para darme coraje, "¿debo ser de esas novias melosas y cariñosas o prefieres que sea distante?" pregunté y él rompió en carcajadas.
No entendía qué diablos había sido tan gracioso, no sabía muy bien qué tipo de novia debía ser, habíamos preparado una tonta historia de cómo supuestamente nos habíamos conocido, había ido al spa, tenía la ropa adecuada, conocía de modales y etiqueta, pero aún no sabía cómo comportarme con Samuel frente a su familia.
"Mi madre de seguro querrá una novia contenida y distante... así que... quiero que seas melosa y cariñosa" dijo con una sonrisa de medio lado, besó el dorso de mi mano, que no había soltado desde que habíamos salido del apartamento, y desvió su mirada hacia la ventana, su comentario me hizo sonreír y la seguridad volvió a mí, me aferré a sus dedos y también desvié mi vista hacia la ventana para ver cómo dejábamos las calles atrás y nos acercábamos al día de la verdad.
Samuel
"¿Estaremos juntos siempre?" preguntó, no pude evitar sentir ternura hacia ella, era claro que no quería estar sola, no la culpaba, estaríamos en un ambiente hostil y desconocido, incluso para mí, que había crecido en la opulencia, era difícil, no quería ni imaginar lo que ella estaba sintiendo en ese momento, le aseguré que estaríamos junto siempre, además eso nos permitiría estar en sintonía con nuestras respuestas y así no habría errores.
Su siguiente pregunta hizo que me descojonara de la risa, de verdad Carla me impresionaba, siempre había pensado que las prostitutas eran mujeres de mundo, pero ella era tan inocente, "¿debo ser de esas novias melosas y cariñosas o prefieres que sea distante?" preguntó y eso me hizo pensar inmediatamente en mi madre y en lo mucho que ella hubiese querido atarme con una de esas mujeres frías de sociedad.
"Mi madre de seguro querrá una novia contenida y distante... así que... quiero que seas melosa y cariñosa" le respondí, hacía mucho tiempo que había decidido que haría todo lo opuesto a lo que mis padres querían, no porque fuera un caprichoso que disfrutara de llevarles la contraria, sino que, lastimosamente, llevarles la contraria era hacer lo correcto, así que los desafiaría con Carla a mi lado, besé el dorso de su mano y dirigí mi mirada hacia la calle, inmediatamente sentí cómo sus dedos se aferraban con fuerza a los míos y sonreí, dejando que una calidez satisfactoria me llenara por completo.
Varios minutos después Omar se detuvo frente a la entrada del hotel en donde se llevaría a cabo el brunch, había varios fotógrafos y periodistas listos para atacarnos en cuanto saliéramos del auto, "solo camina Carla... todo saldrá bien" le dije antes de descender, Omar esperaba con la puerta abierta, los flashes de las cámaras no se hicieron esperar, extendí mi mano y tomé con fuerza la de Carla, no nos detuvimos ni un segundo, avancé con ella velozmente e ingresamos al lobby, ¡que comience el show!
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Dama de compañía
FanfictionSamuel: Un solitario millonario Carla: Una dama de compañía Una boda y muchos secretos