Samuel
Le pregunté si todo se encontraba bien y la acerqué a mi cuerpo, su calor siempre era reconfortante y me gustaba su olor a flores, ella era como la primavera, besé su cuello suavemente, su piel era dulce, suave, cremosa y pálida, las vacaciones en el Caribe nos caerían bien, ella podría hacerse un bronceado, la imaginaba con un diminuto bikini y su piel brillando bajo el sol.
Desvié de inmediato mi atención de la rubia tentadora o perdería el control, Guzmán estaba susurrando indecencias al oído de Lucrecia, ella solo sonreía y se retorcía contra su cuerpo, movía la corbata de mi amigo para un lado y para el otro, tentándolo, lo tenía idiota, eso era evidente, era atractiva y divertida, no era extraño que lo tuviera obnubilado.
Por el contrario, mi hermano veía preocupado a la pelirroja que pronto se convertiría en su esposa, había consternación en sus ojos azules como los de mi padre, conocía esa mirada muy bien, era como un deja vú, era el temor de exponer lo que más amas a las llamas y verlo consumirse hasta convertirse en cenizas. No sabía con certeza lo que pasaba entre ellos, por lo general, en mi familia el fuego devastador eran mis padres, Marina era de su agrado, ¿qué podía estar mal? ¿a qué podían temerle? Fernando y Marina eran el sueño viviente de Pilar y Sebastián.
Marina estaba pálida, había sombras obscuras bajo sus ojos, resaltando el azul profundo de sus pupilas, ojeras que el maquillaje no había podido cubrir, seguimos conversando en la burbuja que habíamos fabricado, Guzmán y Lucrecia eran el centro de atención, agradecía mucho que estuvieran aquí haciendo más ligero el ambiente pesado que caracterizaba todos los eventos de los García, siempre había mucha presión, siempre había una polémica nueva, la prensa estaba constantemente al acecho, esperando pescar un nuevo escándalo jugoso, era una pesadilla.
Ella corrió hacia la salida del restaurante, en su camino había chocado su cuerpo contra uno de los camareros que llevaba bebidas en una charola, las copas se habían estrellado contra el piso y el sonido había llamado la atención de todos los comensales y empleados del lugar, pero ni siquiera eso la detuvo, cada vez su figura se me hacía más pequeña mientras la veía alejarse, cada vez más distante de mí. "Ese tipo de mujer no te conviene cariño" había dicho mi madre mientras ajustaba el cuello de mi camisa y acariciaba mi mejilla con la palma de su mano.
Mi vista estaba perdida en esa puerta y la figura de Nadia desapareciendo, no registraba los sonidos, era como si mi cabeza no procesara el momento, estaba dejando escapar a través de esa puerta lo único bueno que había tenido en un largo tiempo. En un momento de lucidez me separé de mi madre y corrí tras ella, muy en el fondo sabía que eso era lo correcto, era difícil tomar la decisión luego de haber pasado toda mi vida haciendo lo que mis padres ordenaban, siempre había intentado complacerlos y satisfacer todas sus expectativas.
La alcancé justo antes de que abordara un taxi que justamente pasaba por ahí "espera Nadia, tenemos que hablar" dije impidiendo que abordara a la parte trasera del auto, "¿Subirán o no?" pregunto de mala gana el conductor. Dirigí mi vista hacia ella con determinación, habría querido que ese fuego me invadiera minutos atrás, que la fuerza con la que le decía al conductor del taxi que se largara, fuera la misma con la que hubiera enfrentado a mis padres cuando dijeron todas esas cosas horribles sobre ella y sus orígenes, era algo que a mí no me importaba, ¿por qué a mis padres sí? ¿no era suficiente mi felicidad?
Siempre había pensado que ese tipo de personas eran despreciables, que debías defender los valores en los que creías, mi familia estaba llena de abogados, debía prevalecer la justicia y la equidad ante todo, pero eso desaparecía cuando se trataba de estatus social, lo peor era, que ahora, yo era una de esas personas depreciables, yo me unía a ese listado y me odiaba por eso, tenía claro que la había cagado a lo grande, que la había herido, también sabía que estaba aprovechándome del amor que ella me tenía, solo ese amor había evitado que abordara el taxi esa tarde.
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Dama de compañía
FanficSamuel: Un solitario millonario Carla: Una dama de compañía Una boda y muchos secretos