Extraño

Capítulo 4

JOSHUA

Créeme, Adri, no quiero, pero debo hacerlo.

Luego de su mensaje no pude responderle, solo me quedé en la cama llorando casi toda la noche. De verdad no quiero alejarme de él, pero Alejandro fue claro.

"Te prometo que si te acercas a centímetros de él no lo cuentas ¿Entendiste?"

Esa fue la razón por la que no fui al instituto estos días. Tenía miedo.

¿Cuándo llegará el día en el que pueda ir normalmente por la calle sin tener el miedo de no llegar a casa, o a dejar solos a los que más quiero? Es una mierda, solo quiero ser libre, poder estar tranquilo.

No digo que no haya querido ver a Adri, extraño sus ojos, la manera en que me ve cuando cruzamos miradas, extraño ver el cambio que logró en este tiempo, el gimnasio da sus frutos, ¡y que frutos! Ese cuerpo definido está más precioso de lo que recordaba.

Estuve toda la noche recordando todos los momentos que teníamos juntos, pero no pude evitar no recordar el día de la feria, él había subido conmigo en la rueda de la fortuna, estaba muy nervioso.

—Adri, ¿Por qué no subes con Josh en la rueda? — le di una mirada fulminante a Olivia.

—¿Por qué no? —me dio una sonrisa— ¿Vamos?

Solo asentí y él me tomó de la mano para llevarme a la rueda. Mientras íbamos a hacer la fila me giré hacia Olivia.

— ¿Qué haces? —le dije moviendo los labios.

—Luego me lo agradeces —una sonrisa pícara de formó en sus labios.

Juro que en ese momento la hubiese matado de no ser porque era lo que más quería en toda la noche, agradezco que haya hecho esto, ella estaba con su hermano (que, por cierto, estaba guapísimo) así que ella iba a subir con él.

Ya eran las ocho de la mañana cuando mamá entro a despertarme y me vio con el móvil en la cama.

—Qué raro verte despierto tan temprano cariño —dijo abriendo las cortinas, el sol me cegó un momento.

—Es que recordé poner la alarma —le di una sonrisa torcida.

¿Ya amaneció? Estuve toda la noche recordando a Adri. Este chico me trae mal, no puedo evitarlo.

Me levanté de la cama y bajé al comedor a desayunar aún faltaba una hora para las clases y para volver a ver esos ojos y ese cabello si peinar cruzar la puerta.

— ¿Has dormido bien cariño? —pregunta mientras saco el cereal del mueble.

—Supongo...—le dije buscando la leche— volví a soñar con él mamá —mentí.

— ¿Otra vez con ese imbécil? —me dijo mientras nos sentábamos en la isla de la cocina.

Ella sabe de quien hablo, es la única —aun— que lo sabe.

— Te dije que no me entrometería cariño, pero lo que te hizo esta mal, debería hablar con Darle...

— ¡No! —no la deje terminar—, no quiero que hagas nada, ya lo solucionaré.

—Pero cariño —dijo con una sonrisa triste— no puedes alejarte así porque si de Adrien.

—Ya lo sé —di un largo suspiro.

—Déjame ayudarte, Darlene lo entenderá.

—Al menos espera a que lo hable con Olivia —le dije comiendo mi cereal— debería saberlo antes.