JOSHUA
—Voy a disfrutar esto...
—Chúpalo sé que te encanta.
El recuerdo de aquella tarde con Alejandro me atormenta, no me lo puedo quitar de la cabeza, sueño seguido con eso, aunque muchas veces lo paso de largo.
Me despierto completamente sudado y con ¿Una erección? Busco a Enzo en la tienda, pero no está así que me levanto y salgo.
Aún es de madrugada, él está sentado en uno de los troncos alrededor de la fogata, la volvió a encender.
Me siento lenta y silenciosamente a su lado, lo observó con detenimiento, el reflejo del fuego en su rostro y su torso hace resaltar sus facciones.
Apoyo mi cabeza en su hombro y el parece volver a la realidad, tiene un semblante triste, y quizás sea por lo que me dijo, no quiere dejarme solo.
—Hey —me sonríe— ¿Todo bien?
Su calidez al hablar puede hacerte olvidar de todo en cuestión de segundos.
—Solo he tenido una pesadilla ¿Y tú?
—Estoy bien, no podía dormir y salí a tomar un poco de aire.
— ¿Puedo acompañarte?
—Claro, ya me aburría estando tan solo —sonríe tristemente.
Me quedé un momento concentrado en el fuego, mi erección seguía palpitando dentro del pijama, pero no le di mucha importancia.
— ¿Sobre qué era está pesadilla? —me vuelve a la realidad.
—Alejandro... Como siempre.
Puedo ver cómo se tensa su mandíbula y yo paso mi mano para relajarlo y funciona.
Coloca su mano sobre mi rodilla mientras sigo acariciándolo, se gira hacia a mí, me toma del cuello y me besa sin más.
Sus labios están húmedos, me besan desenfrenadamente y con pasión, como si fuese un reencuentro, pone su mano alrededor de mi cuello, pero sin lograr que duela e intensifica el beso.
La mano que tenía en mi rodilla comienza a subir lentamente hasta que en momento roza mi miembro erecto.
Él se separa de mí, lo mira y vuelve a mis ojos, se acerca a mi oído.
— Yo puedo ayudarte a que te olvides de ese imbécil —me susurra y saca mi miembro.
Él lo contempla un segundo y luego se arrodilla ante mí, puedo sentir como mi cara arde, y no creo que sea solo por la fogata
— ¿Puedo?
—S....si — dudo un momento.
Una sonrisa pecaminosa se hace presente en su rostro.
Él toma mi erección y se mete la punta en la boca, eso me hace soltar un gemido, toma sus manos y comienza a masturbarme, su boca no se mueve esta estática en ese lugar, justo en ese momento él levanta su vista hacia mí y me ve fijamente.
Joder, ¿no podría dejar de ser tan hermoso por una sola vez?
Tengo ganas de retratar este momento, pero el roce de la lengua de Enzo por mi glande me hace quedar en blanco.
El comienza a lamer lentamente la punta sin dejar de masturbarme, joder, esto se siente muy bien.
Tomo su cabello y paso mi mano por el cuándo empieza a bajar por toda mi longitud, sin dejar de lamerlo completamente. Esto hace que arqueé por un momento y suelte un gemido estruendoso.

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Extraño
RomanceJoshua estuvo enamorado toda su vida de su mejor amigo Adrien, pero el destino les impedirá obtener su libertad. ¿Qué harías Si el amor de tu vida se olvida de tí?