Extra: Adrien Monroe

46 4 0
                                    


Pasé toda la noche en vela, intranquilo, esperando a que Josh se recomponga, no puede estar pasándole todo esto. No en estos momentos.

Lo de Enzo fue casi instantáneo, no puedo precisarlo muy bien, yo me encontraba un poco mareado debido al golpe que me di contra el suelo cuando él me arrojo para ponerse delante de Josh y atrapar esa bala.

La policía encerró a Augusto en el momento que llegaron a casa, por suerte no volveremos a verlo por aquí por un tiempo, esta en el lugar que se merece, con los de su clase, encerrado como la bestia que es. De Alejandro no hemos sabido nada últimamente, se mantuvo en silencio y alejado de todo esto, lo último que supe es que estaba en California.

Afortunadamente, Josh despertó a media mañana, lo cual nos alegro a todos, Claudia me envió un mensaje en cuanto abrió sus ojos, Liv y yo estábamos demasiado preocupados, ella le envió muchos mensajes y le respondió al instante, estábamos juntos, no podíamos con la desesperación y nos mantuvimos despiertos esperando alguna respuesta.

Me subí al coche la más rápido que puedas imaginar y conduje en dirección al hospital para encontrarme con él allí, darle mi apoyo y todo lo que se merece en estos momentos. No se si podre ayudarlo, pero lo que necesita ahora mismo y lo que siempre tendrá, es un hombro en el cual pueda llorar.

—Llegué lo más rápido que pude. —entre jadeante a su habitación.

Josh estaba llegando a su habitación en la silla de ruedas, tenia muslo completamente vendado a causa de la bala que logro llegar a su pierna.

—Sera mejor que los deje solos. —expresó Clau dándome una mirada cargada de tristeza—. Voy a ver que podemos hacer para el funeral, ¿Vale?

—Vale —musitó Josh entristecido y con los ojos llorosos.

—¿Qué tal estas, Koala? —me senté a un lado de él en su cama.

—Pues vivo... creo. —dijo en voz baja.

—Lo siento mucho... —dudé un momento antes de decir lo siguiente—, cariño.

El agacho su cabeza pegándola aún más a su pecho y así se quedó por un rato.

—Hablemos de otra cosa, por favor —Suplicó y obedecí.

Verlo en este estado me destruyó, no podía soportar ver la tristeza, el desamparo y la falta de esperanza en su cuerpo. Estaba completamente gris, apagado, con una nube sobre él, sin ánimos de nada y lo entiendo, no debe ser para nada fácil sostener en tus brazos al amor de tu vida mientras agoniza y ves que su vida escapa de sus ojos.

—Lo han encerrado —solté— por si te lo preguntas lo han hecho.

Él parece esbozar una sonrisa pero la quita rápidamente dejando que la tristeza nuevamente se apodere de él.

—Me alegra Adri, de verdad que sí, pero no puedo ponerme feliz por eso, no en estos momentos.

—Lo entiendo Josh —coloqué mi mano sobre su rodilla— me tienes aquí para lo que quieras, no importa el qué, para lo que necesites, aquí estaré.

—Muchas gracias... ven aquí —me tomó del brazo y luego me acerco un poco mas a su cuerpo.

Josh coloco su cabeza sobre mi hombro y comenzó a llorar desconsoladamente, me quede con él hasta que cayo dormido a causa del agotamiento.

Por favor, no me lo pongas tan difícil, cariño.

Claudia ingresó a la habitación al cabo de unas horas, me ayudo a arrullar a Josh y luego salimos al pasillo para hablar mas tranquilamente.

ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora