JOSHUA
Ya eran al menos las 9 de la mañana cuando decidimos volver a la ciudad, lo pasamos muy bien en la noche, hemos estado bailando hasta hace unos 20 minutos más o menos, todos están cansados y se han dormido, solo quedo yo que estoy conduciendo y Bruce que viene detrás de mí.
Ese pensamiento sobre Enzo y Adrien vuelve a molestarme, nunca fui bueno para elegir, para nada, si me haces elegir entre un sabor de helado o el otro elegiré ambos y que este sea más grande, lo mismo con la ropa, no puedo decidirme y ese siempre fue un problema.
Pero... ¿Quién de los 2 tiene más puntos a favor? Hay muchos factores que debería considerar, quién estuvo conmigo por más tiempo, quién me conoce mejor, quién estuvo ahí en las malas y en las buenas, pero en todos y cada uno de estos hay un empate.
Tampoco dejaría que una moneda lo decida, ¿lo pensé? Si, ¿lo hare? Ni loco. Las cosas más importantes en la vida de una persona no hay que dejarlas en las manos del azar, hay que pensar racionalmente y con el corazón, como decía mi abuela.
Al fin puedo entender esa frase, que me la repitiera tantas veces dio sus frutos, ahora si me queda claro que tengo que hacer.
No puedo quedarme con ambos, ni que fuera un personaje literario, eso no pasa en la vida real. ¿Verdad?
Escucho quejidos que vienen desde el fondo del auto, Enzo está despertando. El viaje en carretera es lo más aburrido que puede existir, sin tener a alguien con quien hablar durante el recorrido.
—No quiero irme... —susurra Enzo desde su lugar— Quiero quedarme con él...
No sé qué estará soñando, lo veo por el retrovisor y está hecho una bola, con sus rodillas en su pecho, se ve muy lindo durmiendo. Adri debe estar incomodo esa posición, está durmiendo con su cabeza sobre el vidrio y con la manta que usamos anoche en la fogata.
A medida que íbamos llegando a la ciudad fui despertando a los chicos, para no tener que luchar al momento de sacarlos del coche, abrí un poco las ventanillas para que el olor a alcohol se vaya, pero no creo que suceda.
Adri fue el primero en abrir los ojos y desperezarse, le tendí un café que pare a comprar hace unos kilómetros, ya estaba frio así que hizo una mueca de asco al beber un so poco.
—No te quejes, lo compré hace una hora.
—Ni ti quijis —se burla y hace una mueca.
Él se giró para ver al cadáver que llevábamos detrás.
—Parece un muerto —hace un pausa para pensar— ¿Y si lo dejamos varado?
—Te estoy escuchando, idiota.
—¡Josh, el muerto habla!
Enzo le saca el dedo del medio y se reincorpora con nosotros, le quita el café a Adri y se lo bebe.
—Que asco —se queja— ¿No podías comprar uno mejor?
—Si no te hubieses dormido... —me encojo de hombros.
—Ya vale.
Llegamos a la ciudad y lo primero que debía hacer es dejar a Adri en su casa, queda mucho más lejos de lo que pensaba, casi al otro lado de la entrada de la ciudad.
Estábamos doblando la esquina cuando comenzamos a escuchar gritos seguidos de unos disparos, los 3 nos asustamos y aceleré para ver que estaba sucediendo. Si, lo vieja chismosa no se me quita.
—¿¡Pero que cojones!? —gritó Adri.
Una vez nos acercamos al alboroto, vimos a Augusto golpeando la puerta de la casa de Adrien con un arma en sus manos. Disminuí la velocidad hasta estacionar frente a la casa.
Adrien salió gritando del coche en dirección a su padre.
—¡Ni se te ocurra acercarte! —sentenció el viejo.
—¿Qué haces loco? —Augusto le apunta—. Cálmate.
—¡Augusto, suficiente! —Suelta Darlene abriendo la puerta de repente.
—No lo haré —se alejó de ambos y les apuntó—. Ustedes no se merecen que los perdone por lo que me hicieron.
—¿¡Me estas jodiendo!? ¿Acaso te escuchas, infeliz? —vocifera Adrien enfurecido— ¡El único que ha destruido esta familia han sido tú y el idiota de tu hijo!
Augusto nos da un vistazo a Enzo y a mí, y él se coloca delante de mí siendo mi escudo humano.
—¿Qué haces? —le pregunto, pero no obtuve respuesta.
Volví mi vista a las personas frente a nosotros, Augusto no está razonando, probablemente esté ebrio nuevamente.
—¡Solo quiero a mi esposa de vuelta!
—¡No la tendrás, ¿no lo entiendes?! No te quiere aquí y yo tampoco —Adri se acerca lentamente a él— ¡Siempre has arruinado todo, mis amigos, nuestra familia, nuestro hogar! ¡Te has cargado todo! Tú no te mereces nuestro perdón.
—¡Solo quería lo mejor para ustedes! —nos mira a y nos apunta con el dedo— ¡Y esas personas no lo son!
—¡Mas te vale cerrar ese hocico! —suelta Enzo.
Augusto comienza a caminar hacia nosotros sobre la entrada de la cochera, pero Adri es más rápido y aleja a Enzo colocándose frente a mí y ahora él es mi escudo.
—¡Como le toques un pelo, juro que te mato!
—¡Quítate, hijo, es momento de borrar a esta escoria de aquí!
Apunta su arma hacia mí y dispara, lo siguiente paso muy rápido y no me di cuenta hasta unos minutos después cuando vi a Adri, tirado a un lado de mí y Enzo frente a mi recostado boca arriba y con su mano en el estómago, sangre salía de él.
Me arrojé sobre Enzo en el momento que reaccioné y comencé a llorar sobre él, levantó su mano y me acarició la mejilla como pudo.
—Jo... Josh... —logra decir y solo le escucho— Prométeme, que serás feliz y harás todo lo que no pudimos.
—Enzo no... no te iras, quédate conmigo ¡Por favor! —intente detener la hemorragia pero era imposible, él quita mi mano.
—Basta Josh, ya es tarde para mí.
—No, no lo es.
Las sirenas de la policía y la ambulancia suenan a lo lejos, Enzo comenzó a escupir sangre. Adrien se levantó del suelo hecho una furia y saltó sobre su padre golpeándole el rostro y dejándolo todo ensangrentado por las golpizas. Darlene estaba en estado de Shock en la entrada.
—Josh... —vuelve a hablarme Enzo—. Adrien te hará feliz, ahora podrás estar con él.
—No, quiero estar contigo, Enzo, no me dejes.
—Tarde o temprano iba a suceder, Josh... Recuerda que te amo.
—Yo también te amo, Cortese.
Una camilla llegó frente a mí pero ya era tarde. Comencé a sentir un ardor en mi pierna y luego sangre que salía de ella, comencé a ver borroso y me desmaye, lo último que escuché fue un grito de Adrien.
—¡Tu no, no ahora, no me dejes!

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Extraño
RomansJoshua estuvo enamorado toda su vida de su mejor amigo Adrien, pero el destino les impedirá obtener su libertad. ¿Qué harías Si el amor de tu vida se olvida de tí?