-Debéis acabar con ella y con los trece hermanos también.
-Como?. Cuándo?.
-Con esta daga- me mostró un arma de plata y rubíes-. Y cuanto antes mejor. Ella sabe que estáis aquí. Está sitiando el mundo. No son muy buenas noticias.
No muy buenas noticias? Eran pésimas!. Qué íbamos a hacer? Saldríamos vivos de aquella??.
-Os ha quedado claro cuál es vuestra misión?.
Miré, sentada de brazos cruzados a mi abuelo mientras hablaba. Me sentía ridícula, extraña, un poco asustada incluso. Llevaba unos cuantos meses metida en el absurdo mundo de la batalla entre el bien y el mal sabiendo que cada día las cosas se tornaban más y más enrevesadas, que cada vez costaba más entender el significado de todos los enigmas y, sin embargo, ahí estaban mi familia y mis amigos, sentados en frente de mí, pareciendo tener las cosas más que claras.
Mis abuelos y mi tío estaban protegidos bajo el techo de un mundo creado por mí, un mundo aparentemente idílico que estaba rodeado de huestes oscuras deseosas de atacarnos, ansiosas por seguir sumidas en la oscuridad que las alimentaba. La gran idea del mundo feliz parecía desmoronarse, yo temia por todos mis protegidos. Ellos por el contrario, parecían tomarse las cosas de otro modo. Confiaban en mí y en Unax más que en nadie. Aquello era una carga demasiado pesada.
-Haya?.
Unax me habló haciéndome señas con la mano para hacerme bajar de nuevo a la Tierra.
-Disculpa?.
-Tus abuelo te estaba preguntando si tenías las cosas claras.
-No en realidad-miré a mí abuelo-. Esta mañana me sentí valiente, capaz de hacer todo lo que me propusiese, de acabar con la última gota de oscuridad del universo y ahora mismo, me encuentro perdida, asustada, incapaz de moverme. Todos vosotros estáis aquí por mí y por Unax, detrás de la línea de batalla, dispuestos a luchar por una guerra que acabáis de conocer y yo siento la responsabilidad de protegeros, de no dejaros caer. Es duro.
-Tu única responsabilidad ahora mismo, Haya es centrarte, olvidarte del miedo,tener la mente clara para luchar contra Chiara. Recuerda que el miedo nos hace débiles.
-Lo se, abuelo. Lo sé.
El modus operandi era sencillo. Guerreros de luz enviados por Abdib se dirigían a nuestro planeta, lucharían contra los oscuros mientras Jonan, Vincenzo, Unax y yo buscábamos el momento idóneo para atacar a Chiara en soledad. Laila se quedaría con mis abuelos, protegiéndolos. Aunque nadie se había atrevido a decirlo, todos sabíamos que estaba embarazada y deseamos darle un trabajo menos físico aunque no por ello menos estratégico. Teniéndola con mis abuelos podríamos comunicarnos con ellos a través de su pensamiento.
-Como sabremos cuando es el momento exacto para atacar?.
-Los guerreros de luz nos avisarán. Mientras debemos dirigirnos al vértice, a la frontera de este mundo. Allí esperaremos
Para Jonan todo era siempre demasiado fácil o quizás fuese demasiado frío para decir las cosas. Fuese lo que fuese, envidiaba su saber estar en aquel momento.
-Puedes con ello, Haya. Tan sólo confía.
De vez en cuando tenía momentos de empatía. Ese era el yin y el yang de mi querido amigo extraterrestre. Lo miré a los ojos como gesto de agradecimiento aunque vi en ellos un ligero atisbo de culpabilidad.
-Hablaremos más tarde, Haya.
Con él las cosas iban a otro ritmo. Al menos, las cosas que estaban en relación con los sentimientos. Para todo lo demás, era todo demasiado acelerado y carente de emociones.
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Soy tu Oscuridad #4
RomanceEsta historia pertenece a una saga. Se recomienda leer en este orden. *Atrapada *Y entonces llegó ella *Más que hermanos *Soy tu oscuridad Muchos conocéis a mis abuelos, padres e incluso a mis bisabuelos pero esto va más allá del apellido Alfasi. Au...