Escuchar como Haya parloteaba feliz mientras me mostraba los rincones de su infancia, había sido increíble. Yo no hablaba, tan sólo me limitaba a escucharla y conocerla un poco más.
Cada rincón, cada curva que cogía con su moto rosa era una historia increíble que me mostraba sus recuerdos, su corazón y por eso, Haya cada día me gustaba más. Había llegado a la conclusión de que estaba enamorado de ella. Había robado mi corazón de todas las formas habidas y por haber pero cada vez que pensaba en que algo como lo de Liana podría llegar a pasarle, las ganas de besarla y declararle mi amor, se iban. Aún así, de no haber sido por Helen, hubiese acabado besándola.
-Rubén está aquí-me dijo mentalmente-.
-¿Qué hace aquí?.
-Es mi marido, Únax. Siento tener que estropearte el momento con Haya.
Caminé hasta la orilla sin pensar siquiera en recoger mi ropa. Hacía demasiado calor de todos modos.
-¿Qué tal, Helen?.
-Bien, Únax. Cuéntame, ¿qué es lo que ha pasado con Haya?.
-¿Cómo?.
-Soy su madre, Únax. Nunca en todos los veranos en los que lleva como dueña de ese hotel ha pedido un día libre. Algo grave ha debido de pasar.
-Fue atacada.
-No le contaré nada a Rubén, Únax. Se la relación que os une como también se que él no es justo contigo.
La miré como si fuese mentira lo que estaba escuchando. ¿Rubén había sido capaz de contarle a Helen lo qué éramos y yo no a Haya?.
-Ayer descubrí cuál es el poder de Haya, Helen.
-¿Cuál es?.
-Es una creadora de mundos. El arconte estuvo a punto de matarla ayer pero ella escapó creando no sólo un mundo sino dos lo cual es muy raro para ser su primera vez pero, además, curó sus heridas inconscientemente. Ella mismo me dijo que se había visto con el cuello magullado, dividió su yo físico de su yo onírico.
-Perdóname si no entiendo mucho vuestro mundo, Únax. Es demasiado nuevo para mí pero supongo que es un don fuera de lo común.
-Hay cuatro en el planeta Tierra. Una de ellas es Haya. Los caminantes de sueños estamos muy pendientes de ellos. El problema es que aún nadie sabe que Haya es la cuarta. Me la asignaron porque estaba en peligro pero, al no ser consciente de ello, nadie se percató.
-¿Lo sabe, Rubén?.
-No y me gustaría que no lo supiese. Estamos obligados a informar de cuando encontramos a un creador de mundos. Son seres poderosos pero también muy susceptibles de ser atacados.
-¿Será bueno para ella?.
-Sería uno de nosotros, Helen. Me gustaría que fuese una decisión que ella tomase. No algo obligatorio. A mí no me dieron a elegir. Además, cuando Haya está cerca de mí, no sueña. Quiero protegerla hasta que ella pueda por sí misma.
-¿Estás infringiendo una ley por mi hija?. ¿Por su bien?.
-Sí, Helen. Así es.
Se quedó pensando un momento mientras miraba al mar. Su mirada me recordaba a la de Haya. Tan místicas cuando estaban pensando.
-Sabía que llegarías a amarla.
-¿Es sano qué lo haga?. Ya sabes lo que pasó con Liana....
-Vuestro futuro aún esta borroso pues depende de vuestras propias decisiones. Sólo puedo decirte que ella también te ama además de darte las gracias por lo mucho que estás arriesgando.
Helen era una gran mujer a la cual la vida había tratado de forma buena y mala a partes iguales. Dulce y comprensiva me costaba entender como había acabado juntándose con Rubén. Él tenía un gran fondo, no podía negarlo pero también era capaz de guardar bastante rencor dentro.
Jordi, el abuelo de Haya, era un ser excepcional. Me encantó nada más conocerlo. Podía ver su gran aura dorada alrededor así como la constante presencia de su mujer. Él no la veía como yo pero estaba seguro de que era capaz de notarla. Los grandes amores jamás se perdían. Aunque Liana hacía mucho que había cruzado al otro lado sin dejar rastro alguno. Eso era algo que Rubèn tampoco sabía. La había guiado para ir encontrar el buen camino sin que me esperase.
Quedamos en dormir todos aquella noche en la casa del abuelo Jordi. La noche se había echado encima. Justo después de cenar y de compartir bellas historias, Rubén me llamó para hablar con él.
-La reunión se celebrará el lunes en Roma.
-¿Cómo?. ¿La reunión se ha adelantado?.
-Están habiendo más ataques de los que solía haber. Ya sabes que somos pocos y que luchamos como podemos.
-No puedo dejar a Haya. Ella es libre cuando estoy a su lado.
-¿Piensas faltar a la reunión?. ¿Qué les dirás?. ¿Qué te has enamorado de nuevo?. Sólo serán un par de días. Helen podría....
-¡Helen no puede protegerla como yo!. Ella no sueña si está a mi lado y no pienso alejarme de ella por las noches.
-¿Y qué harás?. ¿Llevarla contigo?.
-Eso mismo haré.
-No puedes.
-Por una vez, Rubén, deja de darme órdenes. Haya irá conmigo y no hay más que hablar.
-¿Qué le dirás?.
-La verdad.
Volví a entrar en la casa de nuevo enfadado por las constantes órdenes de Rubén. Ya todos estaban acostados incluída Haya quien se sobresaltó al verme llegar.
-¿Qué pasa, Únax?-me preguntó-.
-Mañana tengo que ir a Roma.
-¿A Roma?.
-Sí y tú te vienes conmigo.
-¿Cómo?. No puedo, Únax. El hotel....tengo que estar allí.
-Haya-me senté a su lado en la cama-. No puedo dejarte estando las cosas como están pero tampoco puedo dejar de ir a Roma. Es una sensación extraña. Al principio no quería estar en tu casa y ahora, no quiero separarme de tí.
-¿Qué es lo qué tienes que hacer en Roma?.
-Los caminantes de sueños nos unimos una vez al año en una ciudad del mundo diferente.
-¿Qué sois?.¿Qué eres Únax?.
Tomé aire para contarle la verdad. Debía saberla si quería protegerla.
-Cuando la gente sueña y siente que alguien los ataca, no son sueños, son realidades. Los ataques existen, los arcontes también, nosotros protegemos a los humanos de ello.
-¿A los humanos?. ¿No eres humano?.
-Lo fuí.
Me miró desconcertada, como si no pudiese creer lo que estaba escuchando. Ahora que Haya sabía la verdad, ¿seguiría queriendo estar a mi lado?.
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Soy tu Oscuridad #4
RomanceEsta historia pertenece a una saga. Se recomienda leer en este orden. *Atrapada *Y entonces llegó ella *Más que hermanos *Soy tu oscuridad Muchos conocéis a mis abuelos, padres e incluso a mis bisabuelos pero esto va más allá del apellido Alfasi. Au...