-El otro día le escuché...
-¿Qué te dijo?.
-Que él también me escuchaba.
-Entonces, Haya. No tienes nada que temer. Duerme, preciosa.
Me acarició el pelo como siempre hacía. Antes de que me dijese un te quiero al oído, ya estaba dormida.
Al menos, con mi amuleto, el sueño me permitirá no pensar en nada. Al menos, con mi amor, estoy protegida.
Desperté cuando el sol aparecía iluminando al mundo un nuevo día. Únax seguía a mi lado aunque intuí que un poco inquieto.
-¿Qué tal, Únax?.
-Bien, Haya.
-¿Seguro qué bien?.
-Tengo muchas dudas desde que vimos los recuerdos de Chiara. Me cuesta entender muchas cosas.
-Parece que todo se está saliendo de madre, ¿verdad?.
-Sí, Haya. Nada en lo que que creía parece ahora real o verdadero.
-Encontraremos la verdad, Únax.
Por primera vez desde que lo conocía fuí capaz de infundirle ánimos.
-Chicos, ¿Estáis despiertos?-Leila nos llamó-.
-Ya salimos-anuncié-.
Pocos minutos después de desperezarnos, salimos a la luz. El sol en Hawaii apretaba demasiado a pesar de ser apenas las seis y media de la mañana.
-Ya estamos-sonreí a Leila-.
-Abdid tiene algo que contarnos.
-Ya era hora.
Abdid apareció dos minutos después, cuando yo casi pensaba que no iba a hacerlo nunca más.
-Vayamos a desayunar.
-¿Desapareces horas después de traernos aquí y tienes los santos cojones de decirnos que vayamos a desayunar?.
Estaba enfadada. ¡Claro que lo estaba!. ¿Por qué coño desaparecía, nos negaba la verdad y después nos invitaba a desayunar como si nada hubiese pasado?. ¿Cómo si no quisiésemos saber nada?.
-"Haya, ten paciencia".
-"La tendría, Abdid pero queremos saber la verdad. Nuestra vida depende de ello".
-"No sólo la vuestra sino la de toda la humanidad. Confía en mí".
Confiaba en él pero me parecía tan irritante que no quisiese decirme la verdad que me ponía hiper nerviosa.
Fuímos hasta la sala común donde servían el desayuno. Únax y Abdid no comieron, Leila tomó un té, yo un vaso de agua caliente con limón y Vincenzo todo lo que los demás no nos comimos.
-Esta tarde viajaremos-anunció Abdid-.Iremos todos juntos pues todos habéis demostrado vuestra valía.
Miró a Vincenzo y Únax directamente a los ojos. ¿Qué habría estado haciendo aquel hombre durante la noche?.
-He de comunicaros que estaremos fuera por espacio de unas semanas, aún no sé exactamente cuántas. Siento que os tengáis que ver arrastrados hasta esta situación por mi culpa pero ahora sois mis protegidos y como tales, os debo seguridad.
-Vincenzo-me volví para hablarle-. ¿Estás seguro de querer viajar?. Tú eras feliz pintando en Chaouen.
-Volveré a Chaouen cuando tú y Únax estéis bien. Le prometí a Rubén que os protegería y es lo que voy a hacer.
ESTÁS LEYENDO
Soy tu Oscuridad #4
Roman d'amourEsta historia pertenece a una saga. Se recomienda leer en este orden. *Atrapada *Y entonces llegó ella *Más que hermanos *Soy tu oscuridad Muchos conocéis a mis abuelos, padres e incluso a mis bisabuelos pero esto va más allá del apellido Alfasi. Au...