Capítulo Diez. ¿Mar o Montaña?.

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Me despedí de él con una sonrisa. Jonan, el hombre de las estrellas que había venido a la Tierra a sufrir....a no ver crecer a su hijo, a separarse de la persona amada. Moví la cabeza alejando funestos pensamientos de mi cabeza. Ya en la cama me abracé fuerte a mi marido.

Nunca podrán separarnos, nunca

Hay momentos en la vida en los que la gente reacciona de formas extrañas, momentos en los cuales la gente es capaz de dejar de lado sus propios sentimientos en pro de los demás. La reacción de Jonan, su confesión inesperada, me hizo preguntarme porque precisamente me lo contaba a mí, porque no lo guardaba para sí mismo y escuchando como Leila lloraba en mis brazos una vez llegamos a Marrakech, preferí que no lo hubiese hecho. Estar en poder de la verdad, cuando una amiga la desconocía y sufría por ella, era desgarrador.

-Siento que engaño a ambos, Fátima. Me decidí por Vincenzo el mismo día en el que me enteré de que estaba embarazada y ahora desconozco si lo hice por amor o por no dejar a un lado a Vincenzo.

-¿Amas a Vincenzo?.

-Por supuesto. ¿ Por qué sino iba a yacer con él?. Pero ahora lloro por Jonan.

-El tiempo te ayudará a sanar las heridas, Leila. Aunque ahora veas esta situación como inmanejable y sí, se lo que me quieres decir pero los hijos son de los padres que los crían. Fíjate en Únax, considera a Rubén su padre pero no es su padre biológico.

-¿Y mi carga?.

-Es tu carga pero sólo dentro de ti se encuentra la posibilidad de hacerla más liviana.

Con el corazón en un puño por Leila, me encontré paseando por la Medina junto a Únax. Era tal y como la recordaba, sin años ni siglos que hubiesen pasado por ella. Era extraño el hecho de que conociendo de cabo a rabo todos y cada uno de sus rincones, recordando incluso a gente, no tuviese ni la más remota idea de donde se escondía el "bendecido por Dios".

-¿Tienes la más mínima idea de por dónde empezar a buscar?.

-Por la Medina-bromeó-. En serio-añadió al ver mi cara de mala leche-.Creo que lo mejor es hacer un reconocimiento de la zona. Deberíamos fijarnos en todos los letreros, carteles, casas en los que la palabra Allah venga escrita.

-Lo cual es en la mayoría de los escritos, carteles y puertas de casas.

-Lo sé. Ahora mismo, sería necesario que Rubén estuviese con nosotros. Pudiendo, como puede ver la energía, sería de gran ayuda.

-¿No has hablado con él y Abdib?.

-Sí-fue un sí seco-.

-¿Y bien?.

-Opinan que debemos ser cautelosos, Haya. Tu madre ha hablado con tu padre y, efectivamente, fue él quien se puso en contacto contigo, sin embargo, ha visto cosas no demasiado halagüeñas

-¿Qué cosas, Únax?.

-Hubiese preferido que no me estuvieses preguntando ahora mismo.  Me resulta difícil ocultarte las cosas, por mucho que te afecten.

-Dime que es lo que pasa, Únax.

Movió la cabeza con resignación antes de abrir la boca.

-Vamos por el camino correcto queriendo cambiar el pasado. La forma de evitar los efectos  de la ponzoña es, como yo intuí, nuestro amor verdadero pero, llegará un momento en el cual se haga más fuerte y apenas podamos hacer nada si entra en acción, tal y como te pasó a ti con la oscuridad.

-¿Entonces?.

-Prevenir antes que curar. Si evitamos  estar infectados, no tendremos porque curarnos.

Soy tu Oscuridad #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora