Semjasé

911 137 5
                                    

Cada mañana, o eso suponía pues había perdido por completo la noción del tiempo, salía a entrenar con Semjasé. Era un entrenamiento extraño basado prácticamente en técnicas de meditación, sanación con las manos y defensa que me mantenía alejado casi siempre de Haya.

Ella estaba perdida, lloraba cada noche y temía que todo lo que estábamos viviendo la debilitara demasiado. Honestamente, la orden ya casi me daba igual, lo único que quería era que mi esposa estuviese bien, su felicidad era mucho más importante para mí que eso. Los caminantes me habían demostrado con creces que eran unos viles mentirosos. Habían engañado a muchas personas que, con su afán de bien, habían dejado a un lado muchísimas cosas, incluída su condición de humanos.

-¿Qué pasa, Únax?. No te concentras en la meditación

-Siempre me ha costado concentrarme, Semjasé-sonreí- pero me preocupa Haya. Parece tan frágil en estos días que temo que no sea capaz de acabar con el arconte, que termine con ella, con su vitalidad, con su alma incluso.

-Ese sería el peor de los escenarios, Únax. Si el arconte acaba con ella, se beneficiará de mucho dolor, el dolor por la muerte de tu mujer. Se hará poderoso si descubre que el poder de Haya lo perjudica, abandonará la misión primigenia pero gobernará el mundo humano igualmente. Los humanos no se merecen todo lo que podría pasarles de ser así.

-Es un horror,Semjasé.

-Sí. Chiara y Zahir insisten mucho en que bloqueé su mente pero si cae su protección, muchas almas sufrirán. Ella ahora está triste porque no te ve apenas, triste porque escucha a su padre y no es capaz de verlo, tampoco  su madre está con ella pero estamos trabajando en ello. Pronto sus padres-También el tuyo vendrán-. Vosotros cuatro juntos seréis capaces de elevarle la vibración que tan baja tiene pero debes concentrarte en tu entrenamiento. Debes estar vibrando positivamente para ella.

-Una pregunta más, Semjasé.

-¿Sí?.

-No entiendo lo de Kilian, el padre de Haya. ¿Cómo es que viene?. ¿No estaba muerto?.

-Lo está en la Tierra. Su alma sigue en el Universo pues pertenece al Universo. Normalmente, la forma física de nuestras anteriores vidas se difumina hasta perderse pero su muerte-que no es muerte sino renacer- no hace mucho que sucedió. Ella pidió que su padre estuviese aquí y dado que el momento de la batalla está muy cercano, él ha decidido venir para ayudarla.

-¿Y los demás?. Me refiero a su madre y mi padre.

-Abdid fue a buscarlos cuando entrastéis en las Pléyades. Les habló de todo lo que sucedía. Ellos decidieron libremente sumarse a la batalla.

-¿Y el resto de caminantes?. Me refiero a los buenos.

-Los humanos tienen razón cuando dicen que todas las costumbres se pegan-sonrió-. Te estás volviendo igual de preguntón que tu mujer.

-Sí. Solía saber muchas cosas antes, ahora apenas nada. Quizás sea por eso que pregunte tanto.

-Puede ser. Tus amigos caminantes se van a unir a la batalla muy pronto, Únax. Están preparándose para ello. ¿Proseguimos?.

Asentí con la cabeza aunque tardé mucho tiempo en concentrarme. Antes de hacerlo, no pude evitar hablar con mi padre.

-"Rubén, ¿habéis hablado con Abdid?".

-"Sí, Únax. Helen y yo hemos estado hablando con él esta tarde. ¿No te parece todo demasiado increíble o rebuscado?".

-"Creo que no es más que una disonancia cognitiva. Llevamos tanto tiempo creyendo en tantas cosas que ahora que vemos la verdadera verdad, todo nos parece demasiado increíble".

-"Pudiera ser. De todos modos, Abdid es puro amor. Dudo mucho que nos engañe. ¿Qué pasa con Haya?. Abdid insistió mucho en que debíamos ir a las Pléyades".

-"Está sobrepasada, saturada. Su miedo empieza a bloquearla".

-"Esta tarde partiremos hacia allí. Veremos qué podemos hacer con Haya y con nuestras misiones".

-"¿Nuestras misiones?. ¿No es sólo una batalla?".

-"Yo estoy destinado a absorver la energía de Alazar, tú a dirigir una orden llena de amor y verdadera".

-"¿Qué?".

-"Abdid no nos ha dicho nada pero Helen lo ha visto".

-"¿No es el futuro cambiante?. Pues creo que cambiaré mi destino respecto a eso. Sólo quiero vivir feliz con Haya".

-"El problema, Únax es que sólo ese es el camino existente para que seas feliz junto a Haya".

-"¿No existe el libre albedrío entonces?".

-"A veces sólo hay un camino posible para alcanzar la felicidad. Parece que naciste para ello".

-"Pues menudo destino...".

Cerré los ojos con fuerza. Parecía que Haya y yo estábamos destinados a sacrificar nuestras vidas por salvar a la humanidad. Estaba enfadado. ¿Por qué no iba a poder elegir?.

-Haz caso a tu padre, Únax. Seréis felices si vais por el camino correcto.

-¿Me has escuchado?.

-Pensáis demasiado alto-se excusó-. Mantén la calma. Lo malo atrae a lo malo, lo bueno a lo bueno.

Seguro que habría un camino. ¿Cómo iba a guiar yo a una orden si a veces no era capaz de guiarme ni a mí mismo?.


Soy tu Oscuridad #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora