Capitulo 3: El poema

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— ¿Quien quiere hacer trampas en el concurso literario?

Fue la propuesta rara que nos dió Merli al entrar a la clase, yo tenía la costumbre de participar en el concurso cada año. Si sacaba el primer lugar mí recompensa sería un lote de libros, total.

— ¿Merli a que te refieres con hacer trampa? — pregunté algo curiosa.

— Teniendo en cuenta que es una actividad individual, propongo que todos lo escribamos de manera conjunta. Luego uno de ustedes puede entregarlo con su nombre.

A todos parecía gustarle la idea, no estaba mala, eso sí, si nos pillaban estaríamos todos comprometidos, a Eugeni que se encarga de organizarlo cada año, no le gustaría nada.

— Merlí, tengo una propuesta — intervino Pol — ¿Que tal si escribimos un poema erótico?

Un poema erótico, era una gran idea, no estaba muy segura si tendría algo para aportar.

— Excelente, traigan para mañana algunas ideas así podemos concretar el poema, peripateticos.

Yo también contaba con que iba a escribir mí propio poema para el concurso, claro, como dije antes no iba a fallar, era un ritual que se repetía todos los años. No iba a ser uno erótico pero supongo que también sería bueno.
Luego de múltiples bocetos mal escritos, ideas fallidas y muchas ganas de dejar de escribir por la bronca que me producía no tener nada bueno, llegué a algo que me pareció decente para el concurso.

***

Hoy nos tocó desayunar en el insti, me senté junto a Tània y Berta.

— Le dije a Pol que estoy embarazada — casi escupo el café por la confesión de la pelinegra, Tània estaba igual que yo— No estoy embarazada.

— ¿Cómo dices?

Se acercó más a nosotras, como si temiera que alguien la escuche — Pol me dijo que quería terminar conmigo, entonces le dije eso, pero no hay bebé.

— Que fuerte tía, pero está mentira no te durará mucho — Concordé con Tània, no era muy inteligente bromear con eso. Tarde o temprano Pol se enterará.

— Mientras tanto ustedes dos no dirán ni una palabra, ¿Entienden?

Algo inseguras asentimos, de pronto Berta miró para atrás y me sonrió coqueta — Hablando de otras incoherencias, Capdevila no para de mirarte Zoe.

Por instinto me giré, Joan estaba concentrado en su cereal, de pronto miró para mí dirección y yo giré rápidamente.

— Eso no significa nada, chicas.

Tània no estaba muy de acuerdo — Varias veces lo pesqué mirándote en clase, no estaría muy segura.

— Están obsesionadas con ese tema desde principio de curso, olvidendelo.

No sentía nada por Joan, éramos colegas, no podía pensar nada más que eso en el.
Dejamos las bandejas y nos dirigimos al salón, tocaba filosofía. En la entrada Pol retuvo a Berta.

Merli entro al curso y con una palmada comenzó la clase — Bueno, quiero oír sus propuestas para el poema, a ver Bruno ¿Tienes algo?

Bruno se levantó del asiento y algo sobrado leyó — Cuando uno se toca la polla, es porque hace tiempo que no folla.

Todos nos reímos, pero al profesor no le causó tanta gracia — Eso no es erótico, es porno. Tú presentarás el poema en el concurso.

Esos momentos de tensión entre padre e hijo son los que muy irónicamente, disfrutábamos, Bruno había pasado del egocentrismo a la vergüenza con una única frase de su padre.

Berta le quitó un papel con algo de brusquedad a Joan, causando la atención de todos — Hey, Joan tiene algo.

— Devuélvemelo, joder .

— Anda Joan, lee tu poema — este se negó, empezando a sudar — Si no lo lees te arrepentirás luego.

— A-aunque mis ojos no te puedan ver...

Todos soltaron una carcajada, menos algunas excepciones como yo, realmente estaba interesada en oír su poema.

Merli les dio una mirada asesina a todos — el próximo que se ríe lo saco del salón. — le dio una señal a Joan para que continúe.

Aunque mis ojos no te puedan ver, formas parte de mí
Como el agua de la tierra.
Siento envidia del viento,
que te puede tocar entera.

La clase sorprendida aplaudió, Tània y Berta empezaron a hacer gestos que ignoré. Por primera vez los ojos de Joan se posaron en los míos, ese poema si había sido un verdadero poema erótico con clase.
Merlí tomó la hoja con las palabras escritas y lo felicitó palmeandole el hombro.

Terminamos la clase con una idea ya planeada de lo que íbamos a presentar, bajo el nombre de Bruno, en el concurso literario. Teníamos altas chances de obtener un buen puesto porque bajo mi criterio, el poema había quedado realmente bien. Todos estábamos felices y sonrientes, claro, menos uno.

    

La paradoja del cuervo || Merli #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora