Capitulo 21: El partido de fútbol

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—Todo lo que dice Judith Butler está muy bien — comenzó Oliver — Pero Quima es transexual y la miran mal, y nosotros no podemos permitir eso.

—He oído hablar a Gloria en el pasillo — acotó Iván — Decía que Coralina ya le había dado la baja a Quima.

—Eso es una mierda — dije un poco ofendida.

— Si, lamentablemente es así. — admitió Merlí, causando revuelo.

— Papá, ¿Es verdad?

— No es justo. ¡Debemos hacer algo para detenerla! — gritó Tània.

Todos concordamos con que había que hacer algo. Berta soltó la primera idea.

— Hagamos un grafiti: "¡No apoyamos a Coralina!".

— O mejor todavía.. — prestamos atención a la palabra de Merlí —Vengan los chicos vestidos de chica, y las chicas vestidas de chico.

Es que la idea era buenísima y original, hubo muchos sonidos de aceptación alrededor del curso.

— Chicos, un momento. ¡Si hacemos esto, Coralina se volverá loca! — dijo Oliver con una sonrisa malévola.

Levanté la mano — No, que la idea es buenísima. ¿Pero será así nomás, venir y pasar todas las clases vestidos del sexo opuesto?

— Tienes razón Zoe, hagamos algo distinto. ¿Que les parece un deporte?

— Que en eso soy malísima.

—Si yo igual.

Pol se levantó — ¡Lo tengo! Hacemos un partido de fútbol, es que tíos será buenísimo, causaremos furor.

Iván estuvo de acuerdo — Si, y así también demostrariamos que el mundo del fútbol no discrimina por homofobia.

Merlí solto un pequeño aplauso — ¡Eso! Me encanta que merlineen. Entonces decidido, en la hora del patio armaremos todo, pero joder, yo pido ser el árbitro.

*

— No entiendo para qué quieres una camisa mía, y menos un pantalón — renegó mí padre.

— Ya te he explicado, es para un taller de teatro que dictan en la escuela.

— Vale, pero me lo cuidas y me lo traes bien limpio.

— ¡Gracias pa! Te amo pero se me hace tarde.

Y era cierto, a pesar de que mi casa quedaba muy cerca el insti, me había distraído de más. Corrí y corrí, casi me pisan, cuando llegué Tania, Oksana, Mónica y Berta me esperaban en la entrada. Aún ninguna estaba cambiada, pues habíamos acordado hacerlo en aquí mismo.

—¿Entonces que, vamos al baño de tías? —preguntó Tània muy sonriente.

—¿Tías? Por favor no seas aburrida, nosotras iremos al baño de tíos. Porque a partir de ahora somos tíos — dijo Oksana.

— Las quiero bien guarras — dijo Berta ya en el baño.

— Si, tenemos que hacer cosas de tíos, tocarnos el paquete a cada momento eh.

Berta asintió — Si y escupir a cada momento, eso también lo hacen.

Cuando terminamos de cambiarnos fue casi imposible no reírnos. Tània parecía un hippie, Mónica y yo hombres de negocios y Oksana y Berta lucían como dos cantantes de reggaeton.
Pol entró, aún conservando su look y sonrió al vernos.

—¡Hombre! Que guapos.

Berta le entregó un bolso con ropa, era obvio que le había prestado algo de ella para hoy.

— Ve a cambiarte al baño de tías, aquí no.

— Va, me quedaré aquí. — sentenció divertido.

No sé por qué razón, pero yo me quedé con él mientras las chicas fueron a buscar a las demás. Pol me había pedido que lo ayude con un brevivisimo maquillaje.

— A ver, abre un poco la boca para pintarte — le pasé suavemente por los labios — rosa chicle, que sexy.

Además del maquillaje tenía un vestido y un moño en la cabeza, era muy divertido.

— Oye Zoe.

— Dime.

—¿Alguna vez te has tirado a una tía? — reí entendiendo a dónde iba todo.

— No, ¿Tú te has tirado a un tío?

Pol revoleo los ojos y pasó sus manos por mí cintura — Pues si, pero no viene al caso.

Se abalanzó arriba mío para comenzar una batalla de lenguas, mí boca se fue ensuciando con su pintalabios, al igual que la suya con el marcador del bigote que yo tenía dibujado.
Mí espalda chocó contra la pared y él siguió besándome como si no hubiese un mañana. Dulce infierno.
No sobrepasamos los límites porque, teníamos un partido de fútbol que jugar y además... convengamos que estábamos en un lugar donde cualquiera podría entrar y descubrirnos.

Nos arreglamos un poco y salimos al encuentro de todos, ya estaban en el patio de juego. Fue una escena casi conmemorable de ver.

—¡Eh, Quima y Merli! — gritó Tània.

Efectivamente, Quima se acercaba a nosotros con una sonrisa y Merli también había respetado la consigna, tenía un sombrero de señora y una falda escosesa.

— Música épica, para un momento épico — todos hicimos un minuto de silencio para escuchar el himno, con la mano puesta en el corazón.

El partido comenzó cuando el árbitro Merlí, hizo sonar el silbato de inicio. No es necesario detallar el caos que fue, a nosotras se nos caía la ropa por ser tan grande y los tíos se caían por los zapatos altos que llevaban.
Y cuando ya llevábamos media hora de partido, Berta provocó una falta contra Iván, era penal. Cómo Berta había hecho un gol a favor nuestro, ahora los otros tenían la oportunidad de igualar el partido.

La expectación era altísima. Incluso casi todo el colegio se había juntado a nuestro alrededor para ver el espectáculo que habíamos armado. Muchos profesores también nos veían con una sonrisa.

— ¡Quima! Tu deberías patear el penal — propuso Marc, todos lo apoyamos y ella no puso ninguna resistencia.

El silbido de Merli sonó. La patada hizo que el zapato de tacón de Quima saltara por los aires mientras el balón entraba en la portería. Todos celebramos el gol abrazando a nuestra profesora.
Estábamos seguros que Coralina había oído todo y seguro estaba mirando la escena con resentimiento desde alguna ventana del insti.

El zapato cayó al suelo y el pie desnudo de Quima volvió a entrar en él con la misma dignidad con la que había llegado unos días antes al instituto Ángel Guimerà




La paradoja del cuervo || Merli #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora