Capítulo 35: Campamento

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Parte 1

Había llegado el día del campamento, nos acompañarían Merlí, Gabi y Quima, quien había llegado al instituto como una linda sorpresa.

Pol y Tània habían confirmado su relación frente a todos, y ahora podían morrearse tranquilamente sin esconderse de nadie.

— Son tan lindos — Murmuró Berta.

— Si que lo son..

Marc cambió de tema — ¿No creen que es infantil ir de campamento como cuando estábamos en primaria?

— Eso sonó aguafiestas, Marc — dije.

— Si no quieres no vayas y ya.

Él levantó las manos resignado — Solo decía.

Merlí miraba para todos lados con la libreta en la mano intentando anotar los presentes.

— A ver chicos, el autobús llegará pronto. Si no nombré a alguien que esté presente, hable ahora o calle para siempre.

Tània con ojos de enamorada se acercó a mí — Oye Zoe, ¿Estarás en la habitación con nosotras, verdad? Seríamos Mónica, Oksana, Berta y yo.

— Hola Julieta — dije bromeando — si claro que estaré con ustedes.

— Vale, mola.

Quima y Gabi entraron por la puerta grande. Todos los  alabamos.

— ¿Y la paella? — pregunto Pol haciendo referencia a la paella que Quima prometió para el campamento.

— Ya está afuera y pesa eh..

Ver a Gabi era muy divertido, me acerqué a él. Llevaba equipaje como para dos meses de viaje.

— Eh Gabi, que no nos vamos de Safari — comenté divertida.

— Que va, me olvidé el protector solar.

— ¿Con todas esas cosas te lo olvidaste? Actúas como un tío mayor

Me miró incrédulo — Yo soy un tío mayor, estoy en mis años de envejecimiento.

Me crucé de brazos — No llegas a los 30.

— Los 30 me persiguen desde que cumplí 25 — Dijo riéndose conmigo, Merlí dio tres aplausos distrayendonos.

—¡El autobús ya está en la puerta! Vamos peripateticos, andando.

.

Después de dos horas de viaje llegamos, el lugar era hermoso, muy campestre. Justo lo que necesitábamos para descansar antes de los exámenes.

Oliver grababa — Aquí estamos, un lugar muy lindo con mucho césped ¿Tú que opinas? — me enfocó a mí con la cámara, yo sonreí.

— Di vi no

Oliver sonrió y siguió hablando a su alrededor, Marc se encargaba de molestarlo y de vez en cuando tapar la cámara con la mano.
Todos nos dividimos en grupos para entrar en las cabañas, yo me junté con las chicas.

— este lugar mola — dijo Oksana poniendo su bolso por encima de la cama.

— Pues si, es más cálido de lo que pensábamos.

Yo me posicione en la cama que quedaba arriba de la de Mónica, nos pudimos acomodar con mucha facilidad.

— Oigan — advirtió Berta — que todas ustedes estén con alguien no quiere decir que van a traer a los tíos para follar en el medio de la noche..
En especial tú Tània.

— Pero si yo no estoy con nadie tía — río Mónica.

— ¿Ah no? Tú con Gerard, y tú Zoe con Joan.

—¡Oye! No salgo con Joan.

— Ni yo con Gerard.

Berta levantó las manos quitándose la chaqueta —  Yo solo les advierto, por la noche quiero dormir y no quiero oír gemidos ni crujidos en las camas.

Tània le lanzó una almohada y las cinco comenzamos una guerra de almohadas que terminó cuando Quima entró para avisarnos que teníamos que salir a almorzar.

***

Mientras todos disfrutábamos el tiempo al aire libre, alguien me arrastró alejándome del grupo. Sabía que era Joan.

Sonreí cuando tapó mis ojos con sus manos, se las quite y nos besamos.

— ¿Cómo estás?

— Bien princesa, y tú? ¿Estás disfrutando? — Junto nuestras manos con tanta dulzura, joder Capdevila, estás a punto de derretirme.

— Demasiado,es genial, voy a extrañar todo esto.

— Ojalá que cuando esto termine, esto — señaló nuestras manos unidas — jamás termine.

Lo volví a besar con un poco más de pasión, el me acorraló contra un árbol. Queríamos disfrutar de nuestra soledad pero Uri y Gerard llamaban a gritos a Joan, al parecer lo estaban buscando.

— Te buscan.

— Aman interrumpir los buenos momentos. — terminó dándome un pico — Nos vemos luego Zoe.

— Ve, hasta luego.

Sonreí como una tonta enamorada, acomode mí pelo y volví en dirección a las mesas donde estaba las chicas.
A unos pocos metros, Bruno y Pol hablaban muy cerca, Oh no...
Busque a mí amiga con la mirada y efectivamente, tenía una mirada dulce y disimulada que escondía una fuerte sensación de celos.

La paradoja del cuervo || Merli #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora