Capitulo 26: La fiesta de fin de curso

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Ahora sí, ya era el último día de curso antes de las vacaciones por navidad y noche vieja.
Hoy nos había tocado con Merlí, quien estaba especialmente "conmovido" por el fin de curso, nuestra felicidad era notoria, y nadie, nisiquiera Coralina haría que todo esto pare.

— Háganme un poco la pelota — casi rogó Merlí mientras reíamos en una casual conversación — que yo soy el profesor de puta madre que os hace empalmar con la filosofía y les da las clases en la cocina del insti.

Tània levantó la mano — A ver Merlí, ya que eres nuestro profe favorito, danos una idea para montar una súper fiesta esta noche. Que no tengamos que gastar mucho dinero.

— Me la ponéis difícil, que se yo, hagan una fiesta clandestina dentro del instituto.

La idea era alocada y completamente imposible de realizar. Pero por el tono que había utilizado, parecía estar de broma.

— ¡Eso es imposible!

— Pues que va, yo no les he dicho nada.

Al parecer, durante el recreo, empezamos a ver la idea de Merli con otros ojos. Fue Oliver quien comenzó a hablar.

—A ver tíos, que la idea de hacer la fiesta del insti no es para nada mala. A mí me da morro la verdad montar una fiesta aquí mismo.

—¿Estás loco Oliver?

Tània negó — Oigan.. que no es mala.

— Pero ustedes están mal de la cabeza — acotó Pol intentando buscar una pizca de broma en lo que habían dicho.

—¿Y cómo lo haríamos? — pregunté yo.

—El conserje y las demás personas se van a las 7, esa será nuestra oportunidad — dijo Berta sumándose al plan.

— Aja, muy inteligente pero ¿Cómo conseguimos las llaves?

— Se las robamos al conserje de la ventana del cuarto pequeño. — Fue Joan quien contestó, con un tono juguetón y muy seguro.

De pronto teníamos un plan, un plan perfecto para pasarla de puta madre esta noche. Todos se fueron entusiasmando poco a poco.

— Pero la ventana del cuartito es muy pequeña, debería meterse alguien que sea muy delgado. — razonó Mónica.

Todos asentimos, tenía razón.

—  Si, alguien muy delgado — dijo Gerard pensando, cómo si tuviéramos un chip automático nos giramos para mirarlo a él. Era el indicado. — No... yo no.. tíos, piensan mal.

Mónica puso una mueca de tristeza  — Anda Gery, por el bien de la fiesta.

Cuando Mónica habló él cambio de opinión inmediatamente — Vale, lo haré.

Todos sonreímos cómplices, estábamos a punto de hacer la locura del año. Pero estaba bien, porque queríamos ser recordados como los peripateticos y no como unos simples alumnos del Ángel Guimerà.

.

— A veeeer! — Gritó Oliver  — las bebidas aquí en esta mesa.

No podía creer que el plan hubiese salido perfectamente, todos hicimos tiempo en distintos lugares del instituto, Gerard tomó las llaves del conserje con éxito y cuando la última persona salió del instituto fue ahí donde empezó la música, el alcohol y la fiesta.
El lugar que habíamos elegido era el sótano, por el tremendo espacio que cargaba.

— Gracias Zoe, eres muy amable.

— De nada guapo, se la robé a mí padre — dije refiriéndome a la botella de ron.

La paradoja del cuervo || Merli #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora