Capítulo 4: Lo hago por ella

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Pasaba de tener educación física, odiaba esa asignatura y no era buena para nada. Claro que eso tenía sus consecuencias, Albert nuestro profesor, me obligaba a quedarme mientras los chicos jugaban fútbol para hacer básicamente de su secretaria.

— Eh, Lorca, anota las posiciones que tiene Vázquez como portero — ¿Posiciones? Que se supone que es eso, da igual, fingí que anotaba en una libreta. Berta y Tània decían que yo era una afortunada por ver a los chicos siendo "sexys" y ejercitándose.
Esto no era para nada sexy.

— Ustedes, no se queden ahí parados, tomen un balón y hagan algo. — les gritó a Pol, Marc y a Gery.

La cara de Pol era deprimente, estaba echo un manojo de nervios, y eso me decía que Berta aún no había revelado su pequeña mentirita.

Me acerqué a ellos, Gery me miró algo sorprendido — ¿Que haces aquí? Hoy no toca deporte para tías.

Agite mí libreta frente a el — Pues ya ves, hoy me tocó hacer de secretaria del profe.

— Oh qué raro qué raro, Zoe Lorca haciéndole la pelota a los profes para que la aprueben — Dijo Marc sintiéndose muy gracioso, miró con algo de decepción a Pol porque no le siguió la broma. — ¿A ti que te pasa tío?

— Nada, déjame.

Marc iba a contestar pero Bruno se acercó a nosotros.

— Déjalo Marc, yo sé que le pasa.

—¿Qué dices? — preguntó Pol encarandolo.

— Sé toda la movida que tienes con Berta. Eh, tranqui, ya te ayudaremos a cambiar pañales papi.

Fue todo muy rápido, el puñetazo que le pegó Pol a Bruno lo hizo retroceder para atrás, su labio comenzó a sangrar. Por instinto agarré a Pol, que estaba muy alterado, temía que la pelea continuara. Joan también agarró a Bruno.

— Que era una broma, joder.

Albert se acercó al pequeño círculo que habíamos formado — ¿Estáis locos o qué?

Joan llevó a Bruno a la enfermería para que lo curen, Pol se fue y no se si estaba bien, pero decidí seguirlo.
Llegamos a un salón vacío, el rubio golpeó una silla con fuerza, dejé que se desahogara.

— Eh Pol, cálmate ¿Si? — lo tomé por los hombro.

— No me pidas que me calme Zoe, joder, si Berta llega a estar embarazada me muero.

— ¿No te gusta Berta?

Me miró con sus ojos color miel — yo no me enamoro.

— A ella le gustas mucho.

— Lo sé, yo la quiero y mucho. Pero no sé, es que ya no puedo verla como algo mío. Se puso pesada con Amor, cariño, me agobia.

Respiré hondo ante semejante confesión — Pol, Berta no está embarazada. Se lo inventó porque sabía que la ibas a dejar.

Su rostro cambio completamente, de la preocupación pasó al alivio y a la ira. Intentaba mirar para abajo.

— Qué.. como pudo inventarselo, ¿Sabe el infierno que pasé?

Merlí entró en el salón, sabía que debía darles espacio para que hablen. Miré a Pol con ojos fríos y le dije una última cosa antes de irme.

— No lo hice por ti, Pol Rubio, lo hice por Berta. No merece estar exigiendo atención en un lugar donde no se lo darán. Deberías disculparte con Bruno.

Ahí si que me retiré del salón, no sin antes saludar a Merlí, que estaba muy serio.
Tal vez Berta va a odiarme por esto, por involucrarme, pero es que ella es muy guapa y hay muchos tíos que darían todo por estar con ella.

***

Hoy era el día que darían los resultados del certamen literario, con Berta estaba todo bien, al principio se enfadó mucho pero luego entró en razón.
Nos sentamos en las sillas del salón de actos que, poco a poco, se llenó de alumnos. Eugeni, Tony, Santi nuestro profesor de lengua y Mireia la de latín eran los jurados que ya estaban delante de todos.

— Comenzaremos nombrando los cinco mejores puestos, que subirán a recoger su premio.

Quinto lugar Katherina con "Rosas y otras flores",cuarto lugar Eric con "Antología invisible".

— Y en tercer lugar tenemos a Zoe Lorca con "Alondras" — Anunció Tony, mis compañeros estallaron en aplausos. Subí y recibí el lote de libros, Eugeni me felicitó al igual que los otros profesores. No era un primer lugar pero sin duda alguna era mejor que perder.

— El segundo lugar es para Erótica Troya, Bruno Bergeron es su autor y se presentó con el pseudónimo de peripatetico.

Todos aplaudimos y silbabamos, como habíamos acordando Bruno subió a recoger su premio, cuando se acercó al micrófono para decir los agradecimientos algo o mejor dicho... Alguien lo interrumpió.

Merlí se paró de su asiento — Disculpen, con el permiso de la mesa quiero decir unas palabras.

Los ojos se me abrieron ¿Que iría a hacer? Berta susurró — Este tío está loco.
Todos nos pusimos atentos a las palabras de nuestro profesor e ideólogo del plan "Trampa en el certamen".

— Este poema no lo ha escrito solo Bruno. Lo escribieron entre todos los alumnos de la clase de los peripateticos. Los quiero felicitar porque han sabido guardar un secreto.

Y sin más empezó a aplaudir, todos estábamos alucinados, algunos reíamos sin saber cómo reaccionar. Tony estrangulaba con la mirada a Merlí, ni hablar de Eugeni. Bruno bajó muy avergonzado del escenario, no sabíamos que más tarde se vengaría de su padre de la peor manera.

La paradoja del cuervo || Merli #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora