Capítulo 14: Te reiste de él

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— La vida es una fiesta en la que coincides con mucha gente. Van llegando nuevos invitados y otros se van antes. Suena la música, las copas van de un lado a otro, pero todos tendremos que irnos algún día. Lo peor de todo es asumir que la fiesta continúa sin nosotros.

Fueron las palabras de Merlí la mañana después de que todos los profesores y alumnos nos enteramos de la desdichada muerte de Santi, nuestro profesor de lengua.

— Gloria estará deshecha, pobre mujer — dijo Tània pensando en nuestra ex profesora de plástica, que también era la esposa de Santi.

— Deberían ir a verla al velorio hoy mismo, sería un buen gesto — propuso Merlí.

Yo asenti — Si, sería un lindo gesto.

— ¿Cómo hacemos? — preguntó Berta.

Enseguida Merlí se las ingenió —Ustedes tienen una hora de comida luego de mí clase, pues vamos ahora mismo y volvemos para que lleguen bien a su próxima clase.

Todos estuvimos de acuerdo y sin más nada que decir salimos directo al tanatorio. Bruno fue el único que se quedó en el aula, y al menos yo, percibí cierto aire de culpabilidad por  como molestaba a Santi.

— Que detalle Merlí, gracias a todos por venir — dijo Gloria entre lágrimas.

Nunca el ambiente de un velorio era bueno, siempre te provocaba algo feo.
Vi a Oliver a lo lejos hablando con un señor, me acerqué tímidamente. Este al verme se acercó a mí y me abrazó por la cintura.

— Guapa.

— ¿Conocías a ese tío?

— Oh si, es mí padre. Trabaja aquí, que mal rollo no crees?

— Un poco

Me miró a los ojos — ¿Y tú qué? Sospecho que estás de novia con el guapetón ese...

Rodé los ojos — Si es lo que crees, no, no estoy saliendo con Pol.

— Aún no conozco muy bien a todos pero sé que Pol es el rubio que está más bueno que Brad Pitt en los 80s, yo me refiero al calladito que se sienta adelante.
— ¿Joan? — pregunté confundida.

— ¡Si! Ese, Capdevila.

— Entre Joan y yo no pasa nada, estás confundido — y no sé porqué percibí cierto aire de nerviosismo.

— Pensé mal entonces... Porque comparten unas miraditas que pufff tía, disimulen un poco más.

.

Llegamos al insti veinte minutos más tarde, Tony y Eugeni en la entrada nos apuñalaban con la mirada, en especial  a Merlí quien era obvio que la iba a joder. No había avisado nunca que nos íbamos a visitar a Gloria.

— Vayan todos a clase, ahora. — sin rechistar corrimos hacia el aula, Bruno estaba sentado en una mesa solo.

— Ya era hora de que volvieran, Tony está cabriadisimo.

— Ya podrías haber venido para dedicarle unas palabras a Santi, tanto que lo querías — Soltó Gery irónicamente. Algunos rieron. La ira de Bruno iba creciendo lentamente.

— ¿Que dices?

— Vamos Bruno, reconoce que lo machacaste. Te reiste en su cara, tío.

— ¡Eres un hijo de puta! — Bruno empujó con fuerza a Gery, quién cayó contra varias mesas y se partió la ceja izquierda. Salía mucha sangre.

Mónica se acercó a su rescate y Tània intentaba calmar a un Bruno que estaba rojo de la ira, de la adrenalina y de la avergüenza.

— ¿Que os pasa? — pregunté con algo de enojo. En ese momento entró Eugeni y menuda escena se encontró.

—Lo que les faltaba, vamos Mónica, ayudame a llevarlo a la enfermería. ¡Y tú Bruno! — lo dijo con ese destello que lo caracterizaba —quedas suspendido dos días y te abriremos un expediente.

El moreno salió del aula con su mochila y con algo de bronca golpeó la pared de afuera.

— ¿No deberíamos ir por él? No está bien — le pregunté a Tània.

— Pienso lo mismo pero igual deberíamos dejarlo, necesita tiempo y lo que menos queremos es que también se desquite con nosotras — Tenía razón.

Las clases transcurrieron normales, excepto para Gery que había tenido que ingresar en el hospital para que le hagan puntos, para Bruno que vaya a saber uno donde estaba y para Merlí que tenía un pie fuera del instituto.

La paradoja del cuervo || Merli #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora