Capitulo -18-

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Odio historia.

Y cómo si mis gemelos me leyeran la mente sueltan a la vez, como siempre.

—Odio historia.

Estamos guardando nuestras cosas para irnos. Lo único bueno del día fue que la profesora de historia puso el trabajo en grupo y me colocó con mis gemelos
¿El problema? que es un trabajo de días.

Ugh...quiero dormir. Todo mi cuerpo duele de cansancio y creo que tengo turno temprano así que podré dormir temprano y así-

Mis pensamientos se ven interrumpidos por gritos femeninos y masculinos que vienen de afuera del salón.

Luego un "toc toc" suena detrás de mi y un candente pelirrojo me sonríe.

—Tenemos una cita, Primor

Mierda. No tenía porqué decirlo en media puerta y en medio de semejante multitud. En verdad quisiera cancelar pero...la curiosidad siempre ha gobernado sobre mi y tengo mucha sobre dónde me llevaría.

—Ohh, lo había olvidado.—decido jugar un poco con mi suerte. A mi comentario Ivo levanta una ceja y los gemelos detrás de mi aguantan una risa.—gracias por recordármelo.

Ivo entra del todo al salón, toma mis cuadernos y los mete todos a mi mochila para luego ponérsela al hombro.—Vamos, nos iremos en mi auto.—con una filosa mirada verde mezclada con una sonrisa de lado que me hace emocionar un poco me hace sentir que para el, empezó el juego del día de hoy.

Rio internamente. Creo que lo avergoncé frente a sus fans...ups.

Me tomó de la mano y me dejo llevar por en medio de todo el gentío hasta los estacionamientos del colegio. No pude despedirme correctamente de mis gemelitos. Aunque seguramente ya saben los planes de Ivo. Dudo que algún hermano haga algo sin decirle al otro. Después de todo, lo más seguro es que están jugando conmigo.

Nada que no me espere.

Cuando llegamos al auto de Ivo, ante mi hay un auto azul marino muy enorme. Pensé que el estilo de Ivo sería más deportivo, en cambio es una camioneta.

Abre la puerta de atrás para poner mi mochila y la de él para luego abrir la puerta del copiloto para mi.

—Sube, primor.—ronronea una vez más. Muy amable de su parte pero este auto es demasiado grande para mi tamaño. Pero me rehuso a decirlo en voz alta.

Con una mano en el agarradero pongo mi pie en la llanta para poder impulsarme pero fue inútil. Quedé a medio camino resbalándome. Cuando eso pasa escucho una risa ahogada a mi lado donde Ivo tiene una mano en su boca para disimularla. De la molestia muerdo mi labio para no morder la parte interior de mis mejillas y lo intento una vez más. Fallé.

Antes de que pudiera pedir ayuda unas fuertes manos me toman de las caderas y me suben hasta el asiento fácilmente.

—Podías haber pedido ayuda desde el inicio.—con una sonrisa me cierra la puerta.—mujer terca.

Jamás, soy muy orgullosa.

Sus manos en mis caderas...me hicieron cosquillas así que aún tengo la sensación de su toque, mientras pienso en eso me pongo el cinturón de seguridad.

A los segundos se sube Ivo a mi lado con una facilidad que me molesta.

Grrr.

—Bien. ¿Adonde iremos, señorito?

—Sor-pre-sa.

—Pero si ya vamos hacia allá.—me quejo.

—¿Qué? Claro que no. Hay que cambiarnos, primor. Así que después de cambiarnos te quito la intriga.

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