¡Anastasia, reacciona!
Grita alguien en el interior de mi cabeza. Parece que es mi voz pero justo ahora soy incapaz de prestar atención a eso porque mi mente está en otra cosa.
En él.
En qué responderle.
Cómo responderle.
Y qué hacer después de eso.Ya se me habían declarado antes (antes de los Ferau-Dumont) pero nunca de verdad. Y digo esto último considerando que todas esas declaraciones esta vez si sean de verdad. Que yo en serio les guste, que en verdad personas como ellos estén enamorados de alguien como yo y de hecho eso es lo que me tiene más nerviosa: que no es el primero. Ya casi todos han dicho tener sentimientos por mi, que les gusto ¿debería sospechar? ¿Están jugando otra vez?
Eso es lo único que puedo concluir pero luego observo a Calvin y no creo que alguien soportara tanto vértigo solo para hacer una broma de mal gusto.
Entonces...¿si?
No puedo darles una respuesta. A ninguno. Ni yo sé qué siento. Mi corazón es muy asustadizo en esos temas y no ha querido hacerle frente a lo que hay o no hay en él.
—Anastasia, sabes que no tienes que darme una respuesta, solo necesitaba sacarlo de mi pecho y hacerte consciente de lo que siento por ti.—habla al fin después de un largo rato y abre sus ojitos para guiñarme uno.
Sonrío con una alegría que desconocía. Así que me muevo hacia donde el, le tomo las mejillas para darle un tierno beso en sus hermosos labios. Él suspira e intenta tomarme otra vez de los muslos pero soy más rápida y me vuelvo a sentar.
— Después de aquí, vayamos a comer.—el asiente con los ojos aún cerrados y en lo que queda del trayecto me dedico a apreciar lo más hermoso que puedo ver desde aquí: Calvin.
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Ya en tierra, el señorito a mi lado vuelve a respirar y estoy segura que un poco más y besa el suelo. No puedo evitar burlarme de él y en eso me doy cuenta de algo que no había percatado: la cantidad de personas que se le quedan viendo.
Aunque lo que sería raro es que nadie se le quede viendo.
—¿Ya? ¿Recuperado?
—Si, ya. Vamos a comer.
—¿Seguro que puedes comer?
Me mira con ojos acusadores pero que en verdad solo reflejan diversión.
—Si, Anastasia, puedo comer.
Se endereza y nos dirigimos a la salida. Aún se escuchan muchos grupos y risas provenientes de los juegos y atracciones, veo algunas parejas y otras familias grandes. Debo admitir que me lo pasé bien.
Pero en el camino y tomándome desprevenida, nos detienen.
—¡Calvin!
Oh, oh.
—¿Mildred? Oh...hola. ¿Qué tal?
Por el tono de voz de Calvin, supongo que no es un encuentro muy grato.
El aparentemente poco grato encuentro es con una chica, trota hasta donde nosotros y puedo detallarla más: es hermosísima, no lo puedo negar. Un hermoso cabello color castaño liso, facciones delicadas, ojos de color gris rodeado de unas hermosas pestañas, un cuerpo bellamente delgado, una pequeña cintura y caderas lo necesariamente anchas.
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Interesante cambio
RomanceCon la reciente pérdida del trabajo de su padre quedando al borde de la ruina, aparece un antiguo amigo de alta cuna de dicho padre que llega ofreciendo trabajo en su mansión, sin dudarlo los padres aceptan la propuesta como es completamente normal...