.Capítulo 26.

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Me encuentro aún atontada en la cama de Adrien. Lo siento moverse por su cuarto buscando algo.

Esta noche he descubierto algo muy agradable, es muy bueno con sus dedos.

Se acerca a la cama y...está tomando mis brazos y mis piernas para colocarlas en una posición algo extraña.

—¿Qué haces...?—no hay respuesta.

Si pienso un poco, el me dijo que si me sentía extraña con algo que él hiciera, lo dijera...no me siento rara ni nada pero por algo me lo advirtió.

¿Será que tiene algunos gustos especiales...?

Porque si es así, me voy a excitar más.

Mueve mi cabeza hacia adelante para ponerme una venda en mis ojos.

—¿Para que me pones una si está todo oscuro?

Sigue sin haber respuesta. Al parecer le gusta el misterio.

A los minutos huelo algo...como una fragancia de jazmín...como la que le olí a él al entrar pero esta vez creo que son velas.

Regresa para terminar de acomodarme a la extraña posición en la que me quiere colocar. Solo me amarró los pies la primera vez, ahora los está apretando juntando mis piernas con mis muslos, quiere continuar hacia arriba pero intenta quitarme mi camiseta.

—Detente.—se detiene inmediatamente.—no me quites mi camiseta. La quiero puesta.

No sé si asintió o qué tipo de expresión hizo porque no lo veo pero no me quitó mi camiseta, segundos después las ataduras de la cuerda que siento que están formadas por nudos las termina en mis manos, desata la cuerda que antes me amarraba las muñecas para amarrar cada muñeca a cada pierna, con un último apretón.

Ahora si no necesito el cuerpo de Adrien para no moverme. Estoy totalmente inmovilizada por los nudos que ahora rodean mis extremidades. Siento como aprietan cada vez que intento moverme.

Estoy básicamente sentada, pero mis piernas están recogidas hasta estar mis talones muy cerca de mis muslos porque mi flexibilidad es limitada así que no se tocan y mis manos están amarradas a mis piernas. Lo que me hace estar totalmente abierta de piernas, mi parte más íntima totalmente descubierta para Adrien.

—Si te vieras ahora mismo...—su dedo toca de repente mi vulva provocándome un sobresalto.—podrías ver qué linda vagina tienes.

Yo, no sé cómo sentirme ante semejante halago. ¿Gracias?

Quiero decir, mis muslos internos tienen muchas manchas y cicatrices haciéndolos muy oscuros, no sé si creerle que ve esa parte de mi de una manera tan linda como lo dice.

—Adrien...¿qué planeas hacer?

—Dejarte ver estrellas.

Siento su cabeza acercarse a mi entrepierna y su lengua toca mi vagina y pues, veo estrellas.

—¡A-AH!—sus movimientos no cesan a pesar de los míos, su lengua se pasea por toda mi área íntima mientras que con sus dedos masajea aquel botoncito rosado. Luego lo cambia por su lengua que ahora lo succiona. No demoraré tanto sin correrme.

—A-Adrien, voy a...

En el último momento, se aparta de mi dejándome al borde del precipicio hacía el éxtasis.

Una risa malvada llega a mis oídos.

—No veo el porque debería dejar que se corra por segunda vez, linda señorita. No ha sido una chica muy buena que digamos...—Escucho los pasos de Adrien alejarse y luego acercarse. Cada vez que se aleja busca algo nuevo. La expectación aumenta mis ansias y mi respiración agitada por la excitación se eleva.

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