=Capitulo 3=

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No me entiendan mal, no soy el tipo de chica que le regala algo como su primer beso a cualquiera...aunque ya lo hice pero un beso es solo eso, al menos para mi. Le reste importancia a esas cosas por el fanatismo de mi madre además cada quien le da su propio nivel de importancia pues, cuando encuentras a esa persona que con tan solo pensar en ella hace que te pongas nerviosa, cuando lo beses algo que no te importara en ese momento es con quien diste tu primer beso o si ese es tu primer beso.

Agrego que soy totalmente consciente que para ellos no es la primera vez que hacen esto con una nueva trabajadora. Pero no iba a perder la oportunidad de besar aquellos labios tan provocativos y por ahí mismo aprender algo, para cuando alguien de verdad me guste, es más estoy a punto de seguir practicando de este modo...lo consultare con la almohada.

Bajando las escaleras me encuentro con un niño demasiado tierno para ser de carne y hueso.

—Buenos días, Fred. ¿Hace mucho te levantaste?

—No, en realidad no.—dijo, todavía con pereza.

—Ya veo, ¿tienes hambre?

—Si, pero...¿serás mi niñera o algo así?.—Me reí al oír que el niño dijo lo mismo que su hermano.

—No, más bien una mucama.

—Pero puedes ser mi niñera... es que eres muy bonita—dijo el niño totalmente rojo. Míralo, con los hermanos que tiene no me extraña que salga con esos cumplidos.

Sonreí ante su ternura. No puedo creer que tenga la edad que tiene.—Claro, por qué no, pero solo tuya.— Fred sonrío y sus ojos brillaron.—ven para que comas—Fuimos a la cocina y le serví el desayuno. Me encantaba verlo.

Termino de desayunar y recogí su plato. En ese momento iba bajando Calvin en toalla. No sé qué tienen estos hombres con estar en toalla o semidesnudos. Después de todo ¿dónde está Ivo?

—¡Niñera!— exclamó.

—¿A quién llamas niñera?

—A ti.—respondió en tono coqueto.

—Sí, a quién llamas niñera, es Mi niñera no tuya.— dijo Fred abrazándome. Me llegaba al pecho.

—Exacto, soy solo de Fred—.Dije devolviéndole el abrazo y a la vez hundiéndolo más a mi.

—Hey, hey, niño aléjate de ahí.— le dijo Calvin a Fred.

—Déjalo.—dije haciéndome a un lado y pude ver como Fred le sacaba la lengua a Calvin.

Al oír personas bajando las escaleras deshice el abrazo de Fred para ver quienes eran.

—Buenos días.—eran los pastelitos de los gemelos idénticos.

—Buenos días, preciosa.—respondió uno.

—Buenos días, señorita— respondió el otro. Parece que no será difícil distinguirlos.

—Buenos días, hermanitos.—saludó Calvin—tenemos niñera.

—No soy su niñera, solo la de Fred.—le dedique una sonrisa a Fred.

—Ehh, ¿por qué solo de Fred?—dijo el bombón de Adrien bajando las escaleras con una voz y rostro de somnolencia.

—Porque si.— Fred me volvió a abrazar.

—Maldito suertudo.—dijo Ivo viniendo de la parte de atrás de las escaleras.

Estaban todos finalmente en la sala. A pesar de los extraños sucesos que han pasado con algunos de ellos no se siente incómodo y de hecho nunca me había sentido tan cómoda con personas que técnicamente son desconocidos. No lo entiendo pero no me molesta.

Interesante cambio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora