/Capitulo 6\

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¿Saben esa incómoda situación en la que cuando entran a un lugar sienten que todos te miran?...

Bueno, esta situacion es algo parecido, solo que no me miran a mi, si no quienes estan pegados a mi.

Los gemelos al jalarme hacia atrás cada uno me agarro un brazo, pareciendo una especia de escoltas.

Ni siquiera me conocen y ya hay gente que me odia. Se escuchan murmullos detras de nosotros y los pastelitos que tengo a los lados parecen no darse cuenta, o para ellos simplemente ya es lo usual.

Aprovecho la situación para darles un poco de su propia medicina. Sé que lo hacen a maldad.

¿Por que? Es obvio, se están riendo.
¿Lo hacen para molestarme?...seguramente.
¿Por qué lo hacen? no tengo idea pero algo quiero hacer para que sientan algo como lo que yo estoy sintiendo justo ahora pero...¿qué hago?

Uh, Uh, yo sé, déjamelo a mi, anda.

Mmmmm....okay.

Tengo los brazos a mis lados las manos estan cerca de mis pechos, asi que solo las aprieto más y hago que las manos de estos pastelitos roce mis pechos. Hago como que no me doy cuenta, volteo a ver a Teou y esta completamente rojo.

Yes.

Se ve tan lindo.

Volteó a ver a Leou pero....Leou si esta bastante tranquilo. Ya debe estar acostumbrado a este tipo de cercanía.

Al verlos a los dos, noto que sus facciones son demasiado hermosas.
Esos ojos verdes jade que te dejan envuelta, esos cabellos oscuros, esa piel, esos brazos. Santa Belleza, ayudame a llegar virgen a los 18.

Denme un amén.

Teou nota que lo miro mucho, y apenado dice.—¿Qu-Qué pasa? ¿Tengo algo?

Solo belleza, pastelito.

—No, no es nada.—respondo sonriendo.

—Anastasia, recuerda que en la escuela somos amigos, asi que nada de formalidades ¿bien?—afirma Leou.

—Entiendo.

—Bueno, como amigos te digo que ya logro entender el porqué a Fred le encanta meterse ah, se sienten suaves.—recuerdo que su mano esta a un lado. Completamente apenada-de mi propia broma que salió del asco porque solo uno se puso nervioso-me despego de él y me pego más a Teou. No pensé que fuera tan directo con lo que estaba haciendo.

—Lo-lo siento.—volteo y el brazo de Teou esta ahora más cerca de mis pechos y esta peor que un tomate.

Me despego de el de un brinco.

—Lo siento.

—Deja de disculparte, no tienes la culpa de tu anatomia.—dice Leou con tono burlón.

—Lamento las incomodidades.

No vuelvo a confiar en ti.

Claro que lo harás.

Salgo corriendo pero ambos me atrapan en un abrazo.

—Tranquila, no nos molestó en lo absoluto. Es más no nos molestaría usarlas para dormir, ¿podemos?—dice Leou señalando.

Ok, que confianzudos, la verdad no sé ni que decir. Sé que es broma...creo...

—Oigan.—en un intento despertado de cambiar el tema antes de que yo sea la que diga algo raro comento.—Siento demasiadas miradas asesinas. Miren, me odian por su culpa.

—¿Disculpa?—dicen al unísono.

—Si, si por ustedes, pareciera que los tuviera de novios a ambos.

Interesante cambio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora