#Capitulo 10#

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El camino a la mansión no fue tan incómodo como pensé que seria. Mi sempai y yo veniamos hablando de lo que más nos gustaba: El anime.

Para muchos es raro y la verdad yo no entiendo por qué, a mi me encanta. Y al parecer a Adrien también. Lo noté desde el día en que me dijo que lo llamara "sempai".

Llegamos y al abrir la puerta vi uno de los escenarios más graciosos que he visto en mi vida.

Fred de brazos cruzados y detrás de el, Mi Muñeco, Mi caramelo y mis Pastelitos en la misma postura que Fred como la de un padre enojado. Apenas eran las 7:00 P.M.

Ojalá me castigaran....

No, no Anastasia, no. Contrólate.

Es que vengo afectada por lo de Adrien.

—¿Hola?—Saludó Adrien algo confundido.

Todos los hermanos agarraron a Adrien de pies y manos causando que se le alzara un poco el suéter dejando ver una parte de su marcado abdomen.

—-Ey ¡¿Que hacen?!

Lo amarraron en una silla.

—Qué Mierda.

—Habla, ¿qué le hiciste?—cuestionó Calvin.

—¿Adónde la llevaste?—Ivo de acercó.

—¡Confiesa!—Exclamaron los gemelos a la vez.

Mientras ellos interrogaban a Adrien, yo me senté en el sofá a disfrutar de la escena que en verdad no entendía mientas Fred ya se había acomodado en mis muslos con la cabeza en mis pechos. Yo solo le acariciaba su pelo.

—¿Natsi?

Baje la mirada y noté que estaba totalmente sonrojado.

—¿Si?

—Esto....n-no se s-si tú....q-quisieras jugar v-videojuegos conmigo ¿mañana?....

Me causó gracias notar su nerviosismo. Que inocencia.

¿En verdad tiene la edad que tiene?

—Me encantaría. A mi me gustan mucho los videojuegos.—Respondí sonriendole.

Todo su rostro y sus ojos se iluminaron.

—¿En serio?

—Claro.

—Genial.

Alcé la vista a ver como iban con Adrien.

Ver a Adrien amarrado de alguna manera me estaba gustando.

Di las cosas bien. Te excita, no seas mojigata.

Ay...

Los hermanos fijaron la vista hacía mí y notaron que Fred se estaba aprovechando de la situación.

—¡Fred!—Gritaron todos.

Fred se bajó y salió corriendo de sus hermanos.

—Niño traicionero.—Masculló Calvin.—Y ¡tú!—Gritó señalandome.

Me levanté lentamente y salí corriendo hacía el patio donde estaba la piscina.

Mire hacía atrás y todos me estaban persiguiendo pero sus piernas eran mucho más largas que las mías por lo que ya me estaban alcanzando asi que curve al otro lado de la piscina, ellos de un lado, yo del otro.

—¿Por qué huyes?—Dijo Ivo en tono acusador.

—Y ustedes por qué me persiguen.—Respondí juguetona.

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