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Cuando abrió sus ojos nuevamente, ya había amanecido, suspiro, hasta que noto que no estaba en su habitación, más bien en la de sus padres, se asustó y se miró, luego aliviado miró que no había pasado nada, solo luego de que estaban jugando se durmió y al parecer sus dos acompañantes también. Sonrió mirándolos (¿Qué haremos hoy?) pensó y al instante tuvo una buena idea.

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Tomaron tren para dirigirse a Osaka, allá vivía la mayor parte de su familia y también a esa ciudad volvió su tía, por lo que quiso ir a visitarlos, no le pareció mala idea y tampoco parecía molestarle al rubio. Cuando llegaron y durante el camino vio que muchas cosas habían cambiado, y donde alguna vez se alojó una familia ahora había muchas juntas ¿Por qué vivían todos ahí? Probablemente no lo entendería. Fueron recibidos por sus tíos y varios primos que no había visto en años, algunos con pareja y otros hasta con hijos, el tiempo sí que había pasado. 

─ ¡Esto debe de celebrarse hagamos una fiesta! ─ habló el mayor de la casa con alegría, los demás estuvieron de acuerdo y empezaron; algunos cocinaban, otros arreglaban todo, ponían música, conversaban, por lo menos la casa era grande y no se escuchaba todo como un desorden. 

Dio se sorprendió por la alegría y calidez de aquella familia, ciertamente desconocía por completo a los nipones y su cultura, siempre pensó que serían más serios y fríos. 

Algunos de sus sobrinos le habían rodeado para ver a la pequeña, algunos se veían sorprendidos y otros jugaban con ella ─Oye Noriaki ¿Y él quién es? ─ pregunto sentándose junto al pelirrojo ─¿tu amigo?─

─Oh bueno…─ miró a su prima, no sabía muy bien cómo responder a aquello, aunque sabía que se le preguntarían varias veces ¿Qué debería decir?

Algunos empezaban a bailar ─ ¡Oye ven a bailar! ─ tomo del brazo al rubio atrayéndolo al centro

─ ¡Claro! ─ lo tomo desprevenido pero aceptó, hace mucho que no bailaba

Le entregó a una de sus primas la bebé y fue a conversar con uno de sus primos más cercanos 

─ ¿Quién es ella? ─ casi pregunto al instante en el que vio que invitó a bailar a su esposo… a espera ¿Pensó esposo?

─Oh Noriaki te has perdido de muchas cosas, ella era mi hermana menor ¿recuerdas? La última vez que viniste tú tenías dieciocho y ella como cinco─

─Oh… vaya que ha crecido─ intentó sonar sorprendido, pero más bien estaba enfadado (Toma nota, ustedes nunca han bailado) pensó ─ ¿Y su pareja? ─

─Aún no tiene─ medio sonrió ─Está planeando ir al extranjero y quedarse con alguien de allá─ 

─Tiene grandes ambiciones─

─Yo no diría nada, tu fuiste el primero en salir de Japón─ palmeo a este ─Ven, no solo mires─

Se paso el tiempo entre bailes y bebidas, cerca del atardecer la comida estaba preparada por lo que todos tomaron asiento en la gran mesa, el clima era bueno, fresco y la luz amarillenta del sol contrastaba bien con los muchos platos que había sobre la mesa. 

─ ¡Todo está delicioso, gracias por todo esto! ─ agradeció con una sonrisa, nunca pensó pasar un día tan bueno con su familia, puesto que nunca mantuvo una relación tan cercana con ellos 

─No es nada sobrino─ Sonrió ─Ahora cuéntanos ¿Qué hiciste todos estos años en el extranjero? ─

─Si es cierto ¿Cómo te fue? ─

¿Esto Realmente Es Amor? •|Diokak|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora