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Una pequeña manita parecía agarrar su cabello, y eso fue lo que principalmente le hizo despertar, abriendo los ojos comprendió que ni siquiera tenía idea de a qué hora Dio había ido a traer a la niña de la otra habitación ─Buenos días princesa─ medio sonrió, la pequeña rió y eso pareció despertar a su amante

─Así que la princesa ya ha despertado─ hablo tomando a la niña para alzarla, sabía que eso la hacía reír ─Buenos días Nori─ saludo al pelirrojo

─Buenos días─ sonrió ─Con suerte hoy no hay nada que hacer─ hablo relajado, un día sin estar de apuros era bueno, aunque ya ni se notaba estresado como al inicio de su viaje

─Vamos a ducharnos ¿te quieres bañar princesa? ─

─ ¿Vamos? ─ pregunto confundido

Asintió ─Iré a arreglar la bañera, ustedes espérenme aquí─ le entrego a la pequeña para luego buscar su pantalón entre la ropa del suelo y salir

Solo se sentó y lo miró salir, bueno no debía avergonzarse el día anterior igual lo ayudo a bañarse, además que en la noche habían estado juntos... ¿Por qué debía ponerse nervioso?

Luego de unos minutos volvieron y fueron a bañarse, era extraño y hasta gracioso notar que los tres cabían ahí sin problemas, estuvieron un buen rato ahí, en verdad que a la niña le encantaba estar en el agua, jugaron un rato y luego de bañarse salieron a desayunar.

Bueno para su suerte ya podía movilizarse más solo, por lo que se dedicó a hacer del desayuno, aunque ya fuese más de media mañana... Ahora que lo pensaba nunca había sido de una vida absolutamente cómoda, no hasta que conoció a Dio, pensar que en Reino Unido siempre estaba rodeado de empleados para todo y ahora se sentía como si todo fuese como antes. Recordó que cuando vivía solo cocinaba su propia comida, así como limpiaba, ordenaba, etc. prácticamente se encargaba de todo, y cuando vivía con sus padres igual ayudaba en todo lo posible, aunque era la mayoría de las veces ya que ellos siempre trabajaban y solían viajar mucho. Listo todo sirvió la mesa y fue a sentarse, si se quedara pensaría en comprar sillas definitivamente.

─Nori, hay algo de lo que quiero hablarte─ su tono fue serio y contrastaba mucho con la mirada dulce que tenía sobre la bebe mientras la alimentaba

─ ¿De qué se trata? ─ algo le decía que la cosa no iba bien

─Yo no fui quien te secuestro─ fue directo, quizá demasiado

─ ¿Q-Qué? ¿Por q-qué me dices eso tan de repente? ─ no quería ni siquiera tener que recordar esa parte de su vida

─Escúchame, no digas nada mientras te lo cuento─ Casi sonó como una orden, pero no era su intensión que sonara así

─Está bien─ asintió

─Durante la guerra muchos políticos, incluyéndome, teníamos la orden, así como policías y militares de atrapar espías japoneses, bueno no una orden como tal, solo que si logramos atrapar a uno podríamos subir de rango, entonces todos nos dividimos, cada uno tenía su estrategia y cada uno anhelaba más poder y dinero. Por mi parte mandé a algunos empleados a que atraparan a alguien, pero ninguno fue la gran cosa, de todas formas no torturé a nadie solo busque respuestas, sino servían o no colaboraban igual los mandaba con mi antiguo jefe, él los hacía llegar al gobierno y comprobar si "podíamos subir de rango", no logre subir nada, pero tampoco me importaba─ suspiro colocando a la niña en el coche ─Pero en esta vida hay de todo y en ese grupo de imbéciles había alguien peor de lo que imaginaba, nos llevábamos bien, un día fui a su casa como de costumbre pero sus empleadas me dijeron que estaba ocupado, dije que no importaba y que lo esperaría en su estudio, ellas estaban muy nerviosas pero de todas formas logre pasar, entre y lo vi, en su oficina, contigo─ se detuvo por unos momentos ─Noté rápidamente que fuiste secuestrado, era obvio por los golpes y moretones que tenías, aún más obvio porque estabas inconsciente y sin nada puesto─

¿Esto Realmente Es Amor? •|Diokak|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora