XIII: Los Nativos

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Brianna

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—¡Esta noche es el baile, Majestad! —Zanet me mira emocionada con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro.

—¿Qué va a usar? —pregunta Lihena también con emoción en sus palabras.

Monsieur Leblunt me ha confeccionado un par de vestidos ya, aún no los he visto, pero le pedí varios para distintas ocasiones, así que no dudo que haya hecho uno especial para usar en el baile. Ahora díganme ustedes, ¿qué usarán? Le mandé a decir al sastre con Courtois que también hiciera vestidos hermosos para mis Damas.

—¿Asistiremos al baile también? Pero, Memphis dijo que asistiría solo gente de la nobleza y realeza. —Me ofrece una mirada cargada de decepción.

—¿Creen que me importa lo que haya dicho Memphis? Ustedes irán al baile, con los vestidos que quieran —ambas me observan esperanzadas—. Hablarán con quienes quieran y si desean buscar pareja entre la nobleza pues lo harán, o pueden buscar un esposo si es lo que gustan.

Se miran entre ellas y noto un poco de incomodidad.

—¿Y si el rey Daeron se molesta? Digo, por llevar servidumbre a un baile. —Pregunta la rubia con nerviosismo.

—Ustedes ya no son servidumbre, son mis Damas, así que cambien esa mentalidad. Irán a disfrutar de todo lo que quieran en el baile ¿está bien?

—Está bien, Majestad —sus semblantes cambian de inmediato y ahora irradian diversión. Corren a abrazarme y yo las recibo. «Quiero mucho a estas chicas».

—Es usted una mujer maravillosa, como ya se lo dije antes: por fuera y por dentro. Gracias por todo lo que hace por nosotras. —Zanet toma una de mis manos y deja un beso en el dorso de la misma.

—Bueno, ustedes se han ganado mi cariño. —Les sonrío dándoles una mirada llena de honestidad.

Me levanto de la cama de Lihena y me dirijo hacia la puerta para salir, ellas me siguen y caminamos por los extensos pasillos del palacio, voy en busca de Raimond que se encuentra con Courtois y van camino al área de concentración de los soldados. Me esperan a mitad de los escalones y cuando me les uno hacen una reverencia.

—Raimond, buen día, ¿novedades? —le pregunto a mi Alférez mientras continúo caminando y ellos me siguen el paso.

—Mi reina, ya comenzaron a construirse las catapultas y las armas de acero, traerán también las armas de fuego y cañones que fueron solicitadas por el rey Daeron. Los hombres están afilando sus habilidades y estrategias de batalla. En cualquier momento esperan sus órdenes de alineación para la batalla.

—Perfecto. Estaré yendo esta semana para entrenar y comenzar a explicarles como será la organización de la batalla. Gracias Raimond —él me da un asentimiento y ahora fijo la mirada en mi consejero—. ¿Courtois?

—La carta de advertencia para el Sultán Zalek ya fue enviada y estimamos que le  llegará en un tiempo aproximado de veinte días, Majestad.

Espero que todo salga como lo planeo y que mis tácticas no fallen. Sigo pensando arduamente en qué más puedo utilizar en contra de Dedrick Von der Meyer. Ese infeliz que ha tiranizado a mi pueblo francés. No quiero ni imaginar cómo deben estar mis tierras y mis súbditos.

¿Habrán perdido la fe en mí?

¿Sentirán que los he abandonado?

De un momento a otro llega un usurpador para avasallarlos y reprimirlos, deben sentirse dictaminados cuando Frédéric y yo siempre les permitimos su plena libertad.

Kingdom: Fire will Reign [Fire I] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora