IV: Golden

5.4K 609 41
                                    


Brianna

~♛~

Me encuentro en el comedor tomando desayuno con Lihena y Zanet, es una hermosa mañana, el día está cálido y soleado después de la lluvia de ayer, que duró hasta altas horas de la madrugada. Ésta mañana el rey tampoco nos ha acompañado a desayunar.

—¿Qué quiere hacer hoy, Majestad? —inquiere Zanet mientras toma un sorbo de agua. 

—Cabalgar. —Les sonrío ampliamente con una mirada altiva. 

Lihena casi escupe su comida y la observo con el ceño fruncido.

—¿Cabalgar, Majestad? Pero… 

—No soy una mujer común, Lihena —trato de explicarle y hacerle entender de una vez por todas—; no soy fanática de rezar, ni de tejer o bordar. Me gustan las cosas que me dan vida y adrenalina. 

—Así me encantaría vivir mi vida. —Expresa ilusionada Zanet, tiene un espíritu más aventurero que Lihena.

—Vamos, ¿pueden conseguirme algo cómodo para usar? 

—Claro que sí, Majestad.

Les doy una sonrisa y me levanto para que ellas me sigan, Zanet se desvía a otro lugar para buscar lo que le pedí. Llegamos a la habitación y le pido que me ayude a quitarme el vestido; es de color gris, adornado con perlas en todo el corsé y con falda amplia de tul, cosa que me hace cuestionarme algo… 

Zanet entra a la habitación con ropa en sus manos. 

—Tuve que traer ropa de hombre Majestad, aquí ninguna mujer cabalga por eso no hay nada cómodo confeccionado que pueda traerle. 

«¿En serio?» Hago un mohín al ver la ropa. Por lo menos es de talla pequeña y no me queda tan holgado cuando me lo coloco.

—¿Puedo preguntarles algo? —les digo a ambas. Asienten y me acerco un poco más a ellas—. ¿De quién son los vestidos que me prestan? 

Ambas se miran al mismo tiempo con los ojos bien abiertos sin saber que decir, cosa que me pone a dudar más.

¿Cuál es el misterio? 

—¿Entonces? —presiono. 

—Majestad, todos en este palacio tenemos un contrato de confidencialidad, nada de lo que pase aquí puede ser contado. 

Ahora lo confirmo, «algo ha sucedido» porque quién nada debe nada tendría que esconder ¿no?

No quiero que ellas tengan problemas así que dejaré de insistir y seguiré confiando en que Courtois encontrará las respuestas por sus propios medios. 

—Entiendo —finalizo tomando una respiración profunda—. Vámonos. 

Salimos y nos encontramos a Raimond, que está en la puerta custodiando al lado de los ujieres, me hace una reverencia para saludar. 

—Majestad. 

—Buen día Raimond —lo saludo—. Iré a cabalgar un rato. 

—Perfecto, mi reina, ¿quiere que vaya con ustedes? 

—Si, los establos quedan un poco lejos y no quiero que las chicas se queden solas mientras yo cabalgo. ¿Pueden adelantarse y buscar agua para el trayecto?

—Sí —acepta Lihena— está comenzando el verano y cada día hace más calor.

—Olvidé algo, bajaré en un momento.

Mi alférez y doncellas se hacen camino y yo regreso a la alcoba en busca de los guantes de cuero marrones que Zanet consiguió para mí. Ato mi cabello en una coleta alta y ajusto más el cinturón de los pantalones. Salgo nuevamente mientras deslizo cuidadosamente los guantes en mis manos.

Kingdom: Fire will Reign [Fire I] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora