III: Santo Grial

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Daeron

~♚~

Me muevo de un lado a otro en la cama, estoy incómodo y ninguna posición me tranquiliza. Abro los ojos, despertando de mal humor por el sudor pegajoso que me produce el calor, aunque hoy por suerte no tuve uno de esos estúpidos sueños que tengo cada noche desde hace más de un año. 

Vuelvo a moverme incómodo sintiendo la punzada que viene desde abajo y caigo en cuenta de la razón que me tiene sudando y de mal humor: «Una tremenda erección».

Maldigo el momento en el que no ordené traer a una de las prostitutas anoche para que arreglaran esto. Si tan sólo no me hubiera concentrado en burlarme del nerviosismo de la reina.

Ahora estoy duro y sin nadie que lo solucione. 

Me levanto y camino hacia la palangana de oro que reposa en la mesa y me lavo la cara para bajar la calentura. Cierro los ojos y respiro profundo derrotado «voy a tener que hacer yo el trabajo» y eso no es digno de un Rey como yo. 

Cuando estoy a punto de tomarlo entre mis manos el sonido del toque de la puerta me interrumpe, mientras maldigo por lo bajo. 

—¿¡Qué quieres!? —grito rabioso sin abrir la puerta ni autorizar el ingreso. 

—Su Graciosísima Majestad, me ha enviado Memphis a comunicarle que en media hora tiene una reunión con su Consejo Real. 

Respiro profundo para calmar mis impulsos y le digo que se retire para no descargar mi furia sobre él. Ahora estaba de peor humor por haber sido interrumpido en el momento preciso en que iba a drenar mi sofocante modo de despertar.

El día de hoy no quiero que nadie me moleste ya que mi carácter podría explotar con alguien y no estoy de humor para perder personal de mi palacio por mis impulsos. Así que me coloco yo mismo mi traje negro con brocados dorados y botas para luego buscar entre mis coronas la que uso habitualmente y ponerla sobre mi cabeza. 

Vuelvo a lavar mi rostro para terminar de despertar correctamente y reducir el calor que emana mi cuerpo, «voy a tener que bañarme en mi Balmes Romano personal después de la reunión» ¿Cómo es posible que estuviera tan acalorado cuando aún no llegamos al verano? El clima es fresco por las noches y soleado por el día, común en primavera. 

Trato de pensar en algo diferente para olvidarme de mi mal humor y recuerdo nuevamente la cena de la noche anterior, la cara que hizo la Reina cuando me "disculpé". Me río para mis adentros, qué divertido fue jugar con su estabilidad emocional en ese momento.

Salgo por la puerta rápidamente y los guardias que custodian mi seguridad por las noches siguen mis pasos firmes. Ofreciéndome los protocolarios saludos de todos los días. 

—¡Mi Rey! —me encuentro con Memphis en el camino mientras se acerca corriendo a mi posición—. En quince minutos es la reunión, aún tiene tiempo de desayunar algo antes. 

—Comeré después, Memphis. 

—Tiene que comer para guardar fuerzas y estar en sus óptimas… 

—Estoy diciendo que comeré después —lo interrumpo con dureza—; no he dicho que no voy a hacerlo. 

—¿Una razón en específico para su mal humor de esta mañana?

«Sí, amanecí con una maldita erección y ahora me duelen los testículos porque ni siquiera pude masturbarme».

—Hace calor. —Reboto un hombro.

Chasquea su lengua, incrédulo.

—Y ese calor que únicamente siente usted, ¿no se deberá a una reciente visita de una hermosa dama extranjera que...

Kingdom: Fire will Reign [Fire I] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora