VII: Dauphin de France

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Brianna

~♛~

Ya es mediodía y estamos tomando el almuerzo. Courtois, Raimond, Memphis, mis doncellas y yo. Les he permitido a Lihena y Zanet sentarse en la mesa conmigo porque me he encariñado con ellas, son unas personas maravillosas y no se merecen comer en la mesa de servidumbre porque yo disfruto de su compañía. Sé que a uno que otro probablemente le molestará, pero ya me han dicho que nadie se negaría a mis demandas y esta es una de ellas.

Atraviesa la puerta el rey Daeron con un semblante diferente, como si se hubiera quitado un peso de encima después de la contienda de ayer con el ataque que sufrió su palacio. Y aunque es un maleducado por cómo me habló, debo agradecer su valiente respuesta hacia el ataque y su preocupación por mi bienestar.

Sinceramente me asusta que ya los alemanes sepan que estoy aquí, no dejarán de intentar abatirme, no se van a rendir hasta no verme caer «pero eso no sucederá», pues planeo ser invencible.

—Buenas tardes a todos. —dice después de una pasarela firme por el comedor cuando finalmente se sienta.

—Buenas tardes. —Respondo a su extraña cordialidad. 

Los demás hacen lo mismo y continuamos con la comida. Courtois hace un par de chistes franceses que nadie entiende y eso nos causa más gracia que el mismo chiste.

—Una vez, recuerdo que tuve un amigo francés... y nunca se bañaba —dice Memphis.

—¿Y qué estás tratando de decir? —Courtois lo mira ofendido.

—Los franceses tienen fama de ser desaseados, mi señor.

—¿Pero a qué viene este comentario? —lo encara molesto.

No puedo evitar reír ante su tonta discusión.

—Pues no debería generalizar, que su amigo sea un cerdo no quiere decir que todos los franceses lo seamos. —Le dice Courtois.

—Pero no se moleste, Courtois, solo fue un simple comentario. —Se ríe haciendo que Courtois se cruce de brazos.

El Guardia Real y Alférez del Rey Daeron, «Dante, creo que es su nombre» entra rápidamente dirigiéndose al rey para susurrarle algo en el oído. El Rey lo mira sorprendido y se levanta rápidamente para irse con él. Me quedo extrañada por la acción pero no le presto mucha atención. Seguimos la conversación entre los que quedamos en la mesa.

—¿Cuándo volverá a cabalgar, Majestad? —me pregunta Zanet con un brillo en su mirada—. Me muero por volver a verla hacer esa magia.

—Pronto, Zanet. —Le sonrío.

—Reina Brianna. —Escucho la voz del Rey Daeron que está en el umbral de la puerta.

—¿Si, dígame?

—Podría acompañarme un momento, por favor.

Me siento extraña con la petición pero aún así me levanto.

—Claro.

Rodeo la mesa y voy hacia la puerta donde me espera, cuando estoy frente a él se hace a un lado para dejarme ver lo que hay detrás.

—¡Annie! —me grita y yo me quedo estupefacta viéndolo. Me llevo una mano a los labios anonadada.

—¡Carlos! —cuando reacciono corro hacia él y lo tomo entre mis brazos—. Mi pequeño Carlos —me aseguro de observarlo bien para cerciorarme de que no tenga ningún daño—. ¿Estás bien?

Kingdom: Fire will Reign [Fire I] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora