XXVI: Reina Consorte

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Brianna


~♛~


Esta mañana, desperté más temprano de lo normal para acercarme al puerto a despedir y desear suerte a Courtois. Antes de zarpar me comentó que mi madre envió una carta dando un reporte de cómo van las cosas en Escocia, no hay señales de peligro, las fronteras están protegidas y Carlos se encuentra bien «es lo que más me importa».

Luego de que el barco se pusiera en marcha, regresé después de un día al palacio, me encuentro ahora en la reunión que pautamos hace unos días para seguir con el planeamiento de guerra. Raimond ya está mucho mejor y va a irse reincorporando a su puesto poco a poco, por eso está presente con nosotros: Daeron, Dante, dos capitanes y dos sargentos al mando de cada ejército.

—Muy bien —comienza Daeron, sentándose en su puesto—. Bienvenidos al Consejo de Guerra, en esta reunión daremos ideas y más estrategias para la batalla final.

—Atacaremos con todo —continúo—. No debe haber ningún márgen de error y no deben tomarnos por sorpresa nuevamente. Espero que eso esté claro —dictamino con severidad—. Tenemos menos de dos meses para terminar lo que falta, partiremos nosotros a Francia y daremos pie a la batalla en el campo que estipulamos.

—Así es —asegura ahora Daeron—, como saben, el Sultán del Imperio Otomano recibió la advertencia de la Reina y atacó Alemania hace un par de semanas, es decir, que Von der Meyer está en una situación crítica. Sus barreras se han debilitado, así que debemos aprovechar su vulnerabilidad.

—Así se hará, señor. Los soldados están más que preparados, los entrenamientos han sido arduos pero hemos creado bestias de guerra —asegura Dante, orgulloso—; la artillería está en sus mejores condiciones y falta muy poco para terminar la construcción de catapultas.

—Yo podré comenzar mis entrenamientos nuevamente a partir de la próxima semana —añade Raimond—. El doctor ya me ha otorgado el permiso.

Los capitanes y sargentos absorben toda la información y también dan sus ideas, deben ir comenzando a dar las órdenes a todo el ejército para que la organización sea prolija y todos sepan lo que deben hacer. De igual manera cuando esté próxima la batalla, Daeron y yo debemos cerciorarnos de volver a explicar el plan de ataque para estar seguros de que todos están al día.

Me guardo el as que tengo bajo la manga, porque aún no es nada seguro y hasta que no regrese Courtois con lo que necesito no puedo cantar victoria. La reunión finaliza al cabo de dos horas y cada quien toma su rumbo.

Me dirijo a mis aposentos para cambiarme de ropa e ir a entrenar, necesito estar en mi mejor forma. En el trayecto me topo con Lihena quien casualmente venía a verme, entra conmigo a la alcoba y la saludo con un abrazo.

—Ya Zanet partió con su padre. —Me informa. Había olvidado por completo que me pidió un permiso de tres días para ir de viaje con su padre a visitar a su abuela, que vive en un pueblo aledaño.

—Y, ¿cómo te sientes?

—La voy a extrañar —me da una mirada de tristeza—. Pero mire, me dejó una carta. —La saca de su escote y me la extiende.

Leo la carta que me conmueve y me hace reír, ¡Dios! Zanet es demasiado graciosa y directa.

—Esta mañana tuvo una pequeña riña con la señora Eliza —«Agh, detesto ese nombre»—. Le estaba dando órdenes de que limpiara sus aposentos y ella le dejó claro que ya no recibía órdenes de nadie más que de usted —me cuenta—. La señora se puso peor de iracunda cuando mencionó su nombre, se nota que le tiene envidia.

Kingdom: Fire will Reign [Fire I] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora