XIV: Entre bailes y faldas

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Continuación de la escena del capítulo anterior.


Daeron

~♚~


—Vaya, veo que has elevado tus espectativas, ¿eh?

—¿Y por qué no? —levanta suavemente sus hombros haciendo un gesto despreocupado—. La hija del Marqués también está muy bella —la señala disimuladamente y da un sorbo a su copa—. Pero no más que la hermosa y sensual reina.

Vuelve su mirada a Brianna y yo siento una punzada en mi interior, las ganas de tomar su rostro y hacer que deje de mirarla me invaden, pero sacudo esos pensamientos estúpidos e ilógicos y en su lugar me rio de lo que dice.

—¿No vas a presentármela? —me mira indignado.

«No»

—Claro —le digo dubitativo—. Ven conmigo.

Nos acercamos a la mesa, donde están la reina y Rogerio aún conversando. Ellos se percatan de nuestra presencia y nos observan esperando que alguien hable.

—Rogerio, reina Brianna, quiero presentarles a alguien.

Ricardo se acerca y le extiende su mano a la reina pidiendo que le entregue la suya. Ella lo hace y él deja un beso en su dorso.

—Ricardo de Loket, Majestad.

—Un placer, señor Ricardo. —La reina le da un pequeño asentimiento.

—Oh, el placer es todo mío, créame. Y dígame Ricardo a secas, Majestad. —Le da una sonrisa que logro descifrar fácilmente, es la que siempre utiliza cuando quiere conquistar a una mujer. Lo conozco muy bien y aunque pasen los años, no lo ha cambiado.

Rogerio se remueve incómodo y me lanza una mirada asesina, se nota que la presencia de Ricardo le ha molestado ya que interrumpió su charla con la reina que lo trae embobado. No sé si festejar o estar molesto.

—¿Quisiera acompañarme a bailar esta pieza? —le pregunta Ricardo a la reina y ella acepta sonriente tomando su mano para irse con él.

La mandíbula de Rogerio cae como un meteorito y sorprendido me observa. Por dentro me siento igual de anonadado que él, pero no quiero ni voy a demostrarlo.

—¿Quién es ese hombre? —me reclama—. ¿Por qué lo has traído a la mesa?

—Es mi amigo de la infancia, me pidió que lo presentara con ustedes.

—¿Nosotros? —comienza a exaltarse y yo no dejo de voltear a la pista de baile—. ¡A mí ni me notó! Vino fue por la reina Brianna, lógicamente ¿acaso me estás saboteando?

—¿De qué hablas? —devuelvo la mirada hacia él—. ¿¡Cómo voy a sabotearte, Rogerio!?

—¡No ves que se la llevó a bailar! Es lo que he querido hacer desde que llegó.

—Eso no es mi culpa, Rogerio. Tuviste tiempo de hacerlo cuando estaba hablando con él. Lo que pasa es que eres lento, por eso pierdes oportunidades.

Tomo asiento nuevamente en mi lugar y relleno mi copa para observar la pista de baile. Me tomo un trago largo mientras escucho a Rogerio murmurar y resoplar a cada segundo cuando ve a Ricardo bailando con la reina.

Cuando termina la pieza vuelven a la mesa, ella se ve risueña y jovial. Rogerio se levanta rápidamente y la invita a bailar antes de sentarse, también acepta su invitación y él me mira como un niño pequeño cuando obtiene el regalo que pidió.

Kingdom: Fire will Reign [Fire I] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora