I: ¿Qué acaba de suceder?

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Al llegar a las tierras de Bohemia solicitaron con urgencia una audiencia con el Rey Daeron para poder pedir su colaboración con la causa. Querían mantener un perfil bajo cubriendo a la Reina con un cambio de ropa andrajosa y ocultando su cabello con velos.

La Reina Brianna era una mujer que llamaba la atención con su belleza y atributos, luciendo un hermoso y largo cabello color castaño claro con reflejos naturales, cautivadores ojos color miel con destellos amarillos en los alrededores del iris. Rostro simétrico con facciones refinadas delicadas y piel de porcelana. Un cuerpo esbelto con pequeña cintura y grandes atributos femeninos, muchas personas decían que mirarla y no caer rendidos a sus pies era imposible.

Esperaban respuesta a las afueras del palacio, se encontraban el Alférez Mayor que salvó la vida de la Reina «Raimond Griff» y el Consejero de la Reina «Courtois Belmont», mientras Brianna esperaba dentro del carruaje para no ser vista. Minutos más tarde apareció un Guardia Real y se acercó a ellos.

—El Rey los recibirá en unos minutos, pueden acompañarme para ingresar al palacio. —Dijo el hombre abriéndose camino para permitirles el ingreso al palacio real.

Raimond se apresuró a abrir la puerta del carruaje para dirigirse a su Reina.

—Majestad, nos concedieron la audiencia con el Rey, ya podemos ingresar al palacio, ¿desea ir con nosotros o prefiere esperar aquí hasta que obtengamos una respuesta?

—Iré. —Se levantó y extendió su mano para que automáticamente el alférez la tomara y ayudara a bajar del carruaje.

Se encaminaron dentro del ostentoso palacio siguiendo al guardia que los llevó con un hombre que los esperaba a las orillas de las escaleras principales.

—Buenas tardes estimados vasallos, permítanme presentarme; mi nombre es Memphis Flint y soy el Consejero Real ¿puedo saber cuál es el motivo de su audiencia? —habla amablemente. Era un hombre elegante y un poco estirado, no parecía pasar de cuarenta años.

Courtois lo repara de pies a cabeza por unos segundos para luego mirar a su reina quien le da un asentimiento con la cabeza en señal de autorización para hablarle de sus motivos.

—Hemos venido a solicitar ayuda y protección a su Rey.

El hombre los mira extrañado frunciendo el ceño, claramente no entendía a lo que se refería. El guardia que los recibió primero se acercó al Consejero del Rey y susurro algo en su oído.

—El Rey los recibirá en el salón de audiencias, síganme —se dio vuelta para encaminarse mientras lo seguían—. Ya casi no es utilizado, estamos implementando nuevas opciones. Les voy a pedir que tengan mucho tacto al dirigirse al Rey, no ha sido virtuoso con el don de la paciencia.

—No tiene por qué preocuparse, conocemos muy bien los protocolos de cómo tratar a la realeza —dice el consejero de la Reina tratando de disfrazar la incomodidad con cortesía. Aquel hombre no sabe quiénes son ni porqué se encuentran allí, es normal que esté ligeramente a la defensiva.

Se abren las gigantes puertas doradas, dando paso a un enorme y elegante salón con adornos estrafalarios de oro y cortinas de terciopelo rojo. Los colores dorado, negro y rojo predominan en todo el lugar. Al final y en medio se encontraba sentado en el magnífico trono de oro el Rey Daeron I de la dinastía Firenhell, quien conquistó estas tierras de Bohemia y formó su reino para asentarse en él.

El Rey Daeron era un fuerte guerrero, alto, con grandes músculos definidos, de espalda ancha y abdomen de acero. Posee el hielo en su mirada con el penetrante color azul de sus ojos, quijada cincelada con facciones varoniles envidiables por cualquier hombre, cabello castaño con alguna que otra hebra rizada rebelde. Por su despampanante atractivo la muchedumbre rumoreaba «ilusiones falsas» sobre que venía del Olimpo y portaba el título de algún semidiós guerrero.

Kingdom: Fire will Reign [Fire I] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora