Kingdom: Fire will Reign [Fire I] ✓

VXIII: Corazón de piedra

Brianna

~♛~

La zozobra se apodera de mi alma, han pasado dos días de la batalla y todavía siento las secuelas de lo ocurrido. Camino lentamente de un lado a otro enfrascada en la preocupación. Daeron ha estado al tanto de todo, pero de igual manera lo siento un poco distanciado. Raimond se debate entre la vida y la muerte, su estado es crítico y eso es lo que me angustia. Trago fuerte porque siento culpa, él lo ha hecho por mí, ha puesto su vida por delante de la mía y eso no lo olvidaré jamás.

Hago todo lo que está a mi alcance para que lo salven, mandé a buscar al mejor doctor de Bohemia y sus alrededores, la bala llegó a rozar su diafragma, demasiado cerca del corazón. Si hubiera perforado un centímetro más arriba, Raimond ya estaría muerto.

El doctor y sus ayudantes han estado tratando de sacar la bala con cuidado para no dañar otros órganos. Espero que salga ileso de todo esto, porque lo necesito conmigo.

Decido ir a la biblioteca con Zanet y Lihena para despejar la mente por un momento de las preocupaciones. Le pregunto a Zanet cómo sigue su padre y me ha comentado que le han dado reposo y un tratamiento para mejorar su salud.

Me preguntan por los detalles de la batalla y les cuento desganada lo que aconteció, ganamos esta batalla, pero aún queda guerra y casi pierdo a mi Alférez Mayor. Dedrick solo envío una parte de sus hombres, por eso vencimos tan rápido.

Trato de dispersar de mi mente el horrible momento en el que Raimond estaba en mis brazos casi inerte. Por un momento pensé que ya lo había perdido, al mejor Alférez y amigo que he podido tener.

Sopesar su partida eterna hace que recorra un escalofrío en mi piel, no podría aceptarlo jamás. No conseguiré a gente tan fiel y leal como Raimond y Courtois, son indispensables para mí y haré lo que esté en mis manos para mantenerlos siempre a mi lado.

Tomo el libro de mitología griega que no había podido terminar aún, para distraer el sentimiento que reprime mi pecho. Un carraspeo de garganta me hace levantar la mirada para encontrarme con Daeron en la puerta queriendo llamar mi atención.

—Majestad, ¿puedo hablar con usted?

—Claro que sí.

—En privado —mira a Lihena y Zanet. Ellas captan y se retiran rápidamente haciendo una reverencia antes de salir y cerrar las puertas—. ¿Cómo estás?

—Mejor, tengo esperanzas de que Raimond sanará pronto. —Suspiro con pesadez. Trato de esbozar una sonrisa pero la tristeza no me lo permite.

—Es un hombre de guerra, está hecho para esto —intenta consolarme, se acerca hacia mi lugar y yo me levanto dejando el libro a un lado. Con sus nudillos acaricia mi mejilla izquierda sin dejar de mirar mis ojos—. Creo que lo mejor es que nos alejemos un poco.

No entiendo a qué se refiere.

—¿De qué hablas? —le pregunto frunciendo el ceño, extrañada.

—El día de la batalla, quisiste decirme algo y yo simplemente me sentí extraño —suspira—. Se ha salido del carril lo que yo quería. 

¿De qué está hablando?

—No te entiendo, Daeron.

—Sé que eres una buena persona y una gran mujer, pero quiero dejarte claro que yo no volveré a sentir amor por una mujer.

Respiro profundo tratando de entender porque me dice esto, ahora, sabiendo que estoy vulnerable.

—No hay problema, honestamente tampoco lo estaba buscando. —Le contesto molesta, me siento ofendida.