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Los amigos de Rilley resultaron ser Melinda, la chica de piernas largas, Jessica Robinson, su mejor amiga y un tipo llamado J. No sé qué tan incómoda me veía pero definitivamente me sentía incomoda.

Y esta mesa no era roja, era verde.

Habían pasado algunas semanas después de la fiesta. Rilley tenía un brazo alrededor de mis hombros y constantemente me llamaba "su chica". No sé si es algo molesto o debería siquiera importarme pero tenía la urgente necesidad de quitarme su brazo de mis hombros.

—Así que, chicos. La fiesta de San Valentín es el siguiente viernes, ¿ya tienen parejas? —Preguntó Jessica moviendo su corto cabello azul. Enserio, es azul, pero no el azul cielo es un azul tan oscuro que parece negro.

La fiesta de San Valentín se celebraba en esta escuela el siguiente viernes de la fecha original. Era algo raro pero interesante.

Rilley me atrajo más hacia él. —Sí, tengo a mi chica.

Sonreí forzadamente mientras me besaba en la boca.

Esto sí que era incómodo.

—Yo no he decidido si aceptar la invitación de Michael Johnson o la de Doug, mi tonto novio, es tan complicado.

— ¿Tu novio? —Pregunté confundida.

Tiene novio y tiene previsto ir con alguien más.

—Sí, ya sabes Diane. —Saluden a mi nuevo apodo desde que me senté a esta mesa. Rilley me presentó como Diana sin embargo Melinda me reconoció y dijo que Diane era más lindo—. Los chicos son complicados y ese tonto estaba tratando de darme celos con Johana Merstock así que aún no lo he decidido.

¿Quién rayos es Johana Merstock y porque supone que lo sé?

—Oh, no te preocupes Jessy, somos populares, los chicos mueren por nosotras.

—Y las chicas. —Aseguró J.

Ese tipo era un jugador de futbol americano y era alto y ancho, ya saben, tenía músculos enormes.

Daba miedo.

— ¿Qué hay de ti, Mel? —Preguntó Jessica.

Melinda tomó uno de sus rizos rojos de la punta de su cabella y comenzó a torcerlo. —Bueno, es complicado. Quiero ir con el delicioso de Donny Mudd pero él siempre es tan serio y aburrido.

Donny Mudd. Delicioso.

— ¡Diane! —Dijo Melinda con su rostro iluminado—. Tú eres familia de Donny, ayúdame a que vaya conmigo.

— ¿Familia? —Pregunté al mismo tiempo que Rilley.

—Sí, eres su prima ¿verdad?

Iba a decirle que no pero Rilley habló antes. —Ahora entiendo porque se molestó el día de la fiesta.

— ¿Se molestó? —Preguntó Jessica inclinándose en la mesa con el rostro feliz, lista para escuchar el chisme del momento.

—Sí, ¿Pueden creerlo amigos? El idiota comenzó a amenazarme o algo así, yo estaba algo borracho así que no lo recuerdo bien.

¿Rilley estaba borracho cuando me besó? ¿Por qué no lo noté?

— ¿Estabas borracho? —Pregunté molesta.

—Bueno, había bebido un poco. Lo suficiente para recordar las cosas buenas, ósea tú. —Con su dedo índice tocó la punta de mi nariz. Se acercó a mis labios y me besó.

—Oye Diane, ¿Por qué tu primo es tan enojado? —Preguntó Jessica.

—Quien sabe. —Dije alejándome de Rilley y poniéndome de pie.

De pronto no tenía la necesidad de negar mi falso parentesco con Donny o besar a Rilley. Quería estar con Anne y con mi hermano y sorpresivamente con Donny también—. Tengo que irme, fue lindo hablar con ustedes.

—Oye Diane, —Habló Melinda—. Sabes que puedes sentarte con nosotros cuando quieras, de las chicas de Rilley eres la más comprensiva.

¿Las chicas de Rilley? ¿La más comprensiva?

—Gracias. —Me limité a darle un agradecimiento forzado.

No me despedí de Rilley ni de Jessica ni de ese raro J. Quería estar con Anne riendo de sus chistes sin sentidos y molestar a Donny con bromas de Eddy. Quería retractarme de haber besado a Rilley porque aparentemente era un idiota.

Caminé hacia nuestra mesa, la mesa de Anne y ellos quiero decir pero no había nadie. Estaba vacía, ni siquiera sucia, parecía que nadie había comido ahí. Tal vez se fueron a hacer algo más divertido que comer. Tal vez, sus vidas eran mejores sin mí.

Quería llorar porque aparentemente mis "amigos" se olvidaron rápidamente de mí. Giré bruscamente sobre mis talones para ir al baño de chicas y llorar sin público pero unas manos me detuvieron. Rilley.

— ¿Qué pasa bonita? —Preguntó al ver mis lágrimas cayendo por mis mejillas.

—Nada, estoy bien.

— ¿Segura? No pareces estar bien. —Con su pulgar limpió una lágrima—. Sabes que no dejaría que nadie te hiciera daño. Dime quien te hizo llorar y lo pagará.

—Rilley, ¿te agrado?

— ¿Bromeas? ¡Eres genial!

— ¿Les agrado a tus amigos?

—Ya escuchaste a Melinda, ella te adora. Eres divertida y sabes escuchar.

— ¿Entonces porque estoy sola?

—Ven aquí. —Rilley se quitó su chaqueta negra universitaria y la colocó sobre mí, me abrazó y besó suavemente mis labios—. No estás sola, me tienes a mí. Tienes a las chicas y a J, aunque es callado sé que le agradas.

—Lamento actuar de esta manera, solo ha sido unos días.

Y si, han sido unos diez días. El fin de semana Eddy y yo no hablamos mucho. No es como si ellos no me hablaran. A veces hablo con Anne por las tardes y algunas conversaciones casuales con Donny.

—No importa, supongo que alguien jugó con tus sentimientos pero está bien, ya me lo dirás cuando estés lista.

—Gracias Rilley. —Me despegué de él y sequé mis lágrimas—. ¿Qué haces aquí?

Se encogió de hombros. —Me olvidé invitarte formalmente al baile de San Valentín, ¿quieres ir?

Sonreí. —Claro que quiero.

Creo que Rilley no era un idiota después de todo.

Antes De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora