Llegó la hora del almuerzo y Donny y yo estaríamos solos. Anne y Eddy irían a comer afuera. Estábamos afuera, cerca de una pared vieja.
—Hola. —Donny besa rápidamente mis labios y sonríe.
—Hola, oye ¿Cuándo es tu cumpleaños?
Se encogió de hombros. —En menos de tres meses. ¿Por qué?
Lo atraje hacia mí. —Por nada.
Ambos estábamos sonriendo como idiotas cuando alguien se acercó.
—Hola Don, amigo. —Rilley lo empuja.
— ¿Qué quieres? —Donny se puso rápidamente frente a mí.
—Quiero ver cómo anda nuestra princesa.
Donny apretó sus puños. —No la llames así.
—Bueno, solo vine a preguntarte algo.
— ¿Qué? —Diablos. ¿Por qué Rilley tiene que venir y joderlo todo?
— ¿Nuestra princesa es virgen o no?
Mierda. Sentí como la ira, la vergüenza y la preocupación me invadían. Apreté mis dientes y respire fuertemente y antes de poder hacer algo, Donny empujó a Rilley contra el muro y su brazo presionaba su garganta.
—Escucha bien pedazo de porquería. Te dejé vivir hace un tiempo después de lo de Anne. No volverás a lastimar a nadie más, ¿entiendes? Nunca más te acerques a Anne o a Diana o a nadie que me importe, ¿lo entiendes?
Rilley trataba de zafarse y sonreía. —Bien.
—Vete de aquí Rilley.
— ¿Saben algo? Ustedes son perfectos juntos. Ambos son unos idiotas.
Pude haber dejado que Donny fuera y lo golpeara pero no quería que se metiera en problemas por culpa de Rilley. Camine hacia él y le sonreí.
—Tu, —lo señale—. Eres tan tonto al venir aquí.
— ¿Enserio? —Levantó una ceja sarcásticamente.
Y esta es otra razón por la cual amo haber crecido entre niños. Si no lo hubiera hecho, ¿Cómo hubiera aprendido a hacer esto?
Puse mi mano sobre su hombro. Él me sonrió de nuevo. Le giñe un ojo y baje rápidamente mi mano hasta su muñeca para retorcérsela y doblarle el brazo en una llave. Lo empujé y se tomó su muñeca. Le tire un beso y me gire solo para ver a Donny sonriendo y levantando los pulgares.
—Vamos. —Le dije entrelazando nuestros brazos.
No soy fanática de la violencia pero algunas personas como Rilley merecen que alguien —una niña— les demuestre que no son el centro del universo de nadie.
—Eso fue increíble. Su cara de dolor fue interesante.
—Gracias, gracias. —Ambos reímos y nos sentamos en nuestra usual mesa roja en el mismo lado.
— ¿Quién te enseñó a hacer eso?
—Ben.
Encogió sus hombros. —Ahora sabes porque tenía miedo de conocerlos.
Reí. —Les agradaste. Eres todo un maldito atleta para ellos.
—Tu familia es muy linda. —Presionó su cuerpo contra el mío.
—Somos raros.
Se dejó caer a la mesa. —Es tan difícil.
— ¿Qué? —Acaricié su nuca.
—Esto. —Levantó la mirada—. Tenerte tan cerca y no poder besarte enfrente de todos estos humanos.
Besé dos dedos de mi mano y los coloqué sobre sus labios. —Listo.
—No, eso no se parece en nada.
—Eres tan exagerado ¿Sabías eso?
Se incorporó y se acercó a mí. —Sí, lo sabía. Creo que alguien muy hermosa me lo dijo.
Hermosa. Esa palabra nunca encajará conmigo.
— ¿Sabías que Melinda pensaba que éramos primos?
— ¿Enserio?
—Sí, creo que aún lo hace.
—Ella es tan...
— ¿Única?
—No, todo menos eso.
—Bonita, divertida, graciosa...
Levantó un dedo. —Estábamos describiendo a Melinda, no a ti.
Reí. —Donald, te quiero tanto.
Volvió a presionar su cuerpo contra el mío. — ¡Llevas tu regalo!
Bajé la mirada y tomé la llave entre mis manos. —Sí, me encanto.
—Me alegra, ¿Qué te gustó más?
—Todo, pero tu foto es linda.
Sonrió de lado. —Que bien.
Negué abiertamente con la cabeza. —No hagas eso.
Frunció el ceño. — ¿Hacer qué?
Acerqué mi dedo índice a la comisura de sus labios y levanté un poco su labio superior. —Sonreír así, me dan ganas de besarte.
Soltó una carcajada. —Ahora me entiendes.
Crucé los brazos. — ¿Y yo que hago?
—Bueno, cuando me miras, cuando sonríes, cuando cantas, cuando respiras.
—Espera, espera. —Le cubrí la boca—. ¿Te molesta toda mi existencia?
Retiró mi mano. —No me molesta, me provocan ganas de besarte. Tú y tu hermosa existencia me vuelven loco.
Y ahí estábamos de nuevo, sonriendo como dos idiotas enamorados. Podría sonreír el resto de mi vida por siempre y siempre... solo si Donny está a mi lado.

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Antes De Ti
Romance¿Qué es lo primero que haces al cambiarte a una escuela? Pues te enamoras y según Diana, te enamoras del gemelo de tu nueva amiga. Suena bien pero Donny, pues no está tan de acuerdo con eso del amor. Es guapo pero frío y no tiene ninguna intenci...