Antes De Ti

50

A tres días del cumpleaños de mi madre, nada se siente bien. Ni siquiera la idea de tener a mis hermanos reunidos de nuevo. Algo me falta y se exactamente qué. Ese "que" siempre será Donny.

Y ¡Dios! Lo extraño tanto. Desearía tanto tenerlo aquí ahora mismo. Ralamente no importa nada ahora mismo. La gente ahí afuera estará cantando, enamorándose, casándose, bailando, sonriendo. Haciendo todas esas cosas que te hacen sentir feliz pero no importa nada de eso para mí. Desearía tanto tenerlo en mis brazos.

Tenerlo en mis brazos y regresar a como solía ser. Antes de arruinarlo todo. No quiero estar sola esta noche. Quiero estar a su lado, sintiendo su corazón. Sintiendo como su amor crece por mí. Pero lo he arruinado todo.

Y ahora, desearía tenerlo tan cerca de mí como sea posible.

Y no lo sé, todo lo que pensé que sabía de mi misma fue una mentira. ¿Por qué dejé que las palabras de alguien me afectaran tanto? Siempre he tenido el control de mi misma. No debí dejar que eso me afectara pero ahora el daño ya está hecho y las lágrimas no se resistirán. Están siendo liberadas directo desde mi corazón.

Lo necesito. No siempre se me ha hecho tarea fácil admitir que dependo de alguien más pero eso es cierto. Lo necesito en mi vida y necesito que se quede por siempre.

Mi primer beso, mi beso real, ocurrió con él. Nada se siente igual cuando estoy en sus brazos. Nadie en el mundo se le compara y aun no puedo olvidar el día en que el abrió su corazón para confesarme todos sus amargos recuerdos y lo único que he hecho es ignorarle mi verdad oculta.

No quiero a nadie más. No quiero que Romeo reviva. No quiero que me dediquen canciones. No quiero que nadie sostenga mi mano. No quiero a nada más que su amor, porque su amor es lo único que me ha hecho sentirme viva.

Y ahora todo, literalmente, todo mi corazón se ha roto. Yo misma me he causado este dolor. ¿Cómo sobreviviré después de todo esto?

Lo he estado ignorando desde hace más de una semana. Pero cada día significan horas y minutos, también segundos. Más de diez mil minutos sin él se siente como diez mil años de una tormenta imparable. Probablemente piensen que exagero, pero lo siento así. Mis lágrimas pueden asegurártelo.

Estoy tratando de dormir. Ya no faltan tres días para el cumpleaños de mamá. Ahora son solamente dos. La medianoche ya ha pasado. Mis ojos arden y duelen. Cada vez duele un poco más respirar. ¿Por qué lo hice? Soy la única culpable.

No puedo dormir sin su voz susurrándome buenas noches. Su foto la tengo bajo mi almohada y no puedo parar de verla y devolverla a su lugar. Cada día duele un poco más. Es extraño, es como si cada día, algo rasgara un poco más mi corazón. Nada se ha sentido bien desde entonces.

Incluso, ayer traté de sonreír pero me di cuenta que a estas alturas, no hay punto de todas maneras. Y extraño todo de él pero su voz es lo que me ha causado tanto dolor. Su voz, la necesito. Es como mi canción favorita y se me ha prohibido escucharla.

Estoy tan cansada. De ignorar a Donny y por no haber dormido. Últimamente el café es mi mejor aliado. Eddy y yo vamos en el auto en silencio. Eddy no tiene culpa de mi situación con Donny pero si con Anne. Si no hubiera besado a Melinda, tal vez hubiera hablado con ella y me hubiera dicho que no necesitaba escuchar a cucarachas malvadas como Melinda, bueno, esas serian mis palabras. Ella sería más tierna.

—Diana. —Eddy me voltea a ver con tristeza.

— ¿Qué?

—Por favor, no me ignores. No puedo hacer esto.

—Lo lamento.

Lo lamentaba pero no dije nada más.

Era un poco más de las seis de la tarde. Se supone que en unos minutos, mis hermanos tendrían que estar aquí. Tal vez todo sea mejor ahora, ya saben, con ellos bromeando y todo eso.