Ahora mismo nos encontrábamos de camino a casa de Matt con Adam. Prometió llevarme por la mañana, necesito hablar con él. Mañana será el cumpleaños de mamá pero no quiero que nadie más que la familia este ahí. Matt estaba invitado pero trataré de explicarle mi situación.
Al llegar a su casa, veo a una chica con ojos verdes muy brillantes en overol sentada en la orilla del pórtico.
—Buenos días. —Nos saluda con la mano extendida y una sonrisa de bienvenida—. Soy Zilla.
—Hola, soy Diana. —Digo—. Amiga de Matt.
Ella sonríe y asiente. —Matt está adentro. —Informa—. Por cierto, soy su hermana mayor. La inteligente.
Sonrío y volteo a ver a Adam. Se ve incómodo y no tengo idea porque. — ¿Crees que puedo hablar con él?
— ¡Claro! —Vuelve a sonreír—. Lo llamaré.
Adam no dejaba de parpadear.
— ¿Qué te pasa? —Pregunto.
Aclara su garganta. —Nada, ¿Por qué preguntas?
—Te ves incómodo.
—Si bueno, no importa.
Luego, Matt sale y me abraza. Zilla está detrás de él y no deja de observar a Adam. Si supiera que hace unas horas estaba comprometido.
—Ven.
Matt me invita a pasar y caminamos un poco antes de ver algo, o mejor dicho alguien, a quien no me esperaba. Estoy confundida y solo me repito a mí misma que debo controlarme...
...porque la cucaracha de Melinda está aquí.
Ella no me ha visto aun. Y retrocedo para quedar fuera de su vista pero Matt lo nota y me observa confundido y trata de llevarme hasta el sofá con la mano pero niego rápidamente y le suelto la mano.
—Ven. —Susurro para estar lo más lejos de Melinda.
— ¿Estas bien?
— ¿Qué hace Melinda aquí?
Oh mi Dios, quizás están saliendo.
— ¿Melinda?
—Sí, ¿es tu novia?
Matt frunce el ceño y luego comienza a reír a carcajadas. Bien, esto de mantenerse lejos de Melinda no fue un gran plan. Ella se asomó y me vio parada junto a Matt. Estaba sorprendida pero al mismo tiempo se veía molesta.
— ¿Qué hace esta aquí? —Pregunta a Matt.
—Melinda, sabes que Diana es mi amiga.
— ¿Y?
Matt pone sus ojos en blanco. —Como sea, ¿enserio piensas eso, Diana?
Me encojo de hombros. —Entonces. ¿Qué está pasando?
Matt voltea a ver a Melinda y luego se mira indeciso si responderme o no.
—Diana. —Dice—. Melinda es mi hermana.
Bien, aquí es cuando me doy cuenta que el universo es un gran niño de ocho años y le encanta jugar con sus juguetitos frágiles y muy inocentes.
Santo Jesucristo. La hermana de mi mejor amigo es la horrorosa y para nada agradable de Melinda Fenthor.
— ¿Diana? —Matt se acerca—. ¿Estás bien?
Respira.
Algún día todo será normal y ordinario.
—Sí, bueno yo... —Respira—. ...solo vine porque necesitaba decirte que lo del cumpleaños de mamá se canceló y... —No mates a la hermana de tu mejor amigo—. ...bueno, sí.
— ¿Qué? —Pregunta Melinda.
Respira. Tranquila... ¡Maldición! ¡Toma un maldito cuchillo!
—Nada Melinda. —Respondo sonriendo—. Es solo algo que era entre Matt y yo, ¿sabes? No tenía intenciones de invitar a la persona que hizo de mi vida una mierda.
—Yo no hice nada.
— ¿Nada? Bien, si insultarme y hacerme sentir como una mierda es nada pues, mira tú que bien. —No hay paz interior ahora mismo—. Oh, por cierto, cuando besaste a mi hermano seguramente te sentiste genial y solo Dios sabe porque lo hiciste. Tal vez odias a Anne por ser mejor persona que tú, tal vez querías destruir su relación. Tal vez viste que por primera vez en toda tu fabulosa vida, alguien estaba siendo feliz y no te necesitaba y por eso trataste de destruir algo único y maravilloso pero ¿sabes que, Melinda? Cuando haces todas esas cosas, no ganas. Sí, me hiciste sentirme mal pero no ganaste, realmente nunca lo hiciste. Estoy aquí y mi vida puede ser un caos pero sé que vendrán tiempos mejores porque la diferencia entre tú y yo es que tu sueles ver únicamente el reflejo en el espejo. Ese sucio reflejo lleno de odio y nada más. No hay nada más que vacío dentro de ti y te falta tanto que destruyes a los demás para sentirte un poco viva, pero yo no necesito eso. Sé quién soy y se lo que tengo y estoy orgullosa de ser la persona que ves ahora mismo, eso querida Melinda, nunca me lo quitaras.
Las palabras simplemente salieron, estaba arriesgando mi amistad con Matt por insultar a su hermana pero en lugar de enojo, él estaba sonriendo y extendió su mano hacia mí.
—Gracias. —Dice—. Finalmente alguien puso en su lugar a Melinda.
Ella no se defendió, solamente dirigió su mirada al suelo.
Salí de la casa y sonreí. Ahora entiendo cuando dicen que para ser alguien, debes hablar un poco más fuerte. ¿Saben algo? Creo que gastar tanta saliva nunca ha valido tanto la pena.
Encontré a Zilla y a mi hermano hablando y riendo. He visto esa mirada antes, pero no cuando Adam hablaba de Carmen. La he visto cuando Donny me dice que me ama. Y viéndolo desde aquí, entiendo que muchas personas se pasan noches enteras y días pensando cuando y como será el mejor momento para decirle a alguien que los aman pero, algunas veces, cuando encuentras a esa persona especial, puedo asegurarte que ya la amas. Incluso antes de conocerla.
Adam estará bien. Eso tranquiliza mi corazón.
Llegamos finalmente a nuestra casa y encuentro a Eddy con Anne hablando en el sofá. Ellos no están riendo o abrazados, pero están juntos, eso es lo importante.
Voy a la cocina por un vaso de agua y Donny está ahí parado al lado de mamá con un delantal rosa.
Ahí está todo lo que siempre he necesitado.

ESTÁS LEYENDO
Antes De Ti
Romance¿Qué es lo primero que haces al cambiarte a una escuela? Pues te enamoras y según Diana, te enamoras del gemelo de tu nueva amiga. Suena bien pero Donny, pues no está tan de acuerdo con eso del amor. Es guapo pero frío y no tiene ninguna intenci...