Hay algo de magia en los días lluviosos. Son como días perfectamente imperfectos, pueden llegar a ser hermosos para quien sabe apreciarlos y una molestia, una interrupción para aquellos que andan siempre demasiado ocupados o demasiado apurados como para fijarse en la calma que puede haber durante una tormenta...
Son días o momentos en los que da menos miedo ser tú mismo, te relajas dado que las reglas generales impuestas por la soleada rutina pierden validez.
-Los horarios se pierden debido a la poca iluminación.
-El código de vestimenta se vuelve irrelevante pues los cambios de temperatura impiden la coordinación de colores y texturas, así como de medidas de ancho y largo.
-El tiempo parece disminuirle un poquito la velocidad a las manecillas del reloj.
-Y el simple sonido de la lluvia cayendo se las ingenia para hipnotizarte los sentidos.Parecen trucos pero en realidad es magia... Solo que como es un espectáculo al alcance de todos y sin pagar entrada, no prestamos la atención suficiente para darnos cuenta.
Debido a tal pausa en nuestras vidas somos víctimas de los efectos secundarios de no tener que salir corriendo a alguna parte. Estos efectos son menos placenteros que los antes mencionados...
-Comienzas a pensar, a reflexionar, a recordar.
-En la lluvia siempre se derrama un poco de dolor y un poco de nostalgia.
-En el frío de las gotas cobra vida todo aquello que no te atreviste a decir o lo que nunca te dijeron. Sale en medio de la penumbra todo lo que te obligas a guardar y no dejar salir a la luz del sol, pues la lluvia no conoce de secretos.
-Entre sus nubes grises no puedes esconderte de tus sentimientos, de tus tristezas, de lo que te falta, de lo que te sobra...Con la lluvia el cielo lo deja salir todo, con sus truenos, con sus relámpagos, con su viento. Deja que nos empapemos con sus lágrimas, su ira contenida, sus gritos, sus silencios, sus suspiros, su estrés...
Se desnuda y deja a todo lo que la luz cegadora del sol no deja ver salir a jugar. Se libera, para que al día siguiente nosotros no podamos tapar el sol con un dedo.
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Diario de una escritora aficionada
Short StoryEsto no es una historia. No tiene principio, desarrollo y final. Dentro de mí hay una escritora y a veces toma el control, ella no conoce de límites, de secretos o de privacidad. Ella solo lo deja salir todo, sin filtro y a veces exagera, se inventa...